CommUNITY inspiration enseña inglés a indígenas en México
Helen Vodrážková es fotógrafa profesional y Filip Šena es economista, pero decidieron enseñar inglés. Hace poco regresaron de México donde como pioneros del proyecto checo CommUNITY inspiration ofrecieron clases de ese idioma extranjero a los habitantes indígenas de las regiones rurales. Sobre su experiencia nos hablarán en los próximos minutos, junto con su colaboradora mexicana Rebeca Alfonso Romero, de la institución microfinanciera CrediComún.
Helen Vodrážková: “La iniciativa salió de mí y de nuestro amigo Tomáš Hes, que vive la Ciudad de México. Nuestra organización se llama commUNITY, inspiración de comunidades, y consiste en un intercambio porque la cultura mexicana indígena es muy interesante para la gente de la República Checa y a la vez nosotros sabemos algo que podemos traer a las comunidades en México”.
¿Por qué optaron por la enseñanza del idioma inglés?
HV: “Trabajamos en las comunidades indígenas donde la gente necesita el inglés para desarrollar proyectos de ecoturismo, por ejemplo. O también trabajamos en comunidades que están cerca de lugares turísticos, por lo tanto los habitantes necesitan el inglés porque luego les resulta más fácil encontrar un trabajo”.
¿Me pueden explicar cómo funciona el proyecto?
Filip Šena: “Trabajamos con voluntarios. Es decir, primero buscamos un voluntario que irá a México para enseñar inglés. Después buscamos unas treinta personas-donantes que pagan al voluntario mensualmente como diez euros, y de esta manera se junta bastante dinero para financiar el viaje del voluntario a México y otros gastos imprescindibles. La comida y el alojamiento son ofrecidos por la comunidad en México. Después el voluntario se va a la comunidad indígena, allá enseña inglés por seis meses e informa a sus donantes en la República Checa cómo funciona todo. Hacer un feedback”.
FŠ: “Nuestra meta es ayudar a los mexicanos pobres a utilizar el idioma inglés para hacer su vida un poquito mejor. Entonces, al final reciben un diploma que confirma que son capaces de usar el inglés y con este diploma pueden pedir un trabajo, etc.”
¿Cómo se realiza la selección de los voluntarios que participan en el proyecto?
HV: “Buscamos gente que sepa hablar bien inglés y español y también deben ser personas que tengan interés en la cultura mexicana indígena y que quieran viajar”.
¿Tienen que ser profesionales de la enseñanza?
HV: “No, porque tenemos una metodología con la que trabajamos en México. Queremos enseñar a nuestros voluntarios a trabajar con esta metodología. Este método sirve para hablar, para la comunicación oral en inglés”.
¿Significa entonces que los voluntarios antes de viajar a México pasan por un cursillo de preparación?
FŠ: “Sí, antes de ir para México ellos tienen que participar en un curso donde les enseñamos el método de enseñanza y también les familiarizamos con los aspectos culturales para prepararles bien para su misión”.
HV: “Vamos también a organizar una clase en público donde los voluntarios podrán probar este método en la práctica”.
HV: “Ahora damos conferencias y buscamos a nuevos voluntarios. Y también buscamos a donantes para nuestro proyecto”.
FŠ: “Hasta ahora hemos tenido experiencia en cuatro comunidades. Helen estuvo primero en Tierra Blanca, en el Estado de Guanajuato. Yo estuve primero en Huasca de Ocampo, en el Estado de Hidalgo, y al cabo de tres meses cambiamos las comunidades para tener más experiencia. Entonces, yo me fui para Río Manso, en el Estado de Oaxaca, en la selva, era súper bonito, y Helen se fue para Quetzalan, Puebla. Tenemos más contactos y puedo decir que hay interés en distintas partes de México”.
¿Cómo es con el interés? ¿Sale de las comunidades receptoras del proyecto? ¿Cómo entablan contacto con los eventuales alumnos?
FŠ: “Ya tenemos buena experiencia y algún éxito. Cooperamos con algunas organizaciones y a través de ellas nos conocen organizaciones indígenas que ya nos piden venir con este curso”.
¿Tienen que cumplir algunos requisitos los participantes mexicanos, los alumnos?
FŠ: “Nuestro curso es gratis, no se necesita pagar nada. Sólo que pedimos la comida y el alojamiento para el maestro. Los estudiantes tienen que ser mayores de quince años porque con los chicos el progreso es más lento. Los alumnos tienen que venir dos veces a la semana y tienen que asistir a cada clase, porque siempre trabajamos en parejas y si uno se atrasa ya no puede continuar. También hay que hacer las tareas. Es mucho trabajo pero después funciona muy bien”.
Las clases son dos veces a la semana, ¿cuántos minutos?HV: “Dos horas dos veces a la semana. Es muy importante que la gente sea puntual para acudir a nuestras clases y escriba las tareas. La presencia es muy importante. Estas son las tres condiciones que tenemos cuando una comunidad quiere participar en este proyecto”.
¿Son puntuales los alumnos?
HV: “Sí, son puntuales”.
FŠ: “Al inicio no son tan puntuales pero después tienen que serlo”.
Me han dicho que los alumnos tienen que ser mayores de quince años: ¿De qué edad son los alumnos en general? ¿Son más bien jóvenes o también hay personas mayores?
HV: “En las comunidades donde yo he enseñado era gente joven, pero había también gente mayor que quiere aprender el inglés. La cosa es que la gente cree que es más importante para los jóvenes. Entonces, en mis cursos generalmente tenía más gente joven”.
FŠ: “Mi experiencia es que nuestro proyecto debe funcionar más para los adultos porque los jóvenes pueden entrar en las escuelas, tienen acceso a aprender inglés. Por ejemplo, yo tuve algunos abuelos y abuelas de unos 50 años, y a ellos les gustaba mucho porque no tiene ninguna oportunidad para aprender. Nosotros somos la única oportunidad para ellos. Tenemos grupos mixtos, hay de todas las edades”.
HV: “También hay comunidades donde las chicas no pueden estudiar porque la escuela está muy lejos. Así que ellas buscan la posibilidad de estudiar más porque son muy inteligentes y quieren estudiar algo”.
¿Cómo reacciona la comunidad a este proyecto? El resto de la comunidad que no participa.Rebeca Alfonso Romero: “Los participantes reaccionan al principio con desconfianza, puede ser alguna parte. Porque ellos piensan si van a hacer un trabajo, tiene que ser a cambio de otra cosa. Pero cuando entienden que realmente es un proyecto altruista que no tiene ningún otro fin más que promover un poco una herramienta de comunicación, en este caso el inglés, entonces piensan que ya pueden sacar partido del idioma inglés. De la parte externa, por ejemplo, yo cuando me enteré de que iban a hacer un proyecto de enseñanza de inglés tuve dudas. Me lo comentó Tomáš Hes antes de que llegaran Filip y Helen a México. Y mi primera reacción fue decir no. Eso me parece que es para promover la migración hacia los EE.UU. No sé, estando en Praga es diferente, el idioma inglés es percibido de forma distinta, pero en México está asociado con EE.UU. Pero después estuvimos buscando una comunidad para Filip en Huasca de Ocampo. Yo trabajo en una microfinanciera que tiene grupos en esta localidad y me encargaron buscar una comunidad para él. Estuvimos con Helen y Filip recorriendo todo un día promoviendo el proyecto para ver si había condiciones de seguridad, si el pueblo era seguro, si había alguien que los pudiera recibir… Así platicando todo el tiempo el proyecto, estuvimos como siete horas platicando el proyecto con cada autoridad mural del pueblo o con las autoridades locales, con personas que viven dentro de la comunidad, yo iba traduciendo a Helen y Filip y al final de cuentas comprendí que era para la comunidad, para la comunicación. O sea que el inglés no es precisamente para promover la migración hacia EE.UU. sino que es una herramienta de comunicación. Que no sabemos dónde va a parar. De una manera el proyecto commUNITY inspiration es una semilla que vuela y que puede tener alguna consecuencia de aquí a veinte, treinta, cuarenta años, no sabemos. Lo bueno del proyecto es que no tiene ninguna ideología por detrás, no tiene un objetivo hacia donde enfocar a las personas a las que están enseñando el inglés. Simplemente ellos están enseñando inglés”.
¿Piensan en alguna prolongación del curso? Después de que los alumnos pasen por el primer cursillo básico y si tienen el deseo de continuar, ¿tendrán la posibilidad?
FŠ: “Sí, claro. Ahora regresamos del proyecto piloto. Estuvimos allá seis meses, tres meses en cada comunidad, pero el proyecto debe funcionar continuamente. Seis meses desde septiembre hasta marzo un voluntario, en marzo llega otro voluntario que se queda desde marzo hasta septiembre. Así será posible durante un año con dos voluntarios enseñar bien inglés. Después podremos mandar a otro voluntario que va a hacer con este grupo un nivel más alto, puede abrir un curso para los que quieran empezar de nuevo”.
Hemos hablado de las reacciones de la parte mexicana a este proyecto, pero ¿cómo reaccionan los checos a los que les cuentan sobre esta iniciativa? ¿Qué les parece?
FŠ: “A mí me parece que los checos sí están interesados. Por ejemplo, yo como voluntario tuve a esos treinta amigos que me pagaron el viaje y los demás y yo les mandaba información por Internet. Hice un blog en Internet donde tengo veinte visitas cada día. Mis amigos pueden ver allá las fotos, leer lo que está pasando allá, cómo los estudiantes aprenden, porque pongo en Internet sus tareas, sus textos. Tengo buenos comentarios de mis amigos, porque ellos quieren realmente saber qué está ocurriendo. También algunos de mis alumnos ya hicieron el contacto por e-mail en inglés. Por ejemplo, con mi papá estuvieron intercambiando e-mails. Era bonito. Nuestro proyecto debe ligar dos comunidades, la de nuestros estudiantes y otra aquí, de mis amigos que nos apoyan. Ya tuvimos tres personas de estas comunidades checas que viajaron a México y visitaron los lugares donde enseñábamos. Así funciona el intercambio”.
¿Se apuntan nuevos voluntarios para el próximo curso?
HV: “Sí, hay voluntarios que quieren participar en nuestro proyecto pero tenemos que elegir bien porque este trabajo no es tan fácil, la persona está allí sola y tiene mucho que hacer”.
Si lo evalúan ¿en qué ven las mayores dificultades de su labor en México?
FŠ: “La mayor dificultad es el dinero. Para las iniciativas cívicas como somos nosotros, por ejemplo, si queremos resolver el problema de dinero apostamos por esa idea de financiación colectiva, que un grupo, una comunidad puede financiar al voluntario. Pero el problema es que hasta ahora no tenemos ningún dinero para la organización. Con el dinero de los donantes se financia directamente el trabajo de cada uno de los voluntarios. Así que necesitamos buscar algún apoyo del Gobierno u otro organismo para mantener también la organización. No encontramos ningunas dificultades en México, estuvimos bien sorprendidos porque allá todo funcionó súper bien”.
RAR: “Quiero decir una cosa importante. Algo muy bonito está pasando en la República Checa. Nosotros en México no tenemos ninguna referencia de la República Checa, para nosotros es un país lejano. Yo conocí primero a Tomáš Hes que es un hombre que está impulsando las microfinanzas en México de manera muy bonita con un verdadero sentido social de las microfinanzas y después llegaron Helen y Filip a México con este proyecto. Para mí es muy emocionante ver que en la República Checa, un país del que yo no tenía muchas referencias, esté pasando este tipo de cosas. Pienso que para cualquier país es bueno el intercambio juvenil, que los jóvenes del país estén formándose en otras naciones, estén poniendo sus esfuerzos, desarrollando su creatividad, organizándose sistemáticamente para un bien juvenil. Me parece que es algo muy positivo, impresionante”.FŠ: “Rebeca habló sobre la República Checa, pero nuestra idea es hacerlo en toda Europa. La República Checa sola es chiquita para encontrar bastantes voluntarios y miembros de la comunidad para financiar al voluntario. Nuestra idea es realizar este proyecto también, por ejemplo, en España, Portugal, porque allá la gente sabe español. Aquí puede ser un poco problemático porque cada uno de los voluntarios tiene que saber inglés y a la vez español. Si encontráramos personas en España o Portugal, podríamos hacer la misma cosa porque allá quizá haya más interés porque ya dominan el español. Queremos hacerlo más internacional”.
¿Con qué organizaciones colaboran en este momento?
RAR: “Una de las cuatro comunidades en las que commUNITY inspiration trabajó es Huasca de Ocampo, en el Estado de Hidalgo, y esto fue al contacto que hay entre la microfinanciera donde yo trabajo y commUNITY inspiration. Nosotros trabajamos con microcréditos con grupos de señoras que se reúnen semanalmente para pagar su crédito y entonces llegamos a las comunidades”
FŠ: “Después tuvimos contacto con otras dos o tres organizaciones. Una fue Pro Zona Mazahua que nos recomendó la comunidad de Rio Manso en la selva y otra fue la CDI. Pero son más las personas que nos ayudan, como Rebeca, no es apoyo formal, trabajamos más bien con amigos”.
¿Qué ha aportado este proyecto a ustedes personalemente?
HV: “Me gusta la idea de comunidades porque la vida en Europa es diferente, somos individuales. Para mí la inspiración más grande de las comunidades de México es ver como la gente vive en conjunto. Para mí observar la vida en esas comunidades es una cosa muy grande porque la gente es alegre, no tiene mucho dinero, pero siempre es alegre. Aquí tenemos dinero pero somos más tristes”.
RAR: “Muy bonito. De alguna forma tenemos en México la idea de que hay que estar contentos. Si estamos aquí en la vida hay que estar contentos, lo otro no vale la pena. Venimos a estar contentos”.
FŠ: “A mí personalmente, yo cuando salí de mi país para México, fue mi primera experiencia, estaba lleno de miedo y bien preocupado por lo que iba a pasarme allá. Y realmente quise ir a México sólo para enseñar. Pero después entendí que yo aprendí más cosas que las que había enseñado. Aprendí muchas cosas de la cultura, cambié lo suficiente y regresé como otra persona. Entonces, la experiencia fue increíble. Puedo recomendar esto a los demás porque realmente aportó muchas cosas a mi vida”.
RAR: “Yo veo que Filip cambió. Yo lo recogí en el aeropuerto cuando llegó a México y cuando se fue ya era un poco distinto. Algo estaba como dudando en su cabeza. Empezó a tener más dudas sobre las cosas. México es muy diverso, hay comunidades muy establecidas como las que está hablando Helen, las que inspiran el proyecto commUNITY inspiration, pero también en la ciudad más grande del mundo donde tenemos treinta millones de habitantes, donde yo vivo y donde yo nací, tememos también igual tristeza. Sí estamos más conectados con la alegría y todo, pero, por ejemplo, en mi caso también fue un aire fresco conocer a Helen y a Filip y a sus amigos porque ellos tienen mucha frescura y muchas ganas de estarse riendo todo el tiempo, etc. Pienso que es un intercambio fenomenal en términos de ciudades, comunidades, países. Yo soy socióloga. Otra cosa, en México por lo general se realizan proyectos de asistencia social del tipo básico: comida, vivienda, educación formal en español (matemáticas, etc.), pero no hay este proyecto como si la comunicación fuera una necesidad y un derecho que sería bueno generalizar. En términos de la historia de la asistencia social me parece que ya ha habido proyectos en México de enseñanza de inglés, pero no uno que sea una semilla tan libre como la que estábamos diciendo hace rato de comunicación. Como agregar a la belleza de la humanidad el derecho a la comunicación. Es una muy buena idea y, digamos, es novedoso en la asistencia social. Es muy interesante”.
Muchas gracias a ustedes.
Más sobre el proyecto commUNITY inspiration en http://www.communityinspiration.com