Indígenas brasileños abogan en Praga por la conservación de la selva amazónica
Indígenas de la tribu Baniwa de la Amazonía brasileña visitan Praga para compartir su experiencia con el cambio climático. El viaje se realiza en el marco de la campaña ‘Dejen entrar el sol…’ de la Alianza del Clima que moviliza a los europeos para contribuir a la protección de las selvas tropicales.
Desde el año 2000 los aborígenes de la región del Alto Río Negro, en el noroeste amazónico, observan diariamente los efectos del cambio climático. Así lo contó este martes, en una charla organizada en la Alcaldía Mayor de Praga, Irineu Laureano Rodrigues, de la Federación de Organizaciones Indígenas de Río Negro.
“Estamos aquí para transmitir nuestro mensaje porque se trata de la supervivencia de nuestros pueblos y nuestro planeta. Exigimos la justicia climática. Esperamos que los responsables por el cambio climático lo tomen en cuenta, reduzcan las emisiones de los gases de invernadero y nos apoyen para que podamos adaptarnos al cambio climático. Sólo así podemos conservar la selva que es importante para todo el planeta”.En vísperas de la cumbre climática de Copenhague, los indígenas amazónicos quieren participar en la estipulación de las reglas de juego del mercado de permisos de carbono. Los ingresos de ese negocio deberían destinarse directamente a las organizaciones indígenas, señaló Johann Kandler, de la Alianza del Clima, de Austria.
“Tememos que las selvas se conviertan en objeto de negocios, que consorcios y países ricos se libren de su obligación de reducir las emisiones con la compra de los permisos de carbono. También tememos que los ingresos del mercado de permisos los reciban los gobiernos corruptos y terratenientes que se apropiaron de grandes terrenos en la Amazonía y que usarían esa tierra robada para ganar aún más dinero”.La Alianza del Clima agrupa a más de 1.700 municipios de 17 países europeos con el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en el viejo continente y colaborar con los indígenas de las selvas del Amazonas. En la República Checa se han incorporado a la iniciativa 17 escuelas y la aldea de Bušovice, en Bohemia Occidental.
Con una contribución mínima de 90 euros al año el municipio puede apoyar proyectos de adaptación al cambio climático en la zona del Río Negro: viveros para el cultivo de árboles o la cría de peces, apicultura, fabricación de artesanías o programas educativos para la concienciación de los habitantes acerca de la protección de la selva amazónica. El Gobierno brasileño se muestra interesado en ayudar, pero no tiene recursos financieros.Foto: Andrea Fajkusová