Futuro incierto para los soldados que fumaron cannabis en Kosovo

Los soldados que fumaron cannabis durante su misión en Kosovo y el mal estado de las vías férreas en Chequia son dos de los temas de la prensa del viernes.

Cannabis
Los soldados checos en Kosovo que fumaron cannabis son enviados a casa, escribe Právo. Otro escándalo sacude las Fuerzas Armadas checas tras la expulsión de los oficiales que llevaban símbolos nazis en sus cascos.

En las misiones militares impera la ‘ley seca’, pero controles médicos demostraron que cuatro soldados tomaron bebidas alcohólicas y fumaron marihuana o hachís. Pueden ser expulsados del cuerpo en breve.

Otros diez hombres que tan solo bebieron alcohol no se enfrentan a un castigo tan severo. También retornaron a la República Checa a sus unidades y durante medio año perderán el 15 por ciento de sus sueldos.

Los cambios de vía de los ferrocarriles checos están viejos, aparece en Metro. El jueves cerca de Praga un tren descarriló por culpa del mal estado de la línea.

No hay que lamentar víctimas en los siete vagones que terminaron fuera de las vías, pero el accidente pone en evidencia la necesidad de renovar estos tramos.

Sin embargo, el encargado de la inspección del accidente, sostiene que los cambios de vía, o agujas, antiguos aún pueden realizar su función, pero hay que pasarlos a 40 kilómetros por hora como velocidad máxima.

Las agujas modernas permiten el paso a 100 kilómetros por hora, pero como Ferrocarriles Checos no prevé su sustitución, los trenes seguirán reduciendo su velocidad, escribe Právo.

El vino de este año será excelente, según Lidové Noviny, a tenor de lo visto en la fiesta de San Martín. Tradicionalmente el 11 de noviembre se realiza la cata de los vinos jóvenes de la temporada.

Extraordinarias cosechas y mejor elaboración, harán inolvidable esta añada, opina el diario. Según el periódico el vino blanco moravo medio es de mejor calidad que el procedente del sur de Europa.

El único problema del vino joven de este año es que puede ser insuficiente. Los productores se han enfrentado a una cosecha escasa de uva, pero de gran calidad, lo que ha provocado que la destinen en su mayoría a la elaboración de vinos envejecidos.