Josef Král, acercándose a la Fórmula 1
En las élites del automovilismo mundial, un nombre checo empieza a sonar con fuerza: Josef Král. El joven piloto de 19 años ha conseguido en 2009 pasar desde el campeonato de promoción Fórmula Master a realizar una sensacional actuación en el Gran Premio de Abu Dhabi de GP2, la antesala de la Fórmula 1. Las expectativas para 2010 no podrían ser más altas. Para Radio Praga, el piloto analizó el año que acaba, el que tiene ante sí y las sensaciones al volante de un monoplaza de casi 600 caballos.
La temporada 2009 no podía haber terminado mejor para Josef Král. El salto en octubre a la GP2 fichando por Super Nova, uno de los equipos más fuertes del campeonato, le coloca en una posición inmejorable para culminar su ascenso hasta la cumbre del automovilismo mundial. El mismo Josef Král lo reconoce.
“GP 2 era nuestro plan. Lo ideal es hacer algunos años en fórmulas de promoción, como la Fórmula BMW, un par de años con buenos resultados y después pasar a la Fórmula Master que está al mismo nivel. En ésta yo terminé tercero en mi segundo año, lo que tampoco es que esté demasiado bien. Fue una pena. Yo esperaba ganarla, pero me retiré en cinco carreras por problemas técnicos. Y el siguiente paso lógico eran la GP2 o las World Series by Renault”.
Pero tras el decepcionante bronce final en la Fórmula Máster, la gran oportunidad le llegó a Král en forma de unos tests de varios equipos de GP2 en el circuito andaluz de Jérez de la Frontera, a los que acudió con otros pilotos. Entre ellos, el también checo Jan Charouz, cuarto este año de las 24 horas de Le Mans. Král supo impresionar a los equipos de GP2.
“Los resultados en los tests de Jerez no fueron tan buenos, pero sin embargo los equipos estaban muy contentos conmigo. Les gustó como trabajo, como me comunico, y ese tipo de cosas. Y finalmente recibí ofertas de cuatro equipos distintos. Creo que de todos los pilotos que participamos en las pruebas soy al que más ofertas hicieron. Y decidimos hacer la GP2 Asia Series con Super Nova, que es uno de los mejores equipos”.
Y fue en Abu Dhabi, en el circuito Yas Marina, donde Král causó sensación y justificó con creces la confianza que el equipo inglés había puesto en él, pese a los tiempos discretos en las pruebas de Jerez. Una brillante y sólida actuación le llevó hasta el podio de su primer Gran Premio en GP2.
Clasificado noveno en parrilla de salida, llegó en quinta posición en la primera de las dos carreras. En la segunda, llegó tercero, pero el penúltimo paso por meta lo había hecho en segunda posición. El italiano Davide Valsecchi, piloto más veterano, lanzó su ataque a Král en la última vuelta, y el checo no quiso poner en riesgo su primer podio. Un resultado formidable, que sin embargo, podía haber sido incluso mejor, si no es por uno de los lances típicos en el automovilismo, como continúa contando Král, satisfecho.
“No podía imaginarme que en la primera carrera me saliera todo como salió. Yo me decía: ‘llegar en octavo lugar, o entre los diez primeros, estaría bien’. Pero quinto y tercero es fantástico. Y fíjate que en la sesión cronometrada primero me frenó Christian Vietoris, y luego sacaron la bandera amarilla cuando estaba haciendo un tiempo cuatro décimas mejor que con el me califiqué finalmente noveno. Pero si hubiera podido terminar esa vuelta, con ese ritmo, hubiera salido segundo... o primero”.
Según el piloto, su buena forma física fue de importancia vital para aguantar las duras condiciones del circuito árabe.
“A dos carreras de terminar la temporada de Fórmula Master, empecé a entrenar duro para estar listo para la GP2. Y en Abu Dhabi me vino muy bien. Hacía un calor terrible, unos 47 grados a la sombra. La primera carrera fue durísima, porque estaba acostumbrado a carreras de 40 minutos, y en GP2, mantener la concentración durante una hora y cuarto se hace difícil de verdad. Por eso tener una buena forma física permite mantenerla, y por eso todos los pilotos de Fórmula 1 y GP2 entrenan tanto”.
“Es más duro conducir un GP2 que un Fórmula 1”
En un deporte en el que en un fallo mínimo puede echar al traste el trabajo de días o meses, no solo del piloto, sino de todos los mecánicos, ingenieros e integrantes del equipo, la concentración juega un papel fundamental. Abstemio para no dañar sus reflejos, Král comenta divertido el buen estado en el que se encuentran.
“No hay un entrenamiento específico que yo sepa para la concentración. Pero en cuánto a los reflejos, puede que sea de las personas con mejores reflejos del mundo. Hay un sitio en Inglaterra que hace tests de reflejos, y la persona que lo lleva se los hace también a pilotos de Fórmula 1, GP2 o Fórmula 3, y cuando me los hizo a mí, me dijo que no había visto nunca a nadie como yo. Pensé: ¡Ah, eso está muy bien!,” se ríe Král.
El esfuerzo físico que exige pilotar un monoplaza, es a menudo desconocido o no tenido en cuenta por la gente. En las curvas, las aceleraciones, pero sobre todo en las frenadas, tienen que soportar fuerzas de hasta 5G, que harían saltar los airbag de los automóviles de calle. La conducción de un GP2 es algo imposible de imaginar si no se ha experimentado, según Král, empezando por los frenos.
“Los frenos de GP2 son de carbono, e incluso estando acostumbrado a otros monoplazas, la diferencia en los frenos cuando llegas a GP2 es brutal. Es difícil acostumbrarse, increíble, frenas en poquísimo espacio. Te vas acercando a las curvas y tu cerebro te dice ‘frena, frena ya’, pero tú aguantas con el acelerador a fondo, y luego frenas en nada. A 300 kilómetros por hora puedes pasar a cero en solo 60 ó 70 metros. ¡Puf… y ya estás parado! No te crees que sea posible. Llevas una gota de sudor en la nariz y salta a la pantalla del casco. Esa es la mayor diferencia, los frenos. Pero lo más importante es lo que se denomina ‘downforce’, como el aire pega el coche al suelo por efecto de los alerones”.
Los alerones de un monoplaza, algo así como las alas invertidas de un avión, hacen que el coche se agarre a la pista como si fuera sobre raíles, pudiendo dar las curvas a velocidades de vértigo. Como recuerda Král, el ‘downforce’ es tan fuerte en la Fórmula 1 actual, que un monoplaza a gran velocidad podría correr bocabajo por el techo de un túnel. En eso, la GP2 y la Fórmula 1 están a niveles parecidos, aunque la categoría reina cuenta con toda la tecnología imaginable y un poco más, que facilita la labor del piloto.
“Mucha gente dice que un GP2 es más duro de conducir que un Fórmula 1. El Fórmula 1 lleva dirección asistida, frenos hidráulicos,… no requiere tanto esfuerzo. Y son solo un poco más rápidos, en Mónaco son solo cinco segundos más rápidos. No hay tanta diferencia. Es la mejor preparación para la Fórmula 1. No hay nada más parecido a la Fórmula 1 que un GP2”.
La Fórmula 1, a un paso
Josef Král dice que en Super Nova, están contentos con él y confía en seguir con ellos durante el campeonato principal de GP2, cuyo calendario, de marzo a octubre, coincide con la mayor parte de las pruebas europeas de la Fórmula 1. Fue en Super Nova donde corrieron en Fórmula 3000, el campeonato antecesor de la GP2, pilotos de sobra conocidos en Fórmula 1 como Juan Pablo Montoya y Mark Webber. También para Král, la escudería inglesa puede ser el trampolín hacia el gran circo. El piloto de Hradec Králové, mira su futuro con seguridad y es optimista con respecto a sus opciones.
“Si consigo buenos resultados, ahora hay muchas más oportunidades que en los últimos años, porque han llegado tres equipos nuevos, y todo el mercado de pilotos se mueve más. Los nuevos equipos van a querer al principio a un piloto experimentado que les ponga a punto los coches, y a otro joven y rápido para obtener resultados. Y luego prescindirán de los mayores, así que va a haber muchas más oportunidades que antes”.
Tras el parón invernal, el primer fin de semana de febrero se reanudará el campeonato de GP2 Asia Series, con dos carreras más en Abu Dhabi. Pero el piloto checo se enfrentará a ellas tras haber acumulado muchos kilómetros más en entrenamientos con su nuevo coche y también algo del descanso del que no ha tenido en esta temporada. 2010 será otro año clave en la carrera de Josef Král.