Llega a Chequia un nuevo método de respiración asistida

Jan Chlumský, foto: ČTK

La República Checa cuenta por fin con la última tecnología en cuanto a respiración asistida. Se trata de uno de los últimos modelos de aparatos de tipo coraza, que presionan el pecho del paciente para forzarle a la respiración, sin tubos ni invasiones de ningún tipo.

Jan Chlumský,  foto: ČTK
Los afectados por enfermedades respiratorias tienen que soportar normalmente la asistencia de aparatos de ventilación que bombean aire a los pulmones a través de tubos. Esta imagen puede ser pronto parte del pasado gracias a las nuevas tecnologías. De momento, el hospital universitario Thomayer, en Praga, ya cuenta con el primer aparato de respiración asistida de tipo coraza de la República Checa.

El director de la unidad de neumología, Jan Chlumský, explica cómo funciona exactamente.

“Esta máquina no es invasiva y además funciona de una manera que al cuerpo humano le resulta natural, fisiológica. Se trata de una coraza que se pone en el torso y aplica presión negativa en la zona del pecho, consiguiendo así reforzar los movimientos respiratorios y mejorar la respiración”.

La presión negativa es una presión menor que la atmosférica, de esta forma, la diferencia de presión hace que el tórax se ensanche y los movimientos respiratorios se vean respaldados. La coraza está conectada a un generador de presión, pero salvo este cable, el sistema no consta de más accesorios y es mucho más accesible y ligero que el resto de métodos.

Y sobre todo, es mucho más agradable para el paciente, comenta Chlumský.

“Este tipo de respiración asistida se soporta fácilmente. No solo porque consiste en una forma fisiológica, sino también porque no tiene ningún componente dentro del cuerpo del paciente. El enfermo se acostumbra enseguida".

El ingenio fue adquirido para el hospital por la fundación J&T, que pagó por él unos 23.000 euros. Y es que aunque el primer ventilador de tipo coraza fue patentado en 1927, mucho ha llovido desde entonces y este último modelo dispone de una gran variedad de funciones, como detalla Chlumský.

“El aparato tiene toda una serie de regímenes en los que puede trabajar. Es capaz de realizar respiración asistida de modo controlado, sin la participación del paciente. Y al mismo tiempo el paciente puede influir en su funcionamiento, porque también es capaz de copiar los esfuerzos del enfermo por respirar. Además tiene dos módulos muy interesantes, uno que regula la frecuencia de la ventilación y otro que ayuda al paciente a limpiar sus vías respiratorias”.

El módulo de frecuencia permite, por ejemplo, respiraciones más lentas pero más profundas, que ahorran trabajo al pulmón, y el de limpieza no es otra cosa que una ayuda para que el enfermo pueda toser, ya que hay algunas afecciones que lo dificultan.

De todas maneras, la máquina no es apropiada para todos los pacientes que necesitan respiración asistida.

“No se puede decir que sea para todos y tampoco que pueda sustituir en todos los casos a los aparatos tradicionales de respiración asistida. Sin embargo sí es útil para la mayor parte de los casos que atendemos, cuando la enfermedad pulmonar todavía no es muy grave. Así que podemos utilizar la coraza en casi todos los pacientes que tenemos ingresados en nuestra unidad de cuidados intensivos”.

El sistema ya ha sido usado con éxito en varios pacientes y es previsible que en un futuro se hagan nuevas adquisiciones y cuenten con él otros hospitales de la República Checa.