Hospitales checos introducen nuevo tratamiento para la angina de pecho

Unos electrodos especiales están cambiando la manera de tratar las anginas de pecho en todo el mundo. Los hospitales checos han empezado a usar el sistema con resultados inmejorables.

La temida angina de pecho, a diferencia de los infartos de miocardio que se pueden producir sin dolor, sí es dolorosa. Y los dolores pueden en ocasiones prolongarse de forma continua después del ataque y hacer imposible una vida normal a quien los padece. Uno de los objetivos en el tratamiento de la angina de pecho, aparte de evitar el progreso de la enfermedad y el riesgo de futuros ataques más serios, es el alivio de estos síntomas. Tras casi una década de estudio, en Chequia también se ha empezado a aplicar un sistema de estimulación eléctrica medular que consigue mitigar los dolores de quienes lo sufren de forma aguda y continuada. Un pequeño electrodo instalado en la columna vertebral, con la ayuda de un estimulador cardiaco, consigue bloquear el dolor, como explica Dušan Urgošik, neurocirujano del hospital Na Homolce de Praga.

“El lugar donde terminan las vértebras cervicales y empiezan las torácicas es adonde se dirigen los impulsos nerviosos de toda la musculatura de los hombros, los omóplatos y el tórax. Por eso es en esa zona donde se instala el electrodo.” La operación transcurre con anestesia local y el paciente consciente. Es algo fundamental, cuenta Petr Neužil, médico jefe del Departamento de Cardiología de Na Homolce.

“Para asegurarnos de que lo instalamos en el lugar exacto, tenemos que ir preguntando al paciente si el hormigueo, que ha de ser agradable, va hacia los sitios donde normalmente siente dolor.”

Uno de los beneficiados por la nueva técnica es el paciente Petr Vopálka. Los dolores continuos convertían cualquier actividad en un suplicio y le hacían temer por una invalidez permanente y una jubilación anticipada. Sin embargo, Vopálka ha vuelto a su trabajo, las escaleras ya no son obstáculos infranqueables e incluso se puede dedicar a su jardín, cuenta aliviado.

“Se fueron los dolores, dejé de tomar muchos de los medicamentos de los que dependía, y pude empezar a realizar algunas actividades. Ahora puedo hacer cosas que, antes de la operación, o tenía que tener mucho cuidado, o simplemente no podía.”

En la República Checa ya portan el electrodo milagroso más de 20 personas. Casi todas ellas pasaron por el quirófano del hospital Na Homolce praguense, pero también se ha realizado con éxito la operación en el hospital principal de la capital, Motol, y en el de Olomouc.

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