Dos pacientes checos reciben un nuevo tipo de marcapasos

Foto de ilustración, foto: ČT24

Dos pacientes checos enfermos del corazón recibieron a principios de año un nuevo tipo de marcapasos. El revolucionario aparato permite, entre otras cosas, monitorear la actividad cardiaca a distancia. Radio Praga conversó con el cirujano que realizó las operaciones.

En 1928 el científico australiano Mark Lidwell construyó el primer marcapasos portátil. El aparato, que se conectaba directamente a la red eléctrica, tenía dos electrodos. Uno se aplicaba a la piel del paciente, otro se introducía mediante una aguja en la cámara cardiaca. Su objetivo era estimular el corazón del paciente mediante pequeños impulsos eléctricos emitidos a intervalos regulares.

Los marcapasos de hoy día, que se implantan bajo la piel del pecho, no tienen nada que ver con ese primitivo aparato, según explica Libor Kameník, cirujano cardiólogo del hospital militar de Praga.

“Los cardioestimuladores que se utilizan hoy día controlan el ritmo cardiaco monitoreando constantemente el ECG. En caso de necesidad emiten un impulso eléctrico. El paciente no nota nada y su frecuencia cardiaca se mantiene estable”, indica Kameník.

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La tecnología médica avanza rápidamente. También los marcapasos se someten constantemente a rediseños e innovaciones. Los aparatos de última generación son mucho más eficaces y tardan hasta 15 años en agotar la batería, es decir, cinco más que el tipo antiguo.

Además, tienen la ventaja de que su actividad puede ser monitoreada a distancia, recalca el cirujano.

“El cardioestimulador graba constantemente la actividad cardiaca. Los datos grabados se transmiten telefónicamente a una central que realiza la evaluación. En caso de producirse cualquier anomalía la central avisará al médico mediante un e-mail, fax o un SMS, por ejemplo. De esta manera, el médico es informado en todo momento sobre los eventuales problemas de su paciente”, destaca Kameník.

Hace poco tiempo, dos pacientes checos recibieron el nuevo aparato. Se trataba de una mujer de 55 años y un hombre de 70. En ambos casos, la operación transcurrió sin complicaciones y no tardó más de 30 minutos.

Sin embargo, el nuevo tipo de cardioestimulador no se puede aplicar en todos los pacientes. Depende del diagnóstico y del estado de salud del enfermo, advierte Libor Kameník.

“El primer criterio es el estado biológico del enfermo. El aparato es destinado a pacientes que aún tienen varios años de vida por delante. También depende del tipo de enfermedad. Se recomienda aplicar el nuevo marcapasos, por ejemplo, en casos de fibrilación secundaria que hasta puede causar un derrame cerebral”, señala el médico.

En la República Checa viven actualmente unas 100.000 personas con el marcapasos implantado, lo que sitúa al país en el sexto lugar a nivel europeo. Cada año se realizan unas 6.000 implantaciones nuevas y el número va creciendo. Un aparato cuesta entre 1.500 y 5.000 euros y en Chequia lo cubre la seguridad social.