Los adornos de Navidad brillan en el Museo de Hradec Králové

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Los adornos de Navidad en sus diferentes formas, desde las más antiguas hasta las más modernas, se exhiben en estos días en el Museo de Hradec Králové, Bohemia del Este, en el marco de la exposición ‘El brillo de los adornos de Navidad’.

El brillo de los adornos de Navidad
Los adornos de Navidad. Depositados en unas cajas de cartón, durante gran parte del año yacen escondidos en los rincones más ocultos de nuestras casas. Pero después llega el adviento y estas diminutas piezas de arte se convierten en protagonistas de las fiestas.

Su tradición es tan antigua como la del árbol navideño. Fueron importados de la vecina Alemania en la primera mitad del siglo XIX. Sin embargo, su fabricación industrial comenzó mucho más tarde, según explica Věra Dvořáčková, comisaria de la muestra ‘El brillo de los adornos de Navidad’.

“Los primeros adornos de Navidad aparecieron en el mercado checo en los años 30 del siglo pasado. Al principio eran productos secundarios de bisutería, pero a partir de los años 30 empezaron a surgir fábricas especializadas en su producción”, sostiene la comisaria.

Foto: Barbora Kmentová
Campanillas, muñecos de nieve, avecitas, pero también moscas, arañas e incluso motocicletas y aviones. Los adornos de Navidad, especialmente los fabricados en casa, tenían formas muy variadas y, a veces, hasta extrañas, afirma Věra Dvořáčková.

“En la fabricación de los adornos participaban todos los miembros de la familia. Por eso eran tan variados. Algunos tenían la forma de mariposas o arañas, otros de instrumentos musicales, por ejemplo”, indica Dvořáčková.

También el material utilizado para la fabricación de los adornos variaba de una región a otra y cambiaba con el tiempo.

Los adornos más antiguos se hacían de paja o de cartulina. Estas últimas solían tener la forma de una estrella, una campanilla o un corazón y llevaban pegada la imagen del Niño Jesús o de un Santo. Sus extremos se decoraban con polvo brillante. Otro material que se usaba mucho era el algodón, sostiene Věra Dvořáčková.

“Los adornos de algodón eran muy populares. Tenían la forma de carámbanos, campanillas o frutas. Para su fabricación se usaban formas especiales que se llenaban de algodón, que después se reforzaba con un pegamento. Los adornos así fabricados se teñían de diferentes colores. La fruta solía completarse con hojas hechas de cartulina”, dice la comisaria.

También se hacían adornos de felpilla, cera o de plumas. Bastante difundidas eran las canastillas fabricadas de hiletes de cobre, que después se llenaban con bombones de chocolate u otros dulces y se colgaban en el árbol navideño. Y no hay que olvidar el uso masivo del plástico a mediados del siglo XX, que marcó la fabricación de los adornos de Navidad para muchos años.

En cuanto a los adornos fabricados industrialmente, el cristal es el material más utilizado en Chequia. Las típicas bolas de cristal suelen fabricarse en Bohemia del Norte, que tiene una larga tradición en la producción de bisutería.

El proceso de elaboración de estos adornos es bastante complejo y, en su mayoría, se trata de trabajo a mano, recuerda la comisaria de la exposición.

“Las típicas bolas de Navidad se fabrican de vidrio soplado en moldes, que después se cubre con una capa fina de plata, se colorea y se decora. Cada adorno pasa ocho o diez veces por las manos del artista. De ahí deriva también su elevado precio”, subraya Dvořáčková.

Los adornos de Navidad históricos hechos en casa, así como los modernos producidos por dos fábricas tradicionales checas, pueden ser admirados en el Museo de Hradec Králové hasta el 10 de enero de 2010.

Foto: Barbora Kmentová