El lince empieza a recuperarse en las montañas de Šumava

Foto: Silke Sohler, Creative Commons 3.0

La población de lince europeo en la sierra de Šumava, que se creía prácticamente desaparecida, ha empezado a recuperarse. Según el conteo realizado por un proyecto checo-alemán de protección del lince, viven en la zona unos 60 ejemplares, repartidos a ambos lados de la frontera.

Foto: Silke Sohler,  Creative Commons 3.0
Para proteger una especie en primer lugar hay que saber cuántos ejemplares quedan. En el caso del lince consiste en una tarea especialmente difícil. Se trata de un felino particularmente esquivo, y los métodos tradicionales, con capturas y collares especiales, no daban buenos resultados.

Es por eso que el proyecto de colaboración checo-alemán para la protección del lince ha introducido un método de conteo pionero en Europa Central. Una red de cincuenta cámaras fotográficas automáticas equipadas con sensores fotografían cualquier animal que se ponga por delante del objetivo.

Las trampas fotográficas no funcionan con otras especies, pero el lince europeo tiene la peculiaridad de que cada individuo tiene una distribución de las manchas en el pelaje y un tamaño diferentes. De esta forma, es posible distinguir entre diversos ejemplares y contarlos.

El resultado ha sido que en Šumava sobreviven 60 linces adultos, 30 en el lado checo y la otra mitad en el lado alemán. Toda una buena noticia, según ha valorado Jaromír Bláha, de la organización ecologista Arco Iris.

“Es la primera golondrina, la primera buena noticia sobre esta especie en Chequia. Significa que la reducción del número de linces, diezmados por la caza furtiva, se ha detenido. Por otro lado, es una prueba de que la caza ilegal todavía continúa”, opinó el activista.

El número de linces comunes en las montañas de Šumava, en la frontera entre Alemania, Chequia y Austria, llegaba en los años 80 a más de cien ejemplares. En los 90 su número se redujo bruscamente y hasta hace unos años se pensaba que debían quedar tan solo unos pocos individuos.

Las cámaras automáticas han captado también otras muchas especies animales, dando en ocasiones sorpresas a los científicos. En las imágenes aparecen hurones, nutrias y jabalíes donde no se esperaba encontrarlos.

Autor: Carlos Ferrer
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