Morir de amor en la Ópera Estatal de Praga

Tristán e Isolda

Los estrenos de ‘Don Quijote’ de Massenet y de ‘Tristán e Isolda’ de Wagner se presentan en la Ópera Estatal de Praga en dos producciones que apuestan por nuevas propuestas escénicas.

Nadie sabe exactamente qué se siente muriendo por amor. En realidad nadie puede llegar a saberlo si no es a través del arte, especialmente en las óperas que presentan escenas donde los personajes experimentan lo que se conoce como la “muerte de amor”. Evidentemente estamos ante un sentimiento de naturaleza casi onírica, una ilusión de cada amante hacia su amado, una evocación del máximo deseo amoroso... pero en el fondo no deja de ser sólo un deseo.

Don Quijote
Don Quijote e Isolda, dos muertes sinceras, muertes de fieles amantes. Dos óperas con un lazo en común que suponen los dos estrenos de la Ópera Estatal de Praga para 2010.

En ‘Don Quijote’ de Massenet el protagonista muere después de ser rechazado por Dulcinea, quién prefiere la libertad antes que el casamiento que le propone Don Quijote (una perseverancia en la idea de libertad que también encontramos en ‘Carmen’ de Bizet). No hay maldad en Dulcinea, pues defiende a ultranza a Don Quijote, luchando contra las opiniones de los demás: “es un loco, pero un loco sublime”.

Tristán e Isolda
Por el contrario, la muerte de Isolda sólo se entiende en el gran amor que les une y que es totalmente correspondido: herido de gravedad por Melot, Tristán reencuentra finalmente a su amada Isolda y muere en sus brazos. Isolda, transfigurada y ya fuera de sí, entona su célebre ‘Liebestod’ (Muerte de amor) con el que concluye la ópera wagneriana: un canto elevado que evoca lo que quizás podría ser la muerte de amor... si realmente existiera.

Estas dos producciones de la Ópera Estatal de Praga apuestan por escenografías y movimientos escénicos de interés: mención especial merece el ‘Don Quijote’, que destaca por la inclusión de acrobacias, mimo y hasta claqué... todo en una presentación escénica dinámica que seguro ayudará a una mayor valoración de esta ópera en el futuro, una obra que por desgracia no se programa con frecuencia y que tiene suficiente interés para representarse más a menudo.

Don Quijote

Si en el ‘Don Quijote’ de Massenet encontramos un gran dinamismo en la propuesta escénica, no podemos decir lo mismo de ‘Tristán e Isolda’: aunque la idea del director de escena Marcelo Lombardero, basada en la video-proyección, resulta interesante, la propuesta acaba siendo monótona por la carencia de movimientos escénicos importantes que complementen y den variedad a las proyecciones. De todas formas, la producción se salva por la calidad de la interpretación de los cantantes y de la orquesta.

Isolda muere al lado de Tristán y juntos alcanzan la vida eterna; Don Quijote muere junto a su escudero y fiel amigo Sancho, aunque en su mente se halla siempre la imagen y la voz de su anhelada Dulcinea, que le invita a seguirle eternamente...

Foto: www.opera.cz

Autor: Robert Ferrer
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