“Te ponen un sensor metálico en el pene y te muestran imágenes”

Foto: ČT24

La República Checa no volverá a realizar el polémico examen falométrico a quienes soliciten asilo alegando sufrir persecución por su orientación sexual. Esta ha sido la reacción de las autoridades a la polémica surgida a nivel mundial por tratarse del único país de los Veintisiete que lo realizaba. Alguien que tuvo que pasar por él, recordó la experiencia para Radio Praga.

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Medios de comunicación de todo el mundo se hicieron eco durante la semana pasada del controvertido test falométrico con el que Chequia decidía si era cierta o no la condición de homosexual que alegaban quienes querían escapar de lugares en los que su integridad estaba en peligro por ello. El revuelo suscitado en la opinión pública y la posterior declaración de la Unión Europea de que podría estar vulnerando la Convención de Derechos Humanos de los Veintisiete ha llevado finalmente a la Policía Checa a asegurar que no volverán a utilizarlo a menos que el propio solicitante lo pida.

Se tiene constancia de al menos nueve casos en los que durante la última década se llevó a cabo la prueba a ciudadanos de países islámicos como Irán, en donde la homosexualidad está tipificada en el código penal. Pero también de otros como Rusia y de antiguas repúblicas soviéticas, donde de facto hay una fuerte discriminación hacia la comunidad gay.

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Ese es el caso de Sergei Cheverda, que logró el asilo político tras aprobar el examen. Años después, ha recordado su experiencia para Radio Praga. Tras una entrevista con la Policía, pasó a otra con un psicoterapeuta, cuenta Cheverda.

“Al principio me hizo varias preguntas tipo test, la mayoría sobre mi niñez. Después, sobre mi vida sexual, cómo es mi vida con mi pareja, si nos somos infieles y cosas así. Después te sientas en una cabina, donde te ponen un sensor metálico alrededor del pene que está conectado a un aparato con unos cables. Delante hay una pantalla donde empiezan a mostrarte imágenes de mujeres, niños, hombres,… imágenes de actos sexuales de todo tipo, o simplemente paisajes. Todo esto durante una hora, o incluso más, diría”.

Kurt Freund,  foto: Wikipedia
El polémico método fue desarrollado en la década de los 50 del siglo XX precisamente por un psicólogo y sexólogo checo, Kurt Freund. La Agencia europea de Derechos Fundamentales lo califica sin embargo como poco fiable.

El director del Departamento de Política Migratoria del Ministerio del Interior checo, Tomáš Haišman, insiste en que la prueba no puede ser tomada como una discriminación o vulneración de los derechos de esta comunidad.

Tomáš Haišman
“Nadie en la República Checa ha pasado nunca este test sin haber firmado su consentimiento y dejado constancia por escrito de que le fue explicado al detalle en qué consistía a priori y que le atendió un médico con quien podía comunicarse. Lo que quiere decir que se tomaron medidas para que no se pudiera acusar a la República Checa de difamar a determinadas minorías sexuales”.

Sin embargo, tanto la Agencia europea de los Derechos Fundamentales, como las asociaciones contra la homofobia, consideran que el solicitante no tenía en la práctica opción de rechazar la prueba cuando la Policía se lo proponía, si quería obtener el asilo. De toda la Unión Europea, tan solo en la República Checa se tiene constancia de que se realizaran exámenes de excitación para decidir sobre peticiones de asilo.

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