Murió Jiří Dienstbier, uno de los rostros de la Revolución de Terciopelo
Jiří Dienstbier, uno de los rostros de la Revolución de Terciopelo murió este sábado en Praga a los 73 años de edad. Periodista, disidente anticomunista y signatario de Carta 77 fue uno de los hombres de confianza de Václav Havel.
La muerte de Jiří Dienstbier representa una gran pérdida para la vida política del país, tal como indicara el ministro de RR.EE., Karel Schwarzenberg.
“Se trató de una persona muy franca, muy abierta. Fue muy honesto y en más de una oportunidad demostró que era muy valiente”, sostuvo el ministro.
En 1968 Jiří Dienstbier tenía 31 años, era periodista de la Radiodifusión Checoslovaca y por primera vez se enfrentó de manera decidida al régimen totalitario. Luchó contra los ocupantes soviéticos que habían llegado a asfixiar los anhelos de libertad de checos y eslovacos.
Fue expulsado del trabajo y marcado por la dictadura del proletariado como persona non grata. De reportero y corresponsal en Europa Occidental y EE.UU. pasó a fogonero.
En las batallas contra el régimen comunista conoció a Václav Havel. Figuró entre los primeros signatarios del manifiesto anticomunista Carta 77 y fue uno de sus portavoces, según recordó Havel."Ha muerto un viejo amigo mío. El nombre de Dienstbier queda en la historia del periodismo moderno, la política y de los movimientos de oposición al régimen. Con él y con Václav Benda pasamos tiempo en prisión", recordó Havel.
Perseguido por sus ideas, Dienstbier fue un frecuente inquilino de las cárceles comunistas, como recordara en una entrevista para la Televisión checa.
“En más de una oportunidad algún comando de la Policía Política (StB) allanó mi casa. Requisaban mis cosas, por ejemplo hasta las once de la noche, a pesar de que me opusiera y protestara, nunca sirvió de nada”.
Por oposición al régimen comunista Dienstbier pasó un total de tres años en prisión.
Después de derrotado el régimen comunista en 1989, Jiří Dienstbier se convirtió en el primer ministro de RR.EE. de la nueva república checoslovaca democrática.Una de sus tareas inmediatas del nuevo ministro fue reformar la política exterior del país, hasta ese momento dirigida desde Moscú. Después de dejar el Ministerio no tuvo mayores éxitos en la política nacional.
Buscó suerte a nivel internacional y durante tres años fue relator especial de la ONU para los Derechos Humanos en la antigua Yugoslavia. Tan sólo recientemente había vuelto a la política checa, triunfó en las elecciones senatoriales que le otorgaron un escaño con un periodo de funciones hasta 2014.