El Estado castigará a los padres que rechacen vacunar a sus hijos
Las reacciones de la prensa ante el fallecimiento de Jiří Dienstbier, uno de los protagonistas de la Revolución de Terciopelo; el Estado checo castigará a los padres que no dejen vacunar a sus hijos; universidades checas atraen a jóvenes profesores con ofertas de vivienda barata.
“Falleció el hombre que liberó a los checos del telón de acero”, escribe en portada Mladá Fronta Dnes. “Se van muriendo los protagonistas de la Primavera de Praga y la Revolución de Terciopelo”, titula Lidové Noviny. “Murió un de los políticos más carismáticos de Chequia”, indica Právo.
El Estado castigará a los padres que rechacen vacunar a sus hijos, anuncia en primera plana Lidové Noviny. El Ministerio de Salud prepara una enmienda a la ley sobre la vacunación obligatoria, que permitirá sancionar a los padres que se rebelen contra ella.
Por el momento se desconoce qué tipo de sanciones se aplicará. En algunos países europeos, como por ejemplo Francia, los niños no vacunados no pueden ingresar en las guarderías infantiles.
La República Checa es uno de los países europeos con mayor número de vacunas obligatorias, nueve en total. El Ministerio de Salud insiste en la necesidad de mantenerlas todas, escribe Lidové Noviny.
El tratamiento de los seropositivos cuesta al Estado checo más de 40 millones de euros anuales, advierte Právo.
“Los costos de tratamiento de un paciente ascienden a 20.000 euros anuales. A ellos se suman los gastos de prevención, investigaciones científicas y desarrollo de nuevos medicamentos”, afirma la coordinadora del Programa Nacional para la Lucha contra el SIDA, Džamila Stehlíková.
Desde enero hasta noviembre de 2010 se registraron en el país 176 nuevos casos de personas infectadas con el virus VIH. Se trata del mayor número desde el año 1985.
Según Stehlíková, aumenta el número de personas contagiadas con el virus a una edad temprana, entre 20 y 30 años. El motivo principal, según la experta, sigue siendo el mismo: poco uso del condón y falta de responsabilidad en las relaciones sexuales, en general.
Las universidades checas buscan maneras para atraer a jóvenes científicos y profesores, anuncia el diario Hospodářské Noviny.
Algunas universidades del país ofrecen a sus catedráticos alojamiento barato como recompensa del bajo sueldo que reciban.
La Universidad Carolina de Praga, por ejemplo, ofreció en diciembre pasado 15 apartamentos nuevos, situados en el barrio capitalino de Veleslavín, por dos euros por metro cuadrado al mes a sus profesores menores de 35 años.
Un apartamento de 70 metros cuadrados les cuesta alrededor de 150 euros al mes, mientras que el alquiler habitual para un piso así es de unos 600 euros mensuales en la capital checa.
Por su parte, el Gobierno checo ha introducido hace poco el programa titulado ‘Regreso’ (‘Návrat’), que persigue convencer a los checos que realizan sus estudios en el extranjero para que, una vez licenciados, regresen a su país, indica Hospodářské Noviny.