Exceso de basura amenaza a Chequia
La República Checa produce cada año más de cinco millones de toneladas de desechos. Los vertederos están a su máxima capacidad. Como solución se ofrece la construcción de incineradores de basura, pero nadie quiere tenerlos cerca.
Centenares de personas se manifestaron la semana pasada en Karviná, Bohemia del Norte, contra el proyecto del Gobierno regional de construir en las cercanías de la ciudad un incinerador de desechos, con una capacidad de 200.000 toneladas de basura al año.
Temen que la calidad del aire, bastante contaminado por la actividad minera, será aún peor, afirma Ondřej Feber, alcalde de la localidad de Stonava.
“En un lugar donde la gente sufre problemas respiratorios y otras enfermedades provocadas por la polución atmosférica, no se pueden construir instalaciones de este tipo”, destaca Feber.
Las autoridades argumentan que los vertederos tradicionales representan una carga mucho mayor para el medio ambiente. Así lo opina también el vicegobernador de la región de Moravia-Silesia, Miroslav Novák.“El incinerador de desechos definitivamente beneficiará la calidad del aire en Karviná. La energía que producirá será utilizada para el calentamiento de agua y la calefacción. Eso nos permitirá cerrar una de las plantas térmicas de la ciudad, que tiene un impacto mucho peor sobre el medio ambiente”, sostuvo Novák.
Una situación semejante a la de Karviná se ha vivido últimamente en Pardubice, Bohemia del Este. El proyecto para construir un incinerador en esta región está parado por el momento, ya que se sospecha que su fin era quemar basura no sólo de Chequia, sino también de los países vecinos.
Por su parte, los ciudadanos de Chotíkov, cerca de Pilsen, Bohemia Occidental, hace poco dieron luz verde en un referéndum al proyecto de un incinerador, que será construido en esta localidad dentro de cinco años.
Actualmente funcionan en Chequia tres incineradores de desechos. A pesar de la opinión mayoritariamente negativa de la ciudadanía, se seguirán construyendo en el país, ya que no queda otro remedio, afirman los expertos.