“Todos tienen cámara pero no todos son fotógrafos”
Artista autodidacta, testigo privilegiado de la transición española que devino en el fotógrafo preferido de celebridades y políticos de su país y de Europa, Jordi Socías acaba de inaugurar en el Instituto Cervantes de Praga la exposición titulada ‘Maremágnum’.
“Primero es una cosa tan sencilla como que la palabra me encanta. Me gusta mucho la palabra maremágnum. Todo el sentido vocal que tiene. Eso de tener tres emes me gusta mucho. Y la única razón por la que nombré así la exposición, es esa. El mundo me parece un maremágnum, un conflicto. Se trata de una palabra que reúne demasiadas cosas y es un poco cómo vivimos. Vivimos un poco entre el caos y la seguridad. Y esto es lo que está pasando ahora un poco, por eso la palabra, en definitiva”.
Sobre el hecho de recalar con su obra gráfica en la ciudad de la Primavera de Praga y la Revolución de Terciopelo, Socías es elocuente.“Praga para mí significa una ciudad importante y sobre todo significa una revolución que hubo. Y eso siempre me pareció muy interesante. La revolución de Praga siempre fue algo en lo que nos fijábamos sobre todo porque hay muchas imágenes y muy interesantes sobre esta revolución. Lo de la gente subida en los tanques que no disparaban ni pasaba nada. Ahora están disparando en muchos sitios”.
Y claro, de inmediato comenta que le habría encantado emular a alguno de sus héroes checos, como Josef Koudelka, el fotógrafo que inmortalizó la lucha del pueblo contra los tanques soviéticos en 1968.
“Sí, como fotógrafo sí, me han dado envidia muchas imágenes de las que he visto. Las de Koudelka, por ejemplo, me dan siempre envidia. El poder estar tan cerca. Yo estuve en mi país, lo que pasa es que no había tanques. Se murió el dictador en la cama y luego no pasó nada. Pero toda esa parte es la parte más política de la exposición. Digamos que yo soy un poco fotógrafo de la transición en ese sentido. Estuve en la transición política de mi país, de la dictadura a la democracia. He vivido muchas épocas y sí que he atravesado por un maremágnum de cosas y a mí me interesa eso, tengo un oficio muy interesante y todo eso es lo que ha ocurrido”.Jordi Socías, nacido en Barcelona en 1945, confiesa que llegó tarde a esto de la fotografía.
“Me apasionaba la cultura y la imagen, sobre todo el cine. Pero debía ser una actitud que yo tenía, que te surge y no lo sabes. Lo intenté con la música y vi que no había manera. Y en cambio, con la fotografía resultó. Tenía ya 26 o 27 años. O sea, que yo no he hecho una foto hasta los 26 o 27 años. Antes me dedicaba a trabajar de otras cosas, pero nunca había hecho una foto. Y es cuando cojo una cámara y de repente uno ve que tiene unas aptitudes que le van saliendo porque de no ser fotógrafo a ser fotógrafo pasó muy poco tiempo. En un año y medio ya vivía de la fotografía hasta hoy”.Y asegura que para ser buen fotógrafo se requiere un don especial que ninguna escuela lo enseña.
“En cualquier actividad creativa tienes que tener un don. No se trata sólo de tener el aparato. Una cámara no hace las fotos por sí sola, ni un pincel tampoco. Muchas veces digo: coge un bolígrafo y haz una novela. Mucha gente sabemos escribir pero no hacemos novelas. Como todo en la vida. Y en la fotografía es exactamente igual. Todo el mundo tiene cámaras, pero no todo el mundo es fotógrafo”.Además, con las facilidades que hay en la actualidad, no se necesita nada de técnica fotográfica.
“Ya nada, ya ninguna técnica. Pones todo en automático y lo que te hace falta es saber mirar. Pero la técnica nada. Yo ya tiro con automático, no utilizo ninguna técnica. Sabes algunas cosas, pero no soy nada técnico. El digital es una gran herramienta y todo lo nuevo que venga bienvenido sea, porque te facilita muchas cosas”.
Jordi Socías comenzó como reportero gráfico en las calles y después se especializó en el retrato. Y a eso se dedica en la actualidad.“He tenido mucha suerte porque todos los que he fotografiado no he tenido ningún problema. Yo soy un fotógrafo muy intuitivo que veo bastante rápido lo que puede dar de si un retrato. Y soy muy rápido haciéndolo. A la mayoría de la gente, a nadie le gusta que le hagan una foto. Una cosa es que tú vayas con tus amigos, tu familia y te hagas fotos por la calle, cosa que a mí tampoco me gusta. Pero otra cosa es cuando tú te enfrentas al personaje”.
Pero, ¿por qué decidió pasarse al retrato?
“Primero porque tenía la posibilidad de estar con gente muy interesante y eso ya me sedujo mucho. Y luego que de alguna manera el rostro humando tiene una capacidad de transmitir que a mi siempre me pareció interesante. Siempre me gusta que la gente salga muy bien ella, que sean como son. Retratar es bastante más complicado de lo que parece porque tú tienes delante a Dalí y tienes que decidir cosas. Yo siempre estoy con personajes de una talla grande, como es el caso de Graham Greene, John le Carré. Todos los que hay ahí la mayoría son grandes figuras y eso es bastante complicado. Pero se trata de utilizar la psicología, eso forma parte de mi trabajo. Es ver cómo es el personaje y nunca inquietarle en nada”.
Sobre su manera de retratar, comenta que es muy simple.“Es un poco como ir al dentista. Has de saber qué es lo que tienes que hacer. Entonces yo sé que respecto a eso hay una parte del ser fotógrafo y hacer retratos en donde hay un poco de psicología. En el tratamiento yo casi nunca cojo la cámara hasta que ya veo muy claro que la tengo que coger y empezar a fotografiar. Pero casi nunca me voy con cámara a retratar a un personaje. No es lo mismo fotografiar a Penélope que a Bertolucci o a otro personaje. En el caso de las actrices todo está un poquito más producido, para entendernos”.
Y agrega que ‘Maremágnum’ es una buena antología de su trayectoria.
“Es un buen resumen de lo que he hecho porque al final enseñas lo que enseñas. Lo que no te enseño tú no lo ves. Digamos que me parece que éste es mi estilo de ver la fotografía. Yo creo que ahora también haciendo fotos mantengo este estilo bastante intenso, un poco inquietante, un poco irónico y un poco surrealista, que serían mis tres maneras de ver la fotografía. La observación, la calle como puesta en escena, como un gran plató de cinematografía en donde ocurren muchísimas cosas y yo estoy ahí para verlas y detenerlas cuando yo quiero, y luego el retrato como una parte importante”.Jordi Socías tiene una relación muy especial con Pedro Almodóvar. ¿Es muy difícil fotografiar al cineasta manchego?, le preguntamos.
“Complicado no, conmigo no es nada complicado. Somos escuetos. Para entendernos, él es una estrella, lo que se llama una estrella. Pero es un tipo muy lúcido y muy inteligente. Nunca se ha escondido de nada y es un personaje muy brillante. Yo he tenido la suerte de trabajar en varias películas con él y me gusta mucho observarlo. Todo el rato está con la cabeza puesta en lo que está haciendo. Ahora es verdad que es a veces un poco complicado, que no ha sido el caso. Él quiere que haya gente a su alrededor que sepa lo que quiere. Si tú titubeas, si vas a hacerle una foto y no sabes qué decirle, me imagino que al final dirá oye, no estamos aquí para… ¿No? Pero yo siempre he tenido muy buena relación con él”.La exposición ‘Maremágnum’ fue inaugurada el martes con la presencia del autor y podrá visitarse en el Instituto Cervantes de Praga hasta el 10 de septiembre próximo.