El Niño Jesús de Praga cobra vida en un documental
La célebre estatuilla del Niño Jesús de Praga, expuesta en la iglesia de la Virgen María de la Victoria, en la capital checa, se convirtió en protagonista del nuevo documental del cineasta checo Otakáro Maria Schmidt. El documental, con elementos de ficción, fue producido por la Televisión Checa.
El director, quien recientemente ha dedicado sus documentales a personajes relacionados con la religión católica, ya rodó una película sobre San Juan Nepomuceno y San Adalberto. Para su nuevo largometraje, rodado en 2011, escogió al famosísimo Niño Jesús de Praga.
El objetivo de los creadores del documental fue acercar al milagroso Niño al público, creyente o no, en toda su complejidad. Como aclara el director Otakáro Maria Schmidt en una entrevista para la Televisión Checa, la idea esencial de su documental fue mostrar al niño que todos llevamos dentro.
Y para crear al héroe principal, el Niño Jesús, el autor se inspiró en el Principito del libro de Antoine de Saint-Exupery. Como explica Otakáro Schmidt, estos dos niños mantienen un dialogo a lo largo del documental.“En el desierto donde tuvo que aterrizar por una avería Saint-Exupery, se encuentra a sí mismo de niño, al principito, un niño muy curioso que hace muchas preguntas. Luego viene el Niño Jesús de Praga que da respuesta a esas preguntas”.
Otakáro Schmidt añade que el mismo Saint-Exupery se inspiró en el Niño Jesús de Praga para la creación de su famoso personaje. Para contar la historia de la famosa estatuilla habría que empezar por la leyenda de la aparición del Niño Jesús en España en el siglo XI, aclara Otakáro Schmidt.“La leyenda cuenta que un monje español hizo la talla del Niño Jesús para que protegiera un monasterio cerca de Sevilla contra los moros que ocuparon la península ibérica durante muchos siglos. Al no poder tallar la cara en la figura, apareció frente al monje el Niño Jesús y le ayudó a terminar su obra. La estatua protegió no sólo el monasterio sino toda la península que más tarde fue liberada del poder musulmán”.
De la corte española la estatua del Niño Jesús se trasladó a Praga, en manos de la muy devota María Manríquez de Lara, casada con el noble bohemio Vratislao de Pernštejn. Su hija, Polixena de Lobkowicz, entregó la estatuilla a la comunidad de Padres Carmelitas Descalzos de Praga. Para darle más autenticidad al documental, los autores visitaron y filmaron algunos de los monumentos relacionados con la famosa estatua como la ciudad de Ávila y El Escorial, y hablaron con historiadores y monjes locales.
Visitaron también el convento carmelita de Arenzano en Italia donde se venera el culto a la infancia divina y donde las festividades en honor del Niño Jesús de Praga son las más importantes de toda Europa. Además de hacer viajar a los televidentes a través de Europa, los autores buscaron combinar el cine documental con elementos de cine de ficción como explica el camarógrafo Jiří Strnad.“Aunque se trata de un documental, son fundamentales la música y los colores. Se introdujeron múltiples elementos en la película para mantener el público en tensión”.
Para acercar el documental al público joven que, según Otakáro Schmidt necesita símbolos, los creadores utilizaron títeres y han introducido en la película a un niño actor para dar vida al personaje central.Pensé que si durante una hora usamos sólo la talla, los espectadores, tal vez, se van a aburrir un poco. Entonces hemos creado un Niño Jesús vivo que se mueve por las calles de España y de Praga. Creo que nuestro documental es la primera película en el mundo donde el Niño Jesús está vivo”.
Hasta ahora la nueva película de Otakáro Schmidt fue transmitida en la Televisión Checa pero su director no esconde las aspiraciones de hacer otras versiones lingüísticas para el extranjero, ya que su película anterior, dedicada a San Adalberto, fue traducida al inglés, el italiano y el polaco. No cabe duda que la película encontraría su público en el extranjero ya que la fama del Niño Jesús de Praga se difundió por muchas partes del mundo.Además de Europa, su figura es venerada en Latinoamérica, Filipinas o la India. Como concluye Otakáro Schmidt, el Niño Jesús de Praga es el mejor embajador de la República Checa.