Karel Poláček, muerte trágica de un gran comediante

Karel Poláček

Karel Poláček, autor entre otras de la novela juvenil ‘Éramos Cinco’, es considerado uno de los principales escritores checos de entreguerras. El 21 de enero se cumplieron 67 años de su muerte en el campo de concentración de Auschwitz.

Hijo de una familia judía de clase media, Karel Poláček demostró tener un alma de comediante ya en sus años universitarios, cuando fundó en su ciudad natal, Rychnov nad Kněžnou, un teatro de marionetas para el que escribía y traducía piezas.

Después de la primera guerra mundial comenzó a escribir en las revistas satíricas Štika (Lucio) y Nebojsa (Acorazado), donde conoció a los hermanos Čapek. Pronto se convirtió en un afamado comentarista y folletinista, principalmente gracias a su ácido sentido del humor. Trabajó entre otros en los periódicos Lidové Noviny, České Slovo o Tvorba. Entre 1927 y 1930 dirigió la revista humorística Dobrý den (Buenos Días).

Michael Špirit,  foto: ČT 24
En definitiva, se convirtió en uno de los intelectuales insignia de la Primera República Checoslovaca, alineado cultural y políticamente con otros influyentes librepensadores de centro-izquierda como los mencionados Karel y Josef Čapek, Ferdinand Peroutka o Edvard Beneš, como indica el bohemista Michael Špirit.

“Karel Poláček pertenecía al llamado Círculo de los Viernes, un grupo informal de periodistas y escritores que se reunían en torno al presidente Masaryk. En sus esencias Poláček era sobre todo periodista, y publicaba prácticamente todos los días. De hecho sus artículos completos ocupan diez volúmenes, que por cierto fueron recopilados por primera vez en los años 90”, señaló.

‘Éramos Cinco’
Como autor de ficción destacó por sus historias humorísticas protagonizadas por pequeño-burgueses en las que Poláček retrata corrosivamente las miserias de la vida cotidiana y la mezquindad del ser humano. En su narrativa no faltan libros infantiles, la temática judía ni la ciencia-ficción.

De entre toda su producción literaria, el libro juvenil ‘Éramos Cinco’ (‘Bylo nás pět’), publicado después de su muerte, es quizás la obra más famosa y de mayor repercusión. Muchos checos recuerdan especialmente la serie de televisión de 1994 inspirada en la novela.

Otros trabajos destacables son ‘Michelup y la Motocicleta’ (Michelup a motocykl) de 1935 y ‘La Posada de la Mesa de Piedra’ (‘Hostinec u kamenného stolu’) de 1941, esta última llevada al cine en 1948. En total, y como muestra de su popularidad, seis de sus novelas han sido adaptadas al cine y dos han servido de base para series televisivas.

Špirit destaca el carácter actual de la narrativa de Poláček.

“El Poláček irónico, el Poláček que utiliza un lenguaje coloquial, y juegos de palabras o expresiones ingeniosas, que despierta sonrisas y que pueden ser bastante cáustico… es un autor que sigue teniendo algo que decir en la actualidad. Los libros de Poláček se siguen editando y leyendo, al menos al mismo nivel que los de Karel Čapek o Vladislav Vančura, u otros escritores de la misma época”, afirmó.

La carrera de Poláček se vio truncada por el ascenso del nazismo. Con el advenimiento del Protectorado de Bohemia y Moravia el escritor fue expulsado del diario Lidové Noviny y desterrado de la vida cultural por su ascendencia judía.

El campo de concentración de Terezín,  foto: Archivo de United States Holocaust Memorial Museum
En 1943 fue trasladado al campo de concentración de Terezín, la antelasala de los campos de exterminio que acabarían con otros 80.000 judíos checos. Su destino, o al menos lo temprano de este, fue sin embargo un gesto de amor insensato, según explica Michal Špirit.

“Poláček realmente no tenía que ir al campo de Terezín, pero ingresó en él por solidaridad con su amante Dora Vaňáková, que moriría más tarde en Auschwitz. Fue directa a la cámara de gas nada más llegar. Por otro lado, la hija de Poláček, Jiřina, consiguió llegar a Inglaterra en 1939 y se salvó”.

Precisamente las cartas a Dora fueron los últimos escritos de Poláček que fueron publicados. Gracias a las gestiones de su nieto, la correspondencia con Dora Vaňáková vio la luz en Canadá en 1984.

Karel Poláček
Todo lo que sabemos del año y medio que pasó Poláček en los campos de concentración se lo debemos a una de las supervivientes, Klára Baumöhlová, que pasó con él los últimos meses de su vida. Gracias a su testimonio sabemos que Karel Poláček siguió produciendo hasta prácticamente el último momento.

“El diario en cuestión se conservó y está probado que lo escribió Poláček. No es nada especial, son apuntes que escribió con la intención de retocarlos después y convertirlos en una obra literaria. La testigo de los últimos meses de Poláček en Auschwitz dice que el autor escribió una obrita de teatro navideña, para Nochevieja, que se llegó a escenificar. El texto de la obra se perdió, pero por lo que sabemos de él, es evidente que detrás está la mano de Poláček”, comentó Špirit.

Cuando Auschwitz fue evacuado, Poláček fue trasladado a Hindenburg, y de allí a Gleiwitz, donde fue declarado no apto para trabajar y ejecutado el 12 de enero de 1945.

Autor: Carlos Ferrer
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