Chequia sigue combatiendo contra el río Elba
La República Checa sigue en estado de alerta contra inundaciones especialmente en la cuenca del Elba. La situación es especialmente dramática en las ciudades de Mělník, Ústí nad Labem, Děčín y Litoměřice. Se espera que las aguas del Elba dejen de crecer en la noche del miércoles.
No es la catastrófica situación de 2002, cuando el Elba llegó a los 12 metros de altura y los 4.700 metros cúbicos por segundo, pero sí que ha sido suficiente para inundar barrios enteros y poner a prueba las barreras anti inundación levantadas por los bomberos, que ya empiezan a verse rebasadas.
Entre los municipios más afectados se encuentran las ciudades de Mělník, Ústí nad Labem, Děčín, Hřensko y Litoměřice, que han visto gran parte de sus comunicaciones cortadas y que actualmente están en el grado máximo de emergencia. Un ejemplo dramático es el del pueblo de Kly, cercano a Mělník, que ha sido evacuado por completo y por cuyas calles únicamente es posible pasar en bote. Se trata del mismo escenario que en 2002, como comenta el bombero Jiří Král.“Son todas casas nuevas, que tuvieron que ser construidas después de que las inundaciones de 2002 arrasaran el pueblo. Las hicieron con cimientos más elevados, pero no ha servido de nada”.
Ante la imposibilidad de frenar las aguas durante más tiempo, las autoridades han procedido a evacuar las zonas más amenazadas. La cifra de evacuados alcanzó este miércoles por la mañana las 19.094 personas. De estos, 1.500 son de la ciudad de Děčín, 1.300 de Ústí nad Lábem y 4.600 de Litoměřice. De hecho, más de la mitad de los evacuados son de la región de Ústí. El gobernador de esta circunscripción, Oldřich Bubeníček, declaró que la zona estaba preparada para las inundaciones en la medida de sus posibilidades.“Creo que estamos preparados, pero lo estamos solamente con la intensidad que podemos. Esto significa que en torno al Elba han sido evacuadas 7.000 personas o más. La ciudad de Hřensko ha sido completamente desalojada. Se ha hecho todo lo posible para evitar víctimas o cualquier otro tipo de peligro. Por desgracia permanecen todavía en esas localidades algunos individuos que no han querido ser evacuados, sobre todo de algunos pueblos cerca de Litoměřice. Dicen que hasta que el agua no alcance medio metro, o un metro de altura, ellos no se irán. Pero aún así no queda mucha gente en estas zonas”.
En las áreas afectadas de la región de Ústí se ha declarado además el estado de emergencia en cuanto a abastecimiento eléctrico, que las empresas suministradoras no pueden garantizar. Además, en muchos puntos se ha interrumpido el flujo de agua potable y el líquido que sale de las canalizaciones no es recomendable ni para la higiene personal. La compañía de aguas proporcionará suministro mediante cisternas. Antes de ser evacuados, los habitantes de las zonas susceptibles de verse inundadas trataron de proteger sus pertenencias de todas las formas posibles: trasladando los muebles a los pisos superiores o construyendo sus propias barreras con ladrillos o sacos de arena. Nadie puede garantizar sin embargo el estado de sus inmuebles cuando regresen.Por lo que respecta a la cuenca del Moldava, el río se estabilizó este martes y actualmente el nivel de las aguas baja lentamente. En Praga se ha reanudado el funcionamiento de cinco estaciones de metro y algunas instituciones próximas al río han vuelto a abrir sus puertas. El transporte público de la capital checa sigue sin embargo cortado en el centro y dependiendo de líneas supletorias de autobus y tranvía. Por su parte, los ferrocarriles de las zonas afectadas siguen funcionando de manera irregular y dando quebraderos de cabeza a los viajeros.
El Gobierno tiene previsto el desembolso de 210 millones de euros para paliar los daños causados por las inundaciones. Aunque la cifra se quede corta se trata sin duda de una catástrofe natural menos devastadora que la de 2002, que causó daños por valor de casi 3.000 millones de euros. Por otro lado, la cifra de víctimas de estas inundaciones asciende a 8, mientras que en 2002 perdieron la vida 17 personas.