Inspección Veterinaria checa controlará la carne de pollo procedente de la Unión Europea
La Inspección Veterinaria de la República Checa puso en marcha un operativo extraordinario de control de calidad. En el blanco se encuentra la carne de pollo llegada al país desde la Unión Europea. Los detalles con FV. Gracias a una serie de cualidades como, por ejemplo el alto contenido de proteínas y vitaminas, así como su bajo precios, la carne de pollo gana cada vez mayor presencia en la dieta de los checos.
“Es necesario examinar en cada región de una a cinco muestras. Realizaremos pruebas indiferentemente de la procedencia del producto, ya sea de Alemania, Polonia, Hungría o Eslovaquia”.
El metrodinazol es un antibiótico y antiparasitario utilizado para el tratamiento de algunas infecciones, su consumo debe ser dosificado y controlado por los médicos.
La aplicación de dicho medicamento ha respondido en algunos casos al deseo de acelerar la producción de masa muscular en aves de corral. Los expertos indican que se trata de dopaje ilegal que puede tener efectos secundarios para los consumidores, ya que en el fondo los comensales ingieren antibióticos en la comida.
La Inspección Veterinaria efectuará controles de calidad durante 14 días y no hará diferencia alguna en la procedencia de las muestras. Los inspectores prestarán atención también a los embalajes, la información impresa y las temperaturas durante el procesamiento y transporte de los productos.
Durante los primeros cuatro meses del año pasado las importaciones de carne de pollo de países de la Unión Europea superaron las 35 mil toneladas, según informaciones del Ministerio de Agricultura.
Los principales suministradores de carne de pollo para la República Checa son Francia, Alemania, Hungría y Polonia, este último país vendió a Chequia 17 mil toneladas de pollos entre enero y abril del año en curso.Cada vez más ciudadanos checos aseguran que prefieren los productos nacionales, ya que los importados son de calidad inferior. Los comerciantes se defienden diciendo que se trata de un asunto de precios, puesto que la producción industrial es más barata que la artesanal. Los pollos y los huevos importados tienen muchas veces precios tan bajos que los productores nacionales no pueden competir, sin embargo la calidad de los artículos, aunque su precio sea bajo, no debe atentar contra la salud de los consumidores.