Colombia celebra el aniversario de su independencia también en Praga
Colombia celebró el 20 de julio su 203 aniversario de independencia también en la República Checa. Sancocho, jugos de frutas, parrilladas, artesanía, cócteles y mucha rumba fueron los ingredientes que amenizaron la jornada en el barrio praguense de Smíchov.
La celebración del 203 aniversario de la independencia fue de hecho un punto de encuentro de la Colombia más popular con los habitantes de Praga, que pudieron no solo conocer las especialidades culinarias de este país, sino también entrar en contacto con el ambiente festivo típicamente latino. De acuerdo con el organizador, Álex Trejo, la idea básica era llevar a la capital checa la atmósfera de una calle colombiana en plena fiesta.
“Lo que queríamos hacer es poner un ambiente tipo barrio, donde la gente que va al bar se conoce, son vecinos, y hay comida de leña, hay comida a la parrilla, carne, sopa… Y también un ambiente en el que uno está fuera, hace mucho sol, y hay bebidas de frutas naturales, que es muy común en América Latina”.Pero el programa del día no constó únicamente de comida, como especifica el propietario del restaurante El Arriero, Diego Cardozo.
“Quisimos reunir la gente, cocinar algo típico colombiano, poner algunas artesanías que tenemos de amigos colombianos que las hacen a mano, poner algunos cuadros, cosas artísticas que hacemos nosotros los latinos. Mostrarles un poco la cultura de nosotros, la comida, el idioma, que muchos checos quieren aprender y hablan muy bien algunos”.Y por supuesto, tampoco faltó la música. Porque en Colombia no hay fiesta sin baile, la normalmente tranquila calle del barrio de Smíchov se vio tomada, como no, por la salsa colombiana, la cumbia y el vallenato.
La alegría y exotismo son un aliciente importante en una Praga todavía poco acostumbrada a hacer de la calle el escenario de sus celebraciones. Así lo comentaba Petra, una de las asistentes.“Me enteré por Facebook, por un grupo que se llama Praha Multilingual, donde a menudo se postean eventos interesantes, como salsa y cosas parecidas, porque me interesa la cultura latinoamericana. Y me alegro mucho de haber venido porque es genial estar aquí sentada junto al fuego, tomar una comida estupenda, que me hagan un jugo de una banana que no sé cómo se llama… Una tarde fantástica”.
En el mismo sentido se expresaba Renata, otra de las checas presentes en la fiesta.“Creo que esta es la mejor forma de acercar esta cultura, no solo la lengua, sino la comida, la música, la cultura en sí. Estoy sorprendida de la cantidad de gente que se interesa en Praga por la cultura latinoamericana”.
A las diez de la noche, siguiendo la normativa municipal, la rumba tuvo que trasladarse al interior del local, donde continúo con más música y cócteles hasta altas horas de la madrugada.