“García Márquez trajo a Chequia el placer de narrar y una enorme cantidad de historias”
Gabriel García Márquez, uno de los autores en castellano de mayor repercusión de la historia, nos dejó este jueves a la edad de 87 años. En Radio Praga hemos conversado con Blanka Starková, una de sus traductoras al checo, quien nos habló de la repercusión del autor en la escena literaria del país.
La llegada de sus primeros trabajos, y especialmente de su obra clave, ‘Cien Años de Soledad’, traducida en 1971, supuso en la Checoslovaquia de entonces, como en otros muchos países, la entrada del aire fresco y tropical del llamado boom latinoamericano, representado además por autores como Julio Cortázar, Mario Vargas Llosa o Carlos Fuentes. Esta nueva manera de narrar, más vívida, en ocasiones de carácter comprometido o político, a menudo introduciendo elementos fantásticos o experimentales, dejó una importante huella en la escena literaria checa, según comenta para Radio Praga una de las traductoras de García Márquez, Blanka Starková.
“Primero conocimos algunos de sus cuentos cortos, que fueron publicados en checo en una revista literaria. Pero fue solamente el comienzo. Una verdadera revelación fue naturalmente la novela ‘Cien Años de Soledad’, que causó un gran impacto en toda Europa y en todo el mundo. Entró en un ambiente de literatura bastante racionalista, de finales de los años 60, y un poco cansada. García Márquez trajo el placer de narrar, y una enorme cantidad de historias. Fue realmente una revelación para todos los checos, para todos los lectores, y tuvo una gran repercusión”, indicó.El estilo de García Márquez marcó a diversos autores checos, de los que destaca sobre todo Jiří Kratochvil, lo que a su manera puede entenderse como un amor correspondido, puesto que una de las grandes influencias del colombiano es precisamente Franz Kafka.
Consecuentemente se fueron traduciendo al checo todas las novelas que García Márquez iba publicando, al principio de una manera algo incoherente y caótica, como explica Starková.
“Tengo que reconocer que la traducción de ‘Cien Años de Soledad’, de la que se encargó Vladimír Medek fue genial, fue absolutamente espléndida. Y luego, por casualidad participamos como siete traductores para varias obras de García Márquez, lo que es bastante inusitado. Generalmente un solo traductor se ocupa de toda la obra del autor en cuestión. Pero después del año 1990, cuando cambió la política editorial y especialmente la estructura de las editoriales en la República Checa, quedamos solamente dos, el señor Medek y yo, para traducir a García Márquez”, dijo.Blanka Starková, traductora también entre otros de Javier Marías, Miguel Delibes y Zoé Valdés, llevó al checo ‘Memoria de mis Putas Tristes’, ‘Diario de un Náufrago’, y ‘Amor en los Tiempos del Cólera’. De estos trabajos destaca la dificultad de trasladar al checo el profundo dominio del lenguaje de García Márquez.
“Naturalmente, muy importante en él es el ritmo de la narración. Luego, García Márquez aprovechaba al máximo las posibilidades del español, de su idioma, y eso puede dar problemas porque hay veces que estas posibilidades se oponen a la estructura del checo. Esto ocurrió por ejemplo con novelas como ‘El Otoño del Patriarca’ o en ‘Crónica de una Muerte Anunciada’, porque el español tiene una perfecta estructura de los tiempos, especialmente de las capas del pasado, y el checo no los tiene tan definidos. Especialmente ‘El Otoño del Patriarca’ trajo muchos problemas en la traducción. Pero lo tenemos en checo, y la traducción es buena”, comentó.
Gabriel García Márquez murió en Ciudad de México de un cáncer linfático a los 87 años de edad, pasando a la historia como el más reconocido autor en español del siglo XX, y uno de los más trascendentales a nivel mundial. En 1985 le fue concedido el premio Nobel de Literatura. Periodista de profesión, ideológicamente situado en la izquierda latinoamericana, publicó su primera obra, ‘La Hojarasca’ en 1955 y desde los años 60 se dedicó enteramente a la literatura. Su última obra de ficción fue ‘Memoria de mis Putas Tristes’, publicada en 2004.