La polémica OpenCard podría tener los días contados
La tarjeta multiusos de la que disponen más de un millón de usuarios en Praga podría dejar de ser válida cualquier día a partir del 30 de junio indiferentemente de que muchos de los beneficiarios hayan pagado los servicios por adelantado.
Durante la reunión de emergencia celebrada este lunes con los representantes de la firma, el Alcalde Mayor de Praga, Tomáš Hudeček, logró posponer la fecha límite para la cancelación de las tarjetas al 30 de junio, dos semanas más tarde de la fecha fijada inicialmente por la compañía. No obstante, como condición, el Consistorio deberá abonar a la firma el millón de euros que le debe por los servicios prestados en el pasado.
El Ayuntamiento de Praga, que está atado a perjudiciales contratos firmados durante una legislatura anterior, ha sacado a la luz la gravedad de la situación de la OpenCard y ha anunciado que probablemente implantará un nuevo sistema. Esta decisión es consecuencia del rechazo por parte del Consistorio a comprar los derechos de la tarjeta a la empresa eMoneyServices que exige más de 18 millones de euros.En este sentido, Hudeček declaró que la cantidad reclamada por la compañía es inaceptable. Asimismo, dos estudios independientes han estimado que el precio establecido está un cuarto por encima de su valor real.
Según han advertido fuentes oficiales del Ayuntamiento, hay una gran posibilidad de que no se llegue a ningún acuerdo con eMoneyServices y que haya que reemplazar por cupones las más de un millón de tarjetas que hay actualmente en circulación en la capital Checa.Esta solución temporal costaría a las arcas públicas más de 580.000 euros. Además, todos los usuarios de la tarjeta tendrían que volver a realizar los trámites burocráticos para reclamar el bono de papel de repuesto. A pesar de que el Ayuntamiento de Praga admite no estar preparado para una operación de esta medida, los planes para imprimir los millones cupones provisionales ya están concluidos y pueden dar comienzo cualquier día.
La creciente indignación pública es evidente y es que la Opencard representa una de las peores empresas que el Ayuntamiento de la ciudad ha llevado a cabo. El proyecto, que ha supuesto un gasto de más de 47 millones de euros, está ensombrecido por numerosos y dudosos contratos que han acabado en imputaciones por malversación de fondos a más de veinte oficiales del Consistorio, incluyendo al actual Mayor Alcalde Tomáš Hudeček.