Marie Podvalová, inolvidable intérprete de la mítica princesa Libuše

Marie Podvalová, foto: Archivo de ČRo

En el espacio musical de los sábados les presentaremos la vida y obra de Marie Podvalová, una excelente cantante de ópera del siglo XX y gran propagadora de la obra de compositores nacionales.

Marie Podvalová,  foto: Archivo de ČRo
Marie Podvalová fue solista del Teatro Nacional de Praga, al que permaneció fiel durante 40 años, a pesar de haber recibido ofertas en repetidas ocasiones para actuar en otros teatros del mundo.

Un reconocimiento especial adquirió la cantante por su interpretación del rol de la mítica princesa eslava Libuše en la ópera del mismo nombre de Federico Smetana. Por primera vez actuó en el rol de Libuše en el Teatro Nacional de Praga el 18 de mayo de 1938, durante el estreno de su nueva escenificación, y posteriormente unas 300 veces más. Podvalová hechizó de inmediato al público con su fuerte y colorida voz de soprano, su encantadora figura y su vocación dramática y durante años fue una de las cantantes operísticas nacionales más populares.

Además, en los momentos en los que Hitler comenzó a realizar sus planes de la subordinación de Europa a la Alemania nazi, los checos concebían a Libuše como un símbolo de lucha contra el enemigo externo, ya que en la ópera la princesa vaticina un gran futuro a la nación checa, que no se dejará aplastar por el enemigo y no perecerá. Durante la ocupación de Checoslovaquia por los nazis, la interpretación de esta y otras óperas nacionales fue prohibida.

El camino de Marie Podvalová a la ópera no fue directo. Nació en septiembre de 1909 en el pueblo de Čakovice, actualmente uno de los barrios de Praga, en la familia de un empleado de ferrocarril. Desde pequeña tocaba el piano y el violín, gracias a que heredó la vocación musical de su madre. Otra de sus aficiones eran los deportes, entre ellos el fútbol. No obstante, por razones de salud tuvo que dejar los deportes y abandonar también su sueño de formarse como maestra.

Sin embargo, la enfermedad la llevó al canto, ya que tenía que hacer ejercicios respiratorios entonando la voz. Uno de sus profesores de escuela reconoció el gran talento de Marie y le recomendó estudiar canto. Y así fue. Podvalová hizo primero estudios privados y posteriormente estudió en el Conservatorio.

En 1935 fue contratada como solista en la Ópera de la ciudad de Brno, que entonces contaba con excelentes personalidades en su dirección y en la dirección de la orquesta, por lo que el trabajo de Marie Podvalová allí fue la mejor escuela para una cantante operística principiante. En Brno desempeñó papeles en óperas de Músorgski, Dvořák, Verdi, Beethoven, Janáček y Smetana.

En el rol de Milada, en la ópera Dalibor de Federico Smetana, la cantante se presentó el 27 de mayo de 1937 por primera vez en calidad de huésped, en el Teatro Nacional y se mereció fuertes aplausos. Poco después le fue ofrecido el puesto de solista en el Teatro Nacional de Praga, donde a lo largo de su carrera profesional tuvo la oportunidad de actuar en un sinnúmero de óperas. Una de ellas fue ‘La Ondina’, de Antonín Dvořák, en la que representó el rol de la princesa forastera.

Además de actuar en óperas, Podvalová ofrecía también conciertos operísticos e interpretaba cantatas y oratorios. Lamentablemente, las grabaciones del período inicial de la carrera de Podvalová no se conservaron hasta el presente, contando los archivos musicales únicamente con grabaciones de su voz de soprano o mezzosoprano ya a una edad madura. Uno de los últimos papeles interpretados por Marie Podvalová en la voz de mezzosoprano antes de retirarse fue la condesa Adelaide en la ópera Arabella de Richard Strauss. La cantante falleció en Praga el 18 de mayo de 1992.

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