La iglesia de la Virgen María Victoriosa en la Montaña Blanca guarda recuerdos de guerras y reconciliación
En esta ocasión les hablaremos de algunos acontecimientos históricos vinculados con la iglesia de la Virgen María Victoriosa, que forma parte de un extenso monasterio situado en la zona de la Montaña Blanca (Bílá Hora), en Praga. Se trata de un lugar que a lo largo de siglos fue concebido como un testigo silencioso de la tragedia nacional, y más tarde de la reconciliación. Durante cierto tiempo fue también un concurrido centro de peregrinación.
La mencionada batalla marcó por otros 300 años el rumbo de desarrollo del Reino de Bohemia, del que se apoderó la dinastía de los Habsburgo. A la vez llevó al fin de las libertades religiosas y al dominio de la Iglesia Católica Romana en estos territorios por un largo periodo.
Una imagen mariana ayudó supuestamente a los ejércitos imperiales a ganar la Batalla de la Montaña Blanca
La iglesia de la Virgen María Victoriosa, cuya proyección horizontal tiene la forma de una cruz y en lo alto es decorada por unas cúpulas, guarda recuerdos de aquella histórica batalla. Se trata de una pequeña imagen de la Virgen María con Jesucristo rodeados de varios santos, situada en el altar principal de la iglesia. Su historia la cuenta una monja dominicana, la hermana Francesca.
”Es una historia interesante, ya que la adoración por la Virgen María se extendió en Bohemia y Moravia hasta en el siglo XVIII, al igual que en otros lugares. Pero cuenta una leyenda que un monje carmelita, llamado Dominico, quien acompañó a los ejércitos imperiales a Bohemia a la batalla de la Montaña Blanca, encontró por el camino esa imagen. Estaba entonces bastante dañada y alguien les había sacado los ojos a la Virgen y a los santos. Esto indignó a Dominico, quien inculpó de ello a los protestantes. Un día antes de la batalla mostró la imagen a los generales imperiales y les dijo que gracias al apoyo de la Virgen María las tropas imperiales ganarían. Y así sucedió”.
A la batalla de la Montaña Blanca se debe el nombre de la iglesia local
A esa victoria se debe también el nombre del templo de la Montaña Blanca, o sea, iglesia de la Virgen María Victoriosa. Y, según prosigue la hermana Francesca, la leyenda narra también la valentía del monje Dominico.
”Dominico colgó la imagen de la Virgen María y Jesucristo en su cuello y personalmente participó en los enfrentamientos. No vaciló en montarse en un caballo de un general herido, y con valentía recorrió las filas de los soldados, comunicándoles a no dar ni un solo paso atrás. Cuenta otra leyenda que durante la batalla los ejércitos protestantes de pronto vieron sobre las cabezas de los ejércitos imperiales las imágenes de los santos patronos checos, de San Venceslao y San Vito. Se asustaron, ya que no esperaban que los santos apoyasen a su enemigo, y perdieron la batalla”.El monasterio y la iglesia de la Virgen María Victoriosa sirvió como centro de peregrinaje
Al cabo de algún tiempo, el área del monasterio con la iglesia de la Virgen María Victoriosa llegó a ser transformado en un centro de peregrinación, al que acudían no obstante sólo creyentes de la fe católica. Los peregrinos se juntaban en el ámbito de la iglesia, como sostiene la hermana Francesca.
”En el ámbito no sólo se acogía a los peregrinos que venían al lugar, sino que éstos también podían meditar allí. Hasta hoy se conservaron las decoraciones con pinturas al fresco de la vida de la Virgen María y de Jesucristo, así como las imágenes de 47 centros de peregrinaje de Bohemia, Moravia, Austria y también de España, el monasterio de Monserrat, que desde hace siglos gozaba de renombre en Europa. En caso de lluvias, los peregrinos podían pasar en el ámbito de la iglesia también la noche”.
La iglesia de la Virgen María Victoriosa como centro de reconciliación nacional
Sin embargo, no fue hasta con la constitución de la República Checoslovaca independiente, el 28 de octubre de 1918, que la iglesia de la Virgen María Victoriosa de la Montaña Blanca, en Praga, se convirtió en un centro de una verdadera reconciliación nacional. La naciente democracia checoslovaca implantó en el país nuevamente las libertades religiosas que le fueron negadas al pueblo checo en las postrimerías del siglo XVI.
El 7 de noviembre de 1918, en la víspera del aniversario de la Batalla de la Montaña Blanca, un gran número de habitantes de Praga se dirigieron al lugar de los antiguos enfrentamientos armados. Querían sepultar allí imaginariamente a la Monarquía Austro-Húngara y acabar con la maldición que significó para los checos la Montaña Blanca. No se trató de ninguna manifestación, sino de una verdadera fiesta de peregrinación a la que asistieron católicos, protestantes, así como personas sin credo. Después de visitar el campo de batalla, todos se encaminaron a la iglesia de la Virgen María Victoriosa para demostrar que todo lo malo estaba superado.Sobre la reconciliación testimonia también un moderno monumento a los caídos en la batalla de la Montaña Blanca, situado sobre una tumba en el área del monasterio local, como cuenta la hermana Francesca.
“Sobre unas piedras hay dibujados rostros de personas, de hombres y mujeres. El autor de la obra quería transmitir con ello que allí se encuentran sepultadas personas concretas que cayeron en una batalla concreta, y que todas esas personas tenían familias, a alguien a quien querían. Y otro testimonio de la importancia de este lugar para la reconciliación nacional es que, según algunas fuentes históricas, en la tumba yacen sepultados los combatientes protestantes de la Batalla de la Montaña Blanca. O sea que en este antiguo centro de peregrinación católico se rindió homenaje a soldados de los ejércitos enemigos”.
Actualmente el monasterio y la iglesia en la Montaña Blanca cumplen nuevamente su misión original de servir al culto. En diciembre de 2007 regresaron al lugar las monjas de la Orden Benedictina que lo administran. El área local con la iglesia de la Virgen María Victoriosa sigue representando a la vez una fuente de conocimientos para todo aquél que se interese por los sitios que guardan recuerdos de los acontecimientos clave de la historia nacional.