La torre de Žižkov, una de las construcciones más feas del mundo, cumple 30 años
Hace 30 años se puso la primera piedra de la que sería conocida como Torre de la Televisión o Torre de Žižkov. Obra polémica y al mismo tiempo emblemática de la ciudad de Praga, cumple en la actualidad diversas funciones técnicas sin dejar de ser un punto de interés turístico.
Elevada sobre el barrio de Žižkov y visible desde cualquier punto alto de la ciudad, la Torre de la Televisión, con su aspecto de cohete plateado, se ha convertido en uno de los símbolos de la capital checa y posiblemente la única construcción moderna, junto a la Casa Danzante, que queda en el recuerdo de los turistas tras visitar Praga. Su construcción se inició hace justo ahora 30 años, en los jardines de Mahler, y no fue finalizada hasta 1992.
El arquitecto que la concibió, Václav Aulický, recuerda la ceremonia de colocación de la primera piedra con sentimientos encontrados.
“Por un lado cada momento de inicio de un proyecto es positivo para un joven arquitecto, pero aquella vez todo estaba unido al Partido y al Gobierno comunista, así que además de constructores y proyectantes estaban allí los peces gordos de entonces, y eso no era ningún placer”.
Su construcción vino acompañada de un área completa del mismo estilo y un edificio adosado, de modo que los jardines de Mahler fueron prácticamente destruidos, al igual que el cementerio judío de Žižkov, que en la actualidad queda escondido a un lado de la torre.
El edificio, de hecho, aunque parte ya de la personalidad del barrio, no acaba de congeniar estilísticamente con su entorno. Ese es quizás el motivo por el que la cadena de televisión CNN la considere la cuarta peor construcción del mundo, o por el que el diario británico Telegraph la situara entre los 20 edificios más feos que se conocen.
Sea como sea, su lado práctico es indiscutible, señala Aulický.
“Es básicamente un dispositivo de telecomunicaciones polifuncional. Es una antena emisora de radio y televisión, pero tiene también una nueva estación de radiotelefonía móvil, y provee muchas conexiones de radio públicas y locales entre diversas instituciones. Realiza también un seguimiento de la seguridad aérea, y otras cosas. Y es también un edificio público. Hay un restaurante panorámico a una altura de 62 metros y a los 92 metros un mirador”.
Por otro lado la visita a la torre ganó interés en 2000, cuando se emplazaron a lo largo de su superficie varios bebés gigantes creados por el artista plástico David Černý, y que dan a la obra un toque vanguardista.
Con 216 metros de altura es el edificio más alto de Praga, y lo seguirá siendo durante mucho tiempo, dado lo robusto de su construcción. Sus tres pilares se encuentran sostenidos por unos cimientos de 15 metros de profundidad, y su esperanza de vida es muy larga, comenta Aulický.
“Se habla de una vida de aproximadamente cien años, pero es en la práctica una construcción de hierro y hormigón, a pesar de que por fuera aparece recubierta de una lámina metálica. Se puede decir así que su esperanza de vida es más o menos ilimitada”.
Tras las obras de renovación de 2012, además de modernizarse las instalaciones se fundó el One Room Hotel, un hotel de lujo de tan solo una habitación para quien quiera alojarse en las alturas. Asimismo desde el año pasado el área de la torre cuenta con un nuevo restaurante al aire libre y un minigolf.