Iglesias católica y evangélica checas celebran Un Día para Cuba en Praga
Las iglesias católica y evangélica checas expresaron su solidaridad con las Damas de Blanco de Cuba y recordaron a las víctimas de los regímenes totalitarios, el viernes en las calles de Praga. En la actividad conocida como Un Día para Cuba representantes eclesiásticos y activistas por los DD.HH. alertaron ante la necesidad de mantener el apoyo a las fuerzas democráticas en la isla.
La actividad contó con la presencia de la joven activista cubana Rosa María Paya, hija del fallecido disidente y líder del Movimiento Cristiano Libaración Oswaldo Payá Sardiñas.
“Un Día para Cuba es especial para nosotros, porque se hace desde el pueblo checo, desde las iglesias, pero es un símbolo de solidaridad casi único en Europa, casi único en la comunidad internacional, un reconocimiento al sufrimiento del pueblo cubano. Un reconocimiento también a la lucha de la sociedad civil y de los ciudadanos cubanos en busca de sus derechos”.
Rosa María Payá explicó que es muy importante que la opinión pública se entere de que su país todavía no ha empezado a dar pasos hacia la democracia.“Nada ha cambiado en Cuba. En términos de DD.HH. los cubanos continuamos con la misma situación de restricción y de represión contra aquellos que piensan diferente”.
La joven activista expresó el deseo de que los cubanos puedan decidir sobre el futuro de su país. Enfatizó en que la ayuda internacional debe estar dirigida en esa dirección, porque al igual que los checos y otras naciones de Europa del Este también los cubanos pueden construir una sociedad libre.
“Que si quieren ayudar a la democracia en Cuba, pues deben apoyar en primer lugar el derecho a decidir de los cubanos, la participación pública. Para que seamos los cubanos los que decidamos nuestro futuro y no el mismo grupo de generales en el poder por más de 57 años”.
La actividad Un Día para Cuba busca alertar sobre los problemas que sufren los activistas por los Derechos Humanos y la falta de libertades en la isla. El evento se sella con una misa ecuménica en la que se recuerda a las Damas de Blanco, presos políticos y a las víctimas del totalitarismo comunista.