Rosa María Payá: “En Cuba no ha empezado la transición”
La activista cubana Rosa María Payá, hija del fallecido opositor Oswaldo Payá Sardiñas, se encuentra en la capital checa. Fue invitada a integrar el jurado del festival de documentales de Derechos Humanos ‘Un Mundo’. En conversación con Radio Praga se refirió a la situación en Cuba y a la venidera visita del presidente de EE.UU., Barack Obama, a la isla.
“Pues yo muy agradecida de haber recibido la invitación para ser miembro del jurado de este festival. Precisamente a través del cine, del audiovisual las campañas son más exitosas”.
El festival representa para la activista una importante fuente de información, puesto que sirve para que los asistentes se enteren de lo que sucede en otras partes del mundo.
“En el caso particular cubano, que tanta información necesitamos dentro de la isla, pero que también tanto necesitamos explicarle al mundo, que ha estado bombardeado por el régimen cubano, y que muchas veces no entiende la situación del pueblo cubano que mantiene sin derechos durante más de 50 años”.
Sin serlo, el régimen se codea con los demócratas
Para Rosa María Payá su participación en el festival y su visita a la capital checa sirven para aprender y a la vez explicar lo que ocurre en su país.
“Desde diciembre de 2014 yo no puedo dejar de mencionar consecuencias que para mí son lamentables. El régimen cubano y particularmente el gobierno de Raúl Castro, aparece ahora revestido de cierta legitimidad, precisamente porque tiene una relación más estrecha con gobiernos demócratas, como lo es el gobierno de EE.UU.”Payá alertó ante el hecho de que el acercamiento de EE.UU. a Cuba ha sido interpretado de manera errónea por muchos sectores políticos.
“Una segunda consecuencia que también es muy lamentable, es la manera en la que se ha vendido este acercamiento. Ha tenido como objetivo también decirle al mundo que es para la transición de la democracia en Cuba, y por tanto, muchos creen ahora que a partir de diciembre de 2014 están cambiando las cosas en el país, es lamentable, porque no es cierto”.
En la transición debe participar la sociedad civil
La joven activista considera que el cambio de actitud para con La Habana por parte de EE.UU. es muestra de la soberanía de ese gran país, pero que no hay que olvidar a los otros protagonistas políticos de la isla.
“Cambió la posición del gobierno de EE.UU. y está muy bien que cambie. A mí me parece que muy bien que la soberanía del gobierno de EE.UU. para tener la política exterior que ellos decidan, incluso me parece bien que se acerquen a la isla. Ahora, el acercamiento ha sido hasta ahora con el gobierno cubano, el interlocutor efectivo ha sido el gobierno cubano, y eso no es para la transición a la democracia”.La política exterior de EE.UU. registró un cambio de cara hacia los gobernantes cubanos, pero los cambios dentro de la isla están en manos de la población. Promotora del proyecto Cuba Decide, Rosa María Payá sostuvo en Praga que resulta indispensable que los cubanos participen en un plebiscito real para que sean ellos mismos los que escojan el camino a seguir.
“Hace cuatro días he venido de la isla, y en mi país la pobreza continua igual, la falta de derechos continua igual, la represión crece. No ha comenzado una transición, como no puede comenzar a menos de que haya participación pública, a menos de que la ciudadanía pueda estar involucrada. Y eso no es algo que pueda cambiar el presidente de EE.UU. Eso es algo que podemos cambiar los cubanos”.
Siempre ha sido y será siempre muy importante para las fuerzas democráticas el apoyo que reciban de la comunidad internacional. La activista pide a los políticos que se reúnan con los representantes de la sociedad civil.
“Sí esperaríamos que tanto el presidente de EE.UU. como la Unión Europea, como los actores democráticos que se acerquen a nuestro país, que se acerquen en primer lugar a los ciudadanos. Y para eso tienen que pedir que los ciudadanos puedan participar, que es lo que no han podido hacer desde 56 años”.
El régimen busca un disfraz para seguir en el poder
La correlación de fuerzas existente ha sido aprovechada por los gobernantes cubanos para ofrecer a nivel internacional una imagen de cambio, denunció Payá.
“El régimen se dio cuenta de no necesita aparecer tan totalitario, se dio cuenta de que no necesita aparecer antidemocrático, para continuar siendo antidemocrático, totalitario y permanecer con todo el poder y todo el dinero. Ha habido pequeñas reformas y habrá más, tantas como el gobierno se vea forzado para dar la imagen de un cambio”.
Los supuestos cambios orquestados por el régimen cubano son una especie de cortina de humo para ganar tiempo en su intento por continuar en el poder.
“Lo que sí es un hecho, es que la transición a la democracia en Cuba no va a venir desde el mismo poder totalitario. Y éste, además de criminal tiene el objetivo de permanecer a perpetuidad. Y por tanto se inventarán los nombres que tengan que inventarse, los sistemas políticos y económicos que tengan que inventarse”.Rosa María Payá está convencida de que el régimen de La Habana aplicará reformas y cambios con el único propósito de mantener alguna forma de gobierno que les garantice privilegios de por vida.
“Pueden ir del comunismo salvaje al capitalismo salvaje, al estado corporativo militar, al estilo chino, al estilo ruso o al estilo uzbeco, eso no es democracia. Los cubanos quieren lo mismo que tienen los checos, libertad para prosperar con el producto de su trabajo y construir el país”.
Después de más de 50 años de falta de democracia en Cuba, la joven activista hizo un llamado para que la opinión pública y política internacionales no se dejen engañar.
“Si algo es evidente, y si algo está probado es que estos regímenes son tóxicos. El mundo no puede seguirse dando el lujo de permitir un régimen como el de La Habana, floreciendo. No importa el nombre que tenga, son por naturaleza tóxicos y por naturaleza injerencistas como ha pasado en el resto de América Latina”.
El festival de cine de Derechos Humanos Un Mundo proseguirá hasta el 16 de marzo en Praga, para pasar después a 32 ciudades del país, continuará en Eslovaquia y finalmente será clausurado en la ciudad de Bruselas.