La desinformación de los medios checoslovacos sobre el accidente de Chernóbil
La nube radioactiva de Chernóbil ya sobrevolaba el territorio checoslovaco cuando aparecieron las primeras noticias sobre lo que se convertiría en una de las mayores catástrofes tecnológicas de la humanidad. El 26 de abril el mundo recordó los 30 años de la explosión del reactor 4 de la central nuclear soviética de Chernóbil. En el espacio 'Legados del Pasado, Testimonio del Presente' hablaremos de la propaganda comunista que trató de relativizar la gravedad del accidente, con lo que socavó así profundamente el resto de la confianza del público en su régimen.
Según indicó para la Radiodifusión Checa el presidente de la Academia de Ciencias de la República Checa, Jiří Drahos, el accidente fue provocado a causa de la actitud del oficialismo comunista.
“Falló toda una serie de cosas, comenzado por la imperfección del proyecto. No por culpa de los proyectistas, sino a causa de los representantes del régimen, los secretarios, el cumplimiento con las fechas y con los compromisos establecidos. La dirección de la central nuclear falló a todos los niveles de la gerencia. Era más importante el carné del partido comunista que la calificación para el cargo”.
La primera noticia sobre el accidente apareció en los medios oficiales checoslovacos dos días tras el suceso, el 28 de abril. La Televisión Checa difundió la información en las noticias nocturnas, que contaban con una mínima audiencia. El rotativo Svobodné Slovo publicó al día siguiente una corta y austera noticia, situada en la esquina baja de la segunda página. No se olvidó recordar en ella que en EE.UU hubo supuestamente accidentes similares al orden del día.
“Occidente quiere desviar la atención de su agresividad”
Los países de Europa Occidental se vieron bajo la amenaza de Chernóbil, reclamando a las autoridades soviéticas que presentaran información objetiva. Por su parte, el oficialismo comunista acusó a EE.UU y otros países de la OTAN de haber desencadenado una nueva ola de histeria antisoviética, difundiendo además fábulas sobre la tragedia.
Así informó el corresponsal de la Radiodifusión Checa en Rusia, Štefan Šimák, sobre la actitud de las autoridades soviéticas en Moscú.“La Unión Soviética se ve indignada por la presión estadounidense, que pretende crear un ambiente de miedo y presenta esta situación como una crisis internacional. Es obvio que esta campaña, provocada artificialmente, sigue varios objetivos. Occidente tiene la oportunidad de desviar la atención del público mundial de su agresividad contra Libia, las explosiones nucleares en Nevada y del programa militar de la Guerra de las Estrellas. La Casa Blanca pretende al mismo tiempo reducir la importancia de las iniciativas pacíficas y poner en duda la posibilidad de un acuerdo mutuo”.
Pánico y falta de información
Entre los checoslovacos empezó a cundir el pánico y la desesperación por la escasez de información. La desconfianza en las autoridades se fue profundizando.Los ciudadanos de otros países del bloque soviético como Polonia y Hungría recibían información más objetiva, ya que la llamada glasnost o la mayor libertad de los medios de comunicación, establecida por Mijaíl Gorbachov, se había puesto en funcionamiento. No obstante, el oficialismo checoslovaco no siguió esta tendencia.
Entonces, para muchos los únicos medios de fiar eran las emisoras independientes como Europa Libre y La Voz de América. Así comentó el locutor de Europa Libre Sláva Volný la situación mediática en Checoslovaquia.
“Hace tiempo que los medios de comunicación checos han dejado de ser fuentes de información y, sobre todo, de la que no le conviene a la propaganda soviética. A los periodistas se les permite de vez en cuando hacer unas entrevistas desvalidas cuyo objetivo es mostrar que no existe ningún peligro, que todo se lo inventan los enemigos del régimen soviético y que los reactores nucleares soviéticos son los más seguros del mundo. Ante el accidente del Chernóbil quizás hubiera alguien que pudiera creérselo. No obstante, hoy día, pese a la censura, se filtran al público noticias como que la central nuclear de Dukovany carece del doble blindaje protector o que la central nuclear de Temelín está en riesgo de expulsar vapores radioactivos al aire”.Interferencias a emisiones extranjeras y detención de Greenpeace
Las autoridades trataron de impedir la llegada de la información de Occidente, interfiriendo las emisiones desde el extranjero. Detuvieron incluso a representantes de Greenpeace austriacos que distribuían en Bohemia del Sur folletos que informaban sobre los peligros del accidente del Chernóbil.
El oficialismo checoslovaco estableció la Comisión de Accidentes Especial, que trató de encarrillar la publicidad sobre la medición y evaluación de la presencia de la radiación en territorio checoslovaco. En un informe comunicaron que Checoslovaquia no se veía contaminada, no obstante, otra notificación ya informaba sobre la reducción de esta inexistente radiación. Diez días después del accidente, la higienista principal de Checoslovaquia confesó que la presencia de sustancias radioactivas era más alta de lo habitual y recomendó respetar los principios de higiene y lavar la fruta y verdura. Una elevada cantidad de radiación fue registrada en la leche, las espinacas, y también en el agua potable. Las zonas más afectadas por la radiación eran los montes de Jeseníky, Orlické y Novohradské.
En 1986 nacieron menos varones en Checoslovaquia
Por primera vez en 50 años, en Checoslovaquia nacieron en 1986 significativamente menos varones. El embriólogo Miroslav Peterka adjudicó este descenso a la radiación, que en mayo de 1986 pudo afectar a las mujeres de entre 8 y 12 semanas de embarazo. Los cerebros de los fetos son según el especialista más vulnerables. Se estima asimismo que varias mujeres decidieron abortar por el temor del impacto de la radiación en el feto.Según el diario Mladá Fronta Dnes, la agencia ucraniana ha revelado esta semana que el número de víctimas que fallecieron a consecuencia de la radiación era mayor de 167.000. Casi 3.000 de ellas participaron activamente en la eliminación de las causas de la catástrofe.