Radegast, el dios de los eslavos antiguos

Foto: archivo de Radio Praga

El monte de Radhošť era la morada del dios pagano Radegast, adorado por los eslavos antiguos. Dónde se halla su estatua, derribada por los misioneros cristianos San Cirilo y San Metodio, sigue siendo un misterio. En esta edición de 'Leyendas Checas' les daremos a conocer el mito que rodea el monte más misterioso de la sierra de Beskydy.

Foto: archivo de Radio Praga
Adorado por los paganos, temido por los cristianos. Radegast, el dios eslavo del sol, la guerra, la hospitalidad y la fertilidad no fue una figura fabulosa, sino un personaje real, según señaló para la Radiodifusión Checa el historiador Jiří Tichánek.

“La primera nota verosímil procede de la crónica Historia de Regibus Gothorum, del arzobispo Isidoro de Sevilla. En ella menciona por primera vez el nombre del rey Radegast que en 405, en la época del reinado del emperador Arcadio, ocupó Roma”.

Foto: Barbora Kmentová
La leyenda sostiene que las tropas de Radegast fueron traicionadas y su comandante fue ejecutado. A pesar del fracaso bélico, los eslavos no dejaron de admirarle y al cabo de un tiempo empezaron a venerarlo como un dios. En la cima de Radhošť levantaron una estatua dorada que pronosticaba el futuro. Jiří Tichánek tiene para este mito una explicación.

“La estatua era supuestamente hueca y desde el subterráneo entraban dentro de ella sacerdotes paganos, llamados también los adivinos. A través de la boca de Radegast hablaban hacia al pueblo, que se reunía alrededor del ídolo sobre todo en la época del solsticio”.

La estatua desapareció con la llegada del cristianismo

En 863 llegaron a la Gran Moravia los misioneros Cirilo y Metodio a fin de divulgar la fe cristiana. La leyenda sostiene que para desarraigar la fe pagana de las cabezas de los habitantes de Gran Moravia, mandaron derribar la estatua de Radegast y alzar en su lugar una cruz de madera. El mito dice que más tarde fue construida en Radhošť también una capilla bizantina.

Foto: Barbora Kmentová
Una leyenda sostiene que la estatua dorada se halla guardada en el subterráneo del monte de Radhošť junto a otros tesoros, vigilados por un dragón y un perro. El interior del monte, entretejido con un sinfín de pasillos, ha atraído a numerosos cazatesoros, apunta el historiador.

“Dentro han encontrado muchos signos misteriosos grabados en las piedras en las paredes. Los hacían probablemente los que entraban dentro del monte y para no perderse. También fue encontrada allí una tea vieja, que pertenecía probablemente a alguien que había tratado encontrar la estatua”.

Hoy día, en el monte de Radhošť se alza una estatua de Radegast de tres metros de altura, con un casco en forma de ave con alas extendidas, una cabeza negra de un bóvido en el pecho, y con un cuerno de abundancia en la mano derecha. En sus cercanías se halla un grupo escultórico que representa a los misioneros San Cirilo y San Metodio. Ambas obras proceden del taller del escultor checo Albín Polášek.

La cima del monte alberga a principios del mes de julio festejos consagrados a los misioneros San Cirilo y San Metodio en la que participan anualmente miles de personas.

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