Chequia acusa récord en exportación de armas
Las exportaciones de armamento checo alcanzaron el año pasado cerca de 700 millones de euros, todo un récord para el sector, siendo Irak el principal cliente.
Irak encabeza la lista de importadores. El año pasado adquirió armamento por más de 60 millones de euros, seguido por los Emiratos Árabes Unidos que compraron pertrechos por más de 50 millones de euros.
A nivel europeo un cliente destacado es Eslovaquia con importaciones por más de 40 millones de euros.
El presidente de la Asociación para la Industria de la Defensa y Seguridad, Jiří Hynek, enfatizó ya el año pasado en declaraciones para la Radiodifusión Checa que Chequia envía a Irak una amplia gama de material bélico.
“El espectro de productos que se exportan es sumamente amplio. Ofrecemos, por ejemplo, aeronaves, tecnologías para aviones, pertrechos para el ejército de tierra, medios de transporte, municiones, armas de fuego, en fin, de todo un poco“.
“Estados Unidos es el mayor importador de armas de fuego para uso personal. En este campo es la “tierra prometida” para los fabricantes de armas. Disponemos de una buena posición, y diría que mejor que el resto de los productores europeos”.
El aumento de las exportaciones de armas ha incrementado la demanda de licencias para la venta internacional de pertrechos. El Ministerio de Industria y Comercio expidió unos 430 permisos, válidos para el envío de material bélico a 70 países.
Las nuevas licencias han servido para incrementar las exportaciones a Rusia, India y China. En la mayoría de los casos se trata de productos de doble uso, que se pueden aprovechar tanto en el sector civil como el militar.
En la República Checa hay 250 empresas dedicadas a la exportación de armamento. La industria militar checa exporta el 90% de su producción, mientras que en los países miembros de la Unión Europea y la OTAN, las exportaciones oscilan entre el 10% y el 30%.
Los expertos del sector no descartan un incremento de la producción para 2017, pero señalan que será inferior, porque la capacidad de la industria militar ha llegado prácticamente al máximo, a lo que debe agregarse una enorme falta de operarios y técnicos especializados.
