Acoso y hambre, los problemas más graves en las escuelas checas
El inicio de clase es publicitado con regocijo. Sin embargo, hay tras ello una penosa realidad a causa de hostigamiento, burlas y la infortuna de nacer en un grupo familiar que apenas se da abasto.
Pese a las pocas diferencias socio-económicas existentes dentro de la sociedad checa, uno de cada diez niños no va a la cantina de su escuela porque sus padres no tienen dinero para cubrirles el almuerzo. En muchos casos, debido a esto los padres hasta prefieren no enviar a los niños a las escuelas.
La comida es, dentro de la rutina del estudio o del trabajo, una pausa de placer que todos los niños merecen, como se percibe en las palabras de Martina cuando describe su plato favorito del comedor escolar.
"El risoto, me gusta el arroz, el arroz con carne. Sí, claro que estoy contenta que puedo almorzar en la escuela".
Martina es una estudiante de primaria de diez años y es una de las beneficiadas del programa de subsidio del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales llamado "Almuerzos para la escuela".
Dicho proyecto, realizado también con el apoyo de organizaciones sociales sin fines de lucro, aporta dinero a las escuelas para que estas cubran el almuerzo de los niños provenientes de familias de bajos recursos y que suelen tener más de un hijo. Una de las madres nos da su testimonio."Tengo tres niños que asisten a la escuela primaria. Si recibo apoyo para el almuerzo de dos de ellos gratis, bueno eso es un gran alivio. Es que no lo lograría si tuviera que cubrir el almuerzo de los tres".
Según los análisis de la agencia Median, el asegurar el almuerzo tiene un impacto positivo en la asistencia, la concentración y en el desempeño de los niños.
Según la socióloga, Lea Michalová, el 85% de los directores de las escuelas primarias recalca la buena influencia de esta iniciativa en la socialización de los alumnos y en su incoporación exitosa al colectivo.
La violencia no es solo una cuestión de adultos
Cuando no se trata de pocos recursos que afectan la buena nutrición y, por ende, el efectivo funcionamiento en la rutina estudiantil, entonces son los malos comportamientos y la falta de respeto entre los mismos compañeros lo que permea a las escuelas de ausentimo y desgano.
Uno de los mayores problemas de las escuelas secundarias checas, por no decir el mayor, es el llamado acoso escolar. Según las inspecciones escolares correspondientes a los años 2016 y 2017, cuatro de cada diez escuelas evidenciaron conductas maltratadoras y humillantes en los alumnos.Ante los numerosos casos el Estado ha decidido tomar cartas en el asunto y repartió un lote de dinero entre unas 170.000 escuelas para atacar el problema. La portavoz del Ministerio de Educación, Jarmila Balážová, nos explica en qué concretamente pueden invertir las escuelas este dinero.
"El dinero se puede aprovechar, por ejemplo, para el trabajo con los colectivos pedagógicos y supervisión de grupos en cuanto a la seguridad dentro de las escuelas".
Una forma de prevención son los seminarios de asesoramiento dirigidos a los profesores para que estos aprendan qué hacer cuando sean testigos de algún acoso.
A través de una aplicación web, ideada por Jan Sláma, se puede de manera anónima denunciar los casos de hostigamiento.
"Una vez dada la información ésta va al encargado de prevención u otra persona autorizada que sabe qué hacer."
Desde septiembre unos 10.000 alumnos van a poder disfrutar gratuitamente de almuerzo en sus escuelas. Con suerte, los adolescentes víctimas del acoso escolar van a contar con el apoyo efectivo de sus docentes y de métodos de supervisión profesional que pretenden reprimir a los potenciales acosadores.