Mejor nivel de vida, mejor alimentación
Productos en rebaja, pero de calidad sospechosa, productos locales y los de buena calidad. Esa es la variedad que ofrecen los supermercados checos. Los checos ya no vacilan y apuestan a la calidad.
Éstos se han caracterizado, a diferencia de los de otros ciudadanos centroeoruopeos como los alemanes, por aprovechar al máximo y de manera notable las rebajas. De hecho, la mayor parte de las ganancias de los supermercados, abastos y negocios alimentarios provienen de los artículos rebajados.
Las razones de este tipo de impulso de compra, por llamarlo de alguna manera, nos las explica Karel Týra, director general de la agencia auditora Nielsen.
ʺSe debe al contexto histórico. En los años 90 aquí aumentó la presencia de cadenas comerciales a tal punto que llegamos a tener una de las mayores concentraciones de hipermercados en toda Europa. La competencia era realmente grande. Al mismo tiempo, desde mi punto de vista, estas cadenas de supermercados no eran capaces de diferenciarse entre sí mismas sino mediante los preciosʺ.
Las estadísticas constatan un proceso de transición en las costumbres de compra, pues ahora los checos están gastando más en alimentos, que en general han aumentado sus precios. Los clientes están poniendo más atención a la calidad que a las ofertas. Un caballero da su testimonio a la Radiodifusión Checa.
"Eso quizá depende de la posición donde uno trabaje. Si lo veo de manera general en las tiendas me parece que la calidad está subiendo un poco y que el nivel de vida en Chequia está, en general, también subiendo. Entonces me parece que sí".
Otros compradores entrevistados afirman que se fijan si no en la calidad o la marca, al menos sí en el país de producción, buscando apoyar así el mercado local.El auge que está experimentando la economía checa actualmente es uno de los motivos que afecta directamente los precios de los alimentos, como explica Marta Nováková, presidenta de la Asociación de Comercio y Turismo.
"El aumento de los sueldos que a su vez se manifiesta en el aumento de los gastos. Por una parte, en la producción misma de los alimentos y, por otra parte, los gastos de comercialización. Además, no somos un mercado aislado sino abierto y eso se refleja en los precios mundiales de los artículos".
Agrega Nováková que los checos pueden ahora permitirse comprar productos a mayor precio, contando con que éstos son más lujosos y de mejor calidad.