Casi un millón de checos son adictos a los medicamentos
Alrededor de 900.000 checos, casi un 9% de la población, son adictos a algún tipo de medicamento. Solo unos pocos reciben tratamiento. Les informa Carlos Ferrer.
Así describe el origen del problema la adictóloga del sanatorio de Braník, Monika Plocová.
“El médico le receta media pastilla al día. Usted toma media tableta al día, y evidentemente siente alivio, porque en el caso de los medicamentos adictivos el alivio llega en media hora. Y con el tiempo, a medida que el cuerpo se acostumbra, ese alivio es cada vez menor. Esto significa que en el momento en el que el problema ya no se soluciona, para qué toma uno las pastillas, así que la tendencia a aumentar la dosis y mantener así el estado de bienestar o euforia”.
“Hoy en día la conciencia sobre este problema sigue siendo escasa y en la práctica muchas veces los médicos de cabecera no tienen información sobre el hecho de que estos medicamentos pueden provocar una adicción así y las siguen recetando a sus pacientes”.
Es por esto por lo que el Centro Nacional Antidrogas quiere incluir la lucha contra este tipo de adicción en su estrategia para los próximos nueve años, según ha explicado el coordinador de la institución, Jindřich Vobořil.
“Lo que queremos es que el Gobierno dé más dinero para el tema de medicamentos y adicción a medicamentos, tanto para prestar asistencia, que esta casi no existe, como para hacer campañas de prevención entre los médicos que las prescriben. Es necesario también hacer screenings con pacientes para saber si tienen este u otro problema, tener una oferta de ayuda para la gente, para que sepan adónde tienen que dirigirse”.
De los 900.000 adictos a las pastillas, solo 2.000 reciben asistencia para curar su dependencia, según el Centro Nacional Antidrogas. De acuerdo con Plocová, sin ayuda especializada es muy difícil salir de la adicción, debido al fuerte síndrome de abstinencia.
La adictóloga aconseja dirigirse a un especialista si se consume más de cinco pastillas diarias. La dependencia a los medicamentos causa tanto problemas psicológicos (estrés, depresión, ansiedad…) como físicos: daños en el hígado, riñones, páncreas y, en el caso de los tranquilizantes, a largo plazo también en el cerebro.
