Cuando a los comunistas se les acabó el papel higiénico
Hace 30 años se acabó el papel higiénico en Checoslovaquia, uno de los hechos más simbólicos de la decadencia del régimen comunista de finales de los 80 y de los límites de la economía planificada.
En junio de 1988 comenzó a faltar en la Checoslovaquia comunista papel higiénico, que pronto se convirtió en un bien preciado, y por el que se hacían largas colas frente a las droguerías. La población tuvo que recurrir al algodón o, más frecuentemente, al papel de periódico.
La escasez de este artículo higiénico elemental ponía en evidencia de forma fragrante la escasez material en la que vivía la sociedad checoslovaca y señalaba hacia la cada vez mayor decadencia del régimen, que no podía asegurar a su población ni los productos más básicos.
El tema fue tratado abiertamente por la Televisión Checoslovaca, quizá debido a la incipiente Perestroika. Así se expresaba en una entrevista sobre el tema el secretario general de Comercio con Productos Industriales, Jaroslav Martinec.
“Realmente hay una falta de papel higiénico, y es un problema ya desde hace tiempo. Aproximadamente hacen falta entre 3.000 y 5.000 toneladas al año para satisfacer la demanda del mercado, debido a que nuestra producción no da abasto. El Ministerio ha intervenido para solucionar esta situación importando en abril y marzo, mediante el uso de divisas, 1.000 toneladas de papel higiénico desde países no socialistas por 12 millones de coronas”.En concreto esos países no socialistas eran Austria y China. Aunque la República Checa comerciaba con otros países satélites de la Unión Soviética, bastante tenían sus vecinos con satisfacer su propia demanda.
El problema, que efectivamente es descrito por Martinec como de varios años, se remontaba a la década de los 60, cuando se hizo habitual que hubiera carestías de productos como el papel higiénico, toallas de papel o incluso compresas para mujeres.
Para solucionarlo se abrió en Eslovaquia, en el pueblo de Harmanec, cerca de Banská Bystrica, una línea de producción de papel que consiguió abastecer el país durante más de una década. Fue aquí donde se desarrolló en 1970 el primer rollo de papel higiénico checoslovaco, de marca Harmasan.
Ya a principios de 1988 los informes internos del Partido Comunista apuntaban a una escasez de papel higiénico, pañuelos de papel y bombillas. Pero fue precisamente un incendio fortuito en la planta papelera de Harmanec la que dio lugar a la crisis de abastecimiento.
El Comité Central del Partido Comunista Checoslovaco se encontró el 17 de junio de 1988 con que según los planes deberían producirse al año siguiente 37.500 toneladas de este tipo de papel, cuando se necesitaban unas 50.000 toneladas para cubrir la demanda.
Finalmente se salió del bache abriendo nuevas plantas y aumentando la producción hasta llegar a los dos kilos y medio de papel por habitante. El sistema de economía planificada, sin embargo, ya había tocado fondo y el sistema comunista había resultado desacreditado en lo que serían sus momentos finales.