La segregación por espacios, un mal que perdura en las escuelas checas
En las escuelas de enseñanza básica en Chequia siguen registrándose casos de la segregación por espacios. Los niños son divididos en diferentes clases en base a su origen étnico.
El Ministerio de Educación checo promueve desde años una política de integración en las escuelas. Esta persigue juntar en las clases a niños sin diferencia, incluyendo a los menores discapacitados física o mentalmente y a los escolares gitanos, que antes eran enviados automáticamente en su mayoría a colegios para niños con problemas educativos o de comportamiento, o con trastornos mentales leves.
No obstante, algún tipo de segregación, sobre todo de la segregación por espacios, continúa registrándose en las escuelas del país, aunque actualmente se trata más bien de situaciones excepcionales. En los últimos dos años la Inspección Escolar Checa tuvo que resolver varios casos de esa índole, uno en la ciudad de Jablonec nad Nisou, en el norte de Bohemia.
La queja en este caso fue presentada por Kateřina Jírová, madre de un niño que padece epilepsia y tiene problemas de comportamiento.“Cuando fuimos a inscribir a mi hijo a la escuela, todo transcurrió muy bien. Al principio quedamos encantados con ese colegio, las maestras nos parecieron muy agradables, decían que nuestro hijo era muy listo. Pero más tarde la maestra de mi hijo enfermo me dijo que tienen dos clases de primer año, una donde se enseña además el inglés, pero que a mi hijo lo incluyeron en una clase de alumnos más débiles, junto con otro niño con problemas de salud, y 12 niños gitanos”.
En base a este tratamiento, Jírová y su esposo decidieron cambiar a su hijo de escuela. A la vez presentaron una queja ante la Oficina del Defensor del Pueblo, que deberá decidir si se trató de un caso de discriminación por espacios.
Sin embargo, la directora del colegio de Jablonec nad Nisou, Michaela Hanyšová rechaza que los niños sean divididos en las clases en base a su color de piel. Insistió que lo fundamental son los conocimientos y habilidades de los menores a la hora de ser inscritos al colegio.
”Los alumnos que aprenden por ejemplo inglés desde el primer año de la escuela básica, deben saber todo también en checo. Por ello, si el niño no distingue los colores o los números hasta diez, enseñarle además inglés desde el primer año podría causarle estrés a ese alumno”.
Semejante caso fue tratado en la localidad de Krásná Lípa, en el noroeste de Bohemia, donde en una escuela incluyeron a todos los niños gitanos en una clase, separándolos así de los demás alumnos del mismo año. La escuela se defendió diciendo que se había hecho así en base a los resultados de una prueba de conocimientos básicos. También este caso es estudiado por la Oficina del Defensor del Pueblo bajo sospechas de segregación por espacios.También el Ministerio de Educación se ocupa detalladamente de semejantes casos de desigualdad en el tratamiento a los alumnos. Además de la integración de niños con discapacitación física o mental, promueve programas educativos encaminados a una mayor preparación de los niños gitanos de edad preescolar para la asistencia escolar obligatoria. Según datos del Ministerio, el último año escolar unos 34.000 niños gitanos asistían a la escuela, un 3% más que el año anterior, sostiene la portavoz ministerial, Jarmila Balážová.
”El mayor número de escolares gitanos lo registramos en la región de Ústí, en el noroeste del país. Éstos representan el 11,4% de todos los alumnos de las escuelas básicas de esa región. Al lado opuesto se encuentra la capital, Praga, donde los escolares gitanos representan sólo alrededor del 1% de todos los alumnos”.
Balážová recalcó que en los últimos años se logra combatir con éxito la segregación por motivos diversos en las escuelas del país. Mejora asimismo la situación de los escolares gitanos, siendo cada vez menor el número de aquellos que son enviados a escuelas especiales para alumnos con problemas educativos o trastornos mentales leves.