Los soviéticos dejaron el país después de 23 años de ocupación

Las tropas soviéticas dejaron el país después de 23 años de ocupación

Pasados 23 años de la presencia de las tropas soviéticas en Checoslovaquia, en junio de 1991 llegó a su fin el proceso de salida de los soldados rusos.

Las tropas soviéticas dejaron el país después de 23 años de ocupación | Foto: Instituto Militar de Historia
La gratitud provocada en la población checoslovaca por la liberación del ejército nazi efectuada por las tropas soviéticas en 1945 se convirtió en una fuerte aversión tras la invasión por el Pacto de Varsovia en 1968.

Fue precisamente por esta razón que la retirada de las tropas soviéticas de Checoslovaquia representaba una de las prioridades tanto de la Asamblea Federal como del propio pueblo.

El asunto se logró solucionar en menos de dos años. La “estancia transitoria” que duró 23 años llegó a su fin.

Una vez caído el régimen comunista en la Unión Soviética, los países que habían participado en la invasión del Pacto de Varsovia declararon la presencia de las tropas como resultado de la violación de las normas del Derecho Internacional. En consecuencia de ello, la Asamblea Federal checoslovaca empezó a considerar inválido el tratado que legitimó en octubre de 1968 la presencia de las tropas.

El músico y diputado de la Asamblea Federal, Michael Kocáb, quien dirigía la comisión encargada de las negociaciones sobre la salida de las tropas a principios de los años 90, recuerda que la aprobación de la presencia de las tropas en 1968 fue resultado de un cambio de opinión forzado.

“En el plazo de menos de dos meses, o sea entre agosto y octubre de 1968, se produjo un cambio drástico y violento de la opinión pública y de los diputados. Tan solo cuatro diputados se opusieron a la presencia de las tropas”.

Tal vez la voz más alta contra la presencia de las tropas fue la de la diputada Gertruda Sekaninová-Čakrtová, que intentaba llamar la atención a lo peligroso que era referirse sobre la “presencia transitoria”, continúa explicando Kocáb.

Michael Kocáb,  foto: Jana Přinosilová,  ČRo
“Lo que pasa es que en el artículo 15 del tratado se establecía que las tropas soviéticas iban a permanecer en el país el tiempo que se iban a quedar. Es algo completamente increíble”.

Las primeras señales de la posible retirada de las tropas se produjeron en diciembre de 1988. El secretario general del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética, Mijaíl Gorbachov, anunció en un discurso la reducción del número de soldados rusos en Europa. La iniciativa de Gorbachov fue resultado de la situación desastrosa por la que pasaba la economía de la Unión Soviética. Sin embargo, este paso parcial no significaba que se hubiera puesto en duda la presencia de las tropas en general.

Después de la declaración sobre la invalidez de aquel tratado que aprobó la presencia de las tropas, el Foro Cívico, movimiento político que protagonizó la transición a la democracia, empezó a presionar y demandar la retirada lo más rápido posible.

El proceso de retirada arrancó a finales de febrero de 1990. En aquel entonces se encontraban en el territorio checoslovaco unos 73.500 soldados más unos 40.000 familiares. El arsenal de las tropas contaba con unos 1.220 tanques, 2.505 vehículos de combate, 1.218 cañones, 76 aviones de combate y 146 helicópteros de combate.

Desde febrero de 1990 salieron unos 900 trenes que transportaron soldados y equipamiento militar a su patria. Si hubiéramos sumado la longitud de todos esos trenes, resultaría en una caravana de 470 kilómetros.

Sin embargo, no todo fue fácil. Kocáb recuerda que algunos de los altos cargos de la Unión Soviética y de sus Fuerzas Armadas no estaban a favor del rumbo que habían tomado las cosas.

Eduard Vorobiev | Foto: VHÚ
“Podríamos dividirlos en dos grupos. En el primer estaban Gorbachov, el ministro de Relaciones Exteriores, Eduard Shevardnadze, el jefe de las tropas en Checoslovaquia, Eduard Vorobiev y el Foro Cívico. Nosotros elaboramos un plan que debería haber terminado el 30 de junio de 1991 y todos esos altos cargos garantizaban su cumplimiento. En el otro grupo estaban los “azores”, en su mayoría miembros del Comité de Seguridad Estatal y del Sóviet Supremo de la Unión Soviética. Estaban completamente en contra de la retirada. En general disponían de más poder, pero no en ese momento. Se oponían a Gorbachov y decían que iba a conducir al país al desastre. Esta gente intentaba impedir la retirada”.

Según Kocáb, la buena voluntad de Vorobiev y Gorbachov para cumplir con el programa junto con la presión que ejercía la parte checoslovaca resultaron en que todo llegara a su fin y los últimos soldados abandonaran el país antes de la fecha límite.

El general Vorobiev firmó el protocolo sobre el fin de las operaciones el 25 de junio de 1991 y dos días más tarde salió de Checoslovaquia simbólicamente como el último miembro de las tropas de invasión. Posteriormente, el 30 de junio, repicaron las campanas y se escucharon sirenas en todo el país que celebraban la salida de las tropas soviéticas. Como consecuencia directa de la presencia de las tropas soviéticas en Checoslovaquia murieron 290 personas y 577 sufrieron heridas graves.

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