“La Primavera de Praga inspiró a Gorbachov para dar esperanza y libertad a su pueblo”
El último líder de la Unión Soviética, Mijaíl Gorbachov, falleció este martes en un hospital de Moscú a los 91 años de edad. La escena política checa recordó al hombre que impulsó los cambios que terminaron devolviendo la independencia y la democracia a Checoslovaquia. “La perestroika es la Primavera de Praga 19 años después”, dijo en una ocasión su portavoz.
“Me alegro de que la perestroika se llevara a cabo, a pesar de que fuera interrumpida y algunos la criticaran. La perestroika dio un nuevo impulso a nuestro país y, gracias a ella, el mundo entero se puso en movimiento”.
Mijaíl Gorbachov defendió hasta el último día su legado, muy apreciado en el extranjero, pero denostado en su propio país, donde le culpan de la caída de la URSS, la pérdida de influencia internacional de Rusia y las penurias económicas vividas durante su mandato e incluso los años posteriores. Sin embargo, el primer y último presidente de la Unión Soviética, que llegó al cargo dispuesto a modernizarla, liberalizarla y democratizarla, vivió siempre convencido de que esos cambios eran indispensables, por mucho que terminaran fracasando.
En sus últimos años, vivió con preocupación cómo Vladímir Putin enterraba sus grandes logros: la libertad de expresión y de prensa. Finalmente, en los últimos meses, al premio Nobel de la Paz de 1990 que luchó por el desarme nuclear y el fin de la Guerra Fría, también le dio tiempo a ver cómo la invasión de Ucrania volvía a poner en riesgo la paz mundial.
Cuando, a menudo, Gorbachov era criticado en su país por la pérdida de poder de Rusia sobre Alemania Oriental, Polonia o Checoslovaquia, él se mostraba orgulloso de que Alemania volviera a ser de los alemanes, Polonia de los polacos y Checoslovaquia de checos y eslovacos.
Por todo ello, si bien en Rusia las muestras de homenaje a Gorbachov son tibias este miércoles, en países como Chequia, responsables políticos en las antípodas del comunismo, no tienen reparos en recordar el valor de sus reformas. Uno de los primeros fue el ministro de Relaciones Exteriores, el pirata Jan Lipavský.
“Gorbachov fue una personalidad que con sus decisiones dio libertad a toda la Unión Soviética y sus países satélite, por lo que la suya fue una aportación positiva notable, aunque fuera el primer y último presidente de la URSS, pero su aportación fue positiva”.
En su Twitter, el mismo Lipavský escribió el martes por la noche: “Inspirado por la Primavera de Praga, dio a su población esperanza y libertad, respeto a los derechos humanos básicos y un futuro mejor a Rusia”.
El propio Gorbachov reconocía la Primavera de Praga en 1968 como una de sus grandes inspiraciones para la perestroika (reconstrucción) y la glasnost (transparencia), las dos palabras rusas que el mundo entero aprendió en la segunda mitad de los 80. En 1987, unos periodistas preguntaron a su portavoz cuál era la diferencia entre la perestroika y la Primavera de Praga, este respondió simplemente: “19 años”. El “socialismo con rostro humano” de la Primavera de Praga, en el lema de la perestroika se convirtió en “el socialismo humano y democrático”, y el afán reformista y cercano en los discursos de un movimiento y el otro, también sonaban de forma muy parecida.
“La perestroika llevará a la salvación del socialismo, abriremos puertas y ventanas para ventilar todo lo malo. Queremos que este sistema funcione a favor de la gente y la justicia y que sea realmente democrático”.
“Dio orden a su ejército de no inmiscuirse en nuestros asuntos”
En parecidos términos de reconocimiento a los de Lipavský se expresó el primer ministro, Petr Fiala. Por su parte, el eurodiputado Alexandr Vondra recordó como la figura de Gorbachov dividía a la disidencia checa en los 80. Mientras que los disidentes de izquierdas tenían puestas en él sus esperanzas, los de derechas, como el propio Vondra, “no eramos tan inocentes”, dice, “y no esperabamos nada de él”. Sin embargo, reconoce Vondra que, finalmente, Gorbachov superó sus expectativas y “su legado fue positivo”.
También recordó a Gorbachov el antiguo político y rockero Michael Kocáb, responsable en su día de supervisar y coordinar por la parte checa la salida de las numerosísimas tropas soviéticas de ocupación tras la Revolución de Terciopelo. “Dio a su ejército la orden de no inmiscuirse en nuestros asuntos. Ese fue su enorme aporte positivo desde el primer momento”, señaló Kocáb. “En mi opinión, era el mayor líder mundial vivo. Literalmente, puso la historia en movimiento y de forma muy positiva”, sentenció.
Hablando de legado, el veterano periodista ruso Alekséi Venedíktov, director de la ahora cerrada emisora de radio independiente Eco de Moscú, mencionó para ilustrar el significado de la figura de Gorbachov, que cuando este abandonó la presidencia de la Unión Soviética en diciembre de 1991, la OTAN contaba en Europa con 4000 unidades de respuesta rápida, mientras que a día de hoy son 40 000 y para cuando termine el año serán ya 300 000.