“Para la actividad al aire libre, la República Checa en general y Praga están muy bien pensados”.
Ramiro Fafian, un argentino que ha estado radicado en la capital checa desde al año 2012 nos habló sobre su vida en la ciudad y su rutina durante el verano.
Después de seis años, siente que Praga es su hogar. Al principio fue difícil ya que llegó con su familia y sin empleo, teniendo que abandonar su conocimiento y experiencia profesional para acoplarse a algo completamente nuevo y distinto.
Actualmente trabaja como responsable técnico para una empresa de IT que se basa en la gestión de neumáticos de flotas de vehículos. Es responsable de mercados emergentes y es el nexo entre los desarrolladores y el soporte técnico.
La zona de la ciudad donde vive es Vinohrady. Le gusta que es muy tranquila y dice que en especial le agrada su calle, resaltando que es tan tranquila que dice que le hace sentir como si viviera en un pueblo pequeño. Agrega.
“Es muy tranquilo y está muy bien para salir, está muy cerquita al centro. Son 15 minutos puerta a puerta para ir al trabajo y caminando serían 25, ósea que mucho restaurante y mucho bar. Gente joven que yo no lo soy, pero bueno ellos sí (risas) me gusta, me gusta. El barrio me gusta.”
En verano, a Ramiro le gusta dedicarse a actividades al aire libre. En especial se interesa por hacer senderismo y por aprovechar los diferentes lugares cerca de la ciudad donde se puede realizar esta actividad física.“Una cosa que hacemos en verano y una cosa muy buena que tiene la República Checa es que te subes a un tren muy cerca de tu casa, te deja en el medio del bosque y puedes caminar, puedes hacer trekking. Las rutas están muy bien señalizadas, a veces ni siquiera tienes que llevar tu comida porque atrás de un árbol hay un hospoda, un pub y te tomas una cerveza, te comes algo. Entonces para la actividad al aire libre la Republica Checa en general y Praga están muy bien comunicados, están muy bien pensados.”
En Praga, Ramiro tiene varios lugares preferidos. Dice que no le gusta elegir o hablar de uno solo porque hay muchos que son de su agrado. Comenta algunos de sus favoritos.
“Me gustan mucho las terrazas. Zonas me gusta mucho mi zona, Vinohrady y Vršovice están muy bien. Karlín está muy bien, Malá Strana está muy bien, Břevnov me gusta muchísimo por ejemplo que no hay mucho, pero es muy bonito y muy tranquilo. Vršovice tiene unas calles espectaculares así muy arrabalero, los empedrados rotos, está muy bien.”
Al hablar sobre su llegada al país dice que, al principio, en realidad no sintió que fuera extremadamente difícil por el hecho de que no llegó solo sino con el apoyo de su ex pareja. Agrega que tal vez si hubiera llegado más joven le hubiera sido más fácil adaptarse. Sin embargo lo hizo cuando tenía 35 años y siente que esto implicó que fuera un poco más complejo. Por lo demás añade que Praga como ciudad siempre le gustó.“Al principio fue duro, vine ya con 35 años casi. Con una familia, sin trabajo, fue un poco paracaidista. Con mucha experiencia en una industria que nunca más toqué, así que fue muy muy duro. La ciudad me encantaba, siempre me encantó. La facilidad para moverse, la cultura del bar, de sentarse a charlar con una cerveza de por medio, esto siempre me gustó.”
Algo a lo que también le costó tiempo acostumbrarse fue a la actitud de los checos ya que es algo que no era normal para él y que sentía que era difícil de aceptar. Ahora se ha dado cuenta de que es algo inherente a su cultura y que simplemente no es mal intencionado.
“En una época sentía y lo repetía y lo comentaba con colegas. Nunca sentí tantas veces en un día que la gente me odiara tanto porque tienen un carácter ¿no? que todos lo conocemos. No es personal, luego te das cuenta, tampoco están enfadados, a veces sí. Hay gente que ha tenido una vida muy dura entonces hay que entenderlo, pero luego la gente es más reservada, no es personal.”
Ramiro considera que la vida en la ciudad de Praga es muy cómoda y tranquila sobre todo en el verano cuando se puede aprovechar del sin número de lugares y actividades que ofrece la capital checa. Por ahora la llama su hogar y está contento de residir en ella.