Tendiendo puentes entre científicos checos y españoles
Dispositivos creados mediante la colaboración de científicos checos y españoles podrían revelar nueva información acerca de los terremotos.
Los nuevos avances tecnológicos que podrían ayudar a la predicción de terremotos y los progresos en magnetismo fueron el tema central de una conferencia donde se habló sobre la colaboración que están llevando a cabo científicos checos y españoles junto con el Instituto Geológico y Minero de España y la compañía, también española, IGSresearch.
Este encuentro, que tuvo lugar este jueves en el edificio de la Academia de Ciencias Checa, estuvo organizado por la Embajada de España en la República Checa que, como nos comentó su consejero de Asuntos Consulares y Culturales, José Miguel de Lara, cree que este tipo de colaboraciones pueden abrir nuevas e interesantes líneas de trabajo.“Este proyecto nació justo al conocer a un científico español en la República Checa que ya colaboraba en el Instituto de Física, y que en cierto modo unía lo checo y lo español también. Se nos ocurrió montar una conferencia en la cual trajéramos a científicos españoles que en otra área diferente están aplicando ideas y trabajos de científicos checos. Con lo cual fomentábamos no solamente la unión de instituciones españolas y checas, sino que además juntábamos a los profesionales, a los científicos. Y cuando uno junta a profesionales, de ahí muchas veces salen nuevas líneas de trabajo”.
El Instituto de Física de la Academia de Ciencias Checa está realizando importantes avances en el campo del magnetismo, que gracias al apoyo financiero y de diseño de IGSresearch se están llevando a la vida real.
El profesor Tomáš Jungwirth, del Instituto de Física, explicó a la audiencia qué es la espintrónica, una tecnología todavía poco conocida fuera del ámbito científico que aúna electrónica y magnetismo. Entre las futuras aplicaciones comerciales de estos avances se espera un gran salto en los dispositivos de almacenamiento, ya que gracias a la espintrónica se podrán desarrollar memorias más rápidas, más resistentes y con mayor capacidad.Otro de los grandes puntos de interés de la conferencia fue la colaboración con el Instituto Geológico y Minero de España, que está dando uso a algunos de los dispositivos que con estas tecnologías desarrolla la Academia de Ciencias Checa.
Raúl Pérez López, geólogo del Instituto Geológico y Minero de España, se encarga actualmente de que estos dispositivos lleguen al fondo de muchas cuevas. Su propósito es averiguar más sobre los terremotos gracias a la información que reúnen con dichos sensores. Él mismo explicó a Radio Praga un poco más sobre el proyecto.
“Hemos desarrollado un proyecto que se denomina SISMOSIMA en el cual pretendemos estudiar los terremotos metiéndonos en las cuevas en España, en todo tipo de cuevas que podamos imaginar, para poner aparatos que detecten variaciones de temperatura y variaciones de emisión de gas dentro de las cuevas que están cerca de los sitios de los terremotos. Para ello trabajamos conjuntamente con diferentes universidades, con gente del Museo de Ciencias Naturales, de la Universidad de Almería. Pero también trabajamos con bomberos, y también con espeleólogos, que hacen el trabajo de espeleosocorrismo dentro de la cavidad”.Para Pérez López, la sismología es todavía una ciencia imprecisa que necesita investigar mucho más sobre lo que tenemos bajo nuestros pies.
“Todo esto se hace porque lo que estamos intentando es predecir terremotos, tanto la Geología como la Sismología el problemas que tenemos ahora principalmente es la predicción de terremotos. Estamos fallando en la predicción. Y quizás estamos fallando porque no nos estamos haciendo bien la pregunta. Si nosotros creemos que los terremotos pueden ser detectados igual que el tiempo meteorológico estamos cometiendo un pequeño error puesto que las variables que relacionan la ocurrencia de terremotos es mucho mayor que en el caso del tiempo. En los terremotos solo sabemos dónde van a ocurrir, donde hay fallas activas. Y podemos saber el tamaño del terremoto, pero lo que no podemos saber es cuándo. Y para intentar responder esa pregunta necesitamos conocer mejor a los terremotos, no conocemos bien su dinámica”.Llegar a estas cuevas, sin embargo, no es una tarea fácil y conlleva numerosos peligros, es por ello que la colaboración de bomberos, espeleólogos y médicos es fundamental.
“Trabajamos en cuevas que tienen condiciones internas que son extremas. Por condiciones internas extremas entendemos alta temperatura, una temperatura superior a 38 ºC; tienen también bajo nivel de oxígeno, normalmente respiramos un 21% de oxígeno y en estas cuevas oscila entre el 15% y el 18%, lo que obliga a llevar, como si fuéramos buzos, botellas con aire comprimido. Y también tienen unos altos contenidos de radioactividad, de radón, entonces esto nos restringe el tiempo que tenemos que estar dentro de la cavidad”.Raúl Pérez destaca, asimismo, que los dispositivos que les han cedido desde la Academia de Ciencias Checa facilitan mucho el trabajo de investigación. Estos sensores tienen una gran precisión y ofrecen importantes datos sobre lo que sucede en las cuevas después de un terremoto.
Gracias a la colaboración de instituciones y científicos de ambos países este proyecto sigue su curso, y se espera que cuando la cantidad de datos recopilados sea mayor ofrezcan algo de luz en el campo de la sismología.