Un siglo de la iglesia de Bohnice que ayuda a los enfermos
El 1 de noviembre se cumplen 100 años de la santificación de la Iglesia de San Venceslao, situada en el recinto del mayor hospital psiquiátrico de la República Checa.
“La construcción de la iglesia se vio afectada por la Primera Guerra Mundial, que la alentó parcialmente. Los soldados ingresados en el hospital o los cautivos procedentes de Italia participaron tanto en la construcción de la iglesia como en la de algunos pabellones del hospital psiquiátrico. Digamos que era un precursor de la terapia laboral para los pacientes”.
El autor de la iglesia es Václav Roštlapil, un reconocido arquitecto checo responsable de obras como la Academia de Straka (Strakova akademie), que representa la actual sede del Gobierno checo o la Academia de Bellas Artes, entre otras. La iglesia se destaca por su arquitectura que corresponde al Art Nouveau, un estilo poco típico para las iglesias. Una de las curiosidades es que la iglesia carece de campanas, que son sustituidas por un reloj y de cuyo cuidado se encarga la misma empresa que cuida del famoso reloj astronómico en la Plaza de la Ciudad Vieja de Praga. Por su parte, el órgano de la iglesia sonó en la planicie de Letná durante la visita del papa Juan Pablo II a Praga.De la Segunda Guerra Mundial, la obra sacra se salvó por los pelos, apunta Odrobiñák.
“Los nazis planearon derrumbar la torre de la iglesia para evitar que se convirtiera en un punto de ataques aéreos de los Aliados durante el bombardeo de Praga. Afortunadamente, el fin de la contienda les impidió llevar a cabo este proyecto. No obstante, la torre cayó en el punto de mira de sus continuadores, los representantes de otro totalitarismo que llegó después del año 1948. Entonces la amenaza no llegó de los soldados extranjeros sino del Ejército checoslovaco que convirtió la torre en su observatorio, como parte de la defensa aérea de la ciudad de Praga”.De una iglesia a campo de baloncesto y a almacén de verduras
Con la llegada del comunismo, sólo una tercera parte del hospital psiquiátrico de Bohnice albergaba a enfermos, el resto se convirtió en un cuartel militar. El actual directorio del hospital funcionaba como cuartel general, mientras que la iglesia servía para el entretenimiento de los soldados, explica Jaromír Odrobiñák.“Los soldados querían convertir la iglesia en una sala de cine, pero la acústica no convenía a este plan. Con tal efecto, finalmente convirtieron la iglesia en un gimnasio. El lugar donde nos encontramos en este momento servía como pista de baloncesto, las canastas estaban colgadas aquí”.
Durante la estancia de los soldados, la iglesia sufrió inmensos daños. Una gran parte del mobiliario, como el púlpito y el confesionario, se han salvado gracias a su traslado a la Iglesia de San Vojtěch en Libeñ, en el distrito de Praga 8. De la decoración original de Art Nouveau se ha conservado el adorno del Santo Sepulcro y las lunetas con ángeles que evocan la obra del máximo representante del Art Nouveau checo, Alfons Mucha. Los visitantes más atentos pueden fijarse en los motivos de lúpulo, pintados en los relieves de las paredes.
Los soldados no permanecieron en Bohnice durante un periodo largo. No obstante, la iglesia no corrió mucha suerte ni tras la retirada del Ejército, pues se convirtió en un almacén. De acuerdo con los testigos, los montones de patatas y otra verdura almacenada alcanzaban hasta un metro y medio de altura.Un capítulo algo más positivo llegó con los años setenta, cuando la iglesia se convirtió en un depositario de estatuas. Entre ellas se encontraban, por ejemplo, las estatuas del Puente de Carlos retiradas de este monumento cuando pasaba por una remodelación.
En los años ochenta, surgió un proyecto para convertir la iglesia en una sala de conciertos y una sala de exposición que retratara la historia de la psiquiatría. Con la Revolución de Terciopelo, que acabó en 1989 con el comunismo en Checoslovaquia, se terminó también el proyecto. De acuerdo con Jaromír Odrobiñák, la ideología socialista se reflejó también en la decoración de la iglesia.
“De esta época tenemos unas vidrieras particulares del estilo del realismo socialista, donde aparecen los motivos de la madre Patria, el trabajo o la paz. En los años noventa fueron removidos a solicitud de los protectores de monumentos. Las vidrieras originales con los santos no se han conservado porque los soldados las habían roto a tiros”.En los años noventa, la iglesia regresó a las manos del hospital psiquiátrico de Bohnice. Su entonces director, Zdeněk Bašný, junto con el arzobispo de Praga, el cardenal Miloslav Vlk, decidieron devolver el santuario a su propósito religioso y santificarla de nuevo.
Hagioterapia para ayudar a los enfermos
A parte de las misas católicas, la iglesia alberga hoy día también misas evangélicas, husitas o simplemente encuentros con la Biblia. El programa cultural anual incluye conciertos y en la actualidad se puede ver una exhibición que retrata los cien años de la iglesia.En el santuario se realizan también terapias para los pacientes del hospital psiquiátrico de Bohnice, aproxima el administrador.
“Se trata de hagioterapia, es un tipo de terapia en grupo que se basa en las historias bíblicas, es un tipo de terapia existencial. Uno de los puntos del programa de los festejos del centenario de la iglesia será una conferencia marcada con este tema. Cabe destacar que gracias a su programa, la iglesia rompe barreras entre el mundo de las personas sanas y las enfermas a lo largo del año. No es solamente durante el festival cultural “Mezi Ploty”, que se celebra en verano, sino que cada domingo los sanos y los enfermos se sientan juntos y en varias ocasiones estos mundos se unen naturalmente”.
La vida cultural así como la terapia espiritual han tomado la iglesia gracias al actual director del hospital psiquiátrico de Bohnice, Martin Hollý.Aproximadamente la mitad de los asistentes a las misas son pacientes o empleados del hospital psiquiátrico de Bohnice, mientras que 2000 pacientes entran anualmente en alguna forma en contacto con la asistencia espiritual de la iglesia.
En la actual decoración de la iglesia participaron también los terapeutas de artes, de la que destaca el calvario abstracto de Karel Peřina. Cada Navidad, la iglesia alberga una exposición de pesebres creados por los pacientes.