En la retaguardia del enemigo

Karel Karas y Genadi Eichner
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El siete de octubre de 1944 se reunieron en un campo de aviación de Ucrania ocho personas. Seis hombres y dos mujeres subieron a un avión que se dirigió hacia el oeste, rumbo a la ciudad ucraniana de Lvov. Sobrevoló las ciudades de Cracovia, en Polonia, y Ostrava, en Moravia del Norte, donde giró hacia el sur siguiendo el valle del río Ostravice, hacia la sierra de Beskydy en la frontera entre el Protectorado del Reich de Bohemia y Moravia y la entonces independiente Eslovaquia.

Alrededor de las diez de la noche fueron lanzados desde unos 1000 metros sobre el pueblo eslovaco de Dibalka ocho paracaidistas: El Primer Grupo Guerrillero del capitán Bielavski.

Los guerrilleros fueron enviados a la zona ocupada por los nazis para facilitar por radiotelegrafía al mando del Primer Frente Ucraniano del Ejército Rojo del mariscal Koniev datos precisos sobre las posiciones de las tropas fascistas, las fortificaciones, el armamento, así como sobre la moral del ejército enemigo en la importante cuenca industrial de Ostrava, en la que se concentraba el 35 por ciento del potencial económico de la Alemania nazi.

El grupo guerrillero del servicio de inteligencia militar dirigido por el capitán ruso Adam Nishchimenko, con el sobrenombre de Bielavski, tenía a su disposición tres radioestaciones, varios mapas, y cada uno de sus integrantes estaba armado con una metralleta, una pistola y una navaja finlandesa. Para el fin de la Segunda Guerra Mundial faltaban siete meses.

Imitando la lechuza los guerrilleros comunicaban después del descenso su posición uno al otro. Como último saltó el subteniente Vasil Mohorita. Debido al viento acabó en un pequeño lago. Se hundía en el fango, pero al final gracias a una rama de árbol situada sobre su cabeza logró salvarse y alcanzar la orilla.

Esa misma noche los guerrilleros del capitán Bielavski entablaron el primer contacto con los habitantes del lugar, averiguando que se encontraban en Eslovaquia. Hacía falta cruzar lo antes posible la frontera eslovaco-morava para acercarse al centro industrial de Ostrava.

El diez de octubre el grupo, reforzado por dos jóvenes checos que conocían perfectamente la región, atravesó la cima de Beskydy. No era fácil porque tuvieron que pasar por localidades controladas por la Gestapo. En el cercano pueblo fronterizo de Bílá residía un ´jagdkomando´, unidad especial para la lucha contra los guerrilleros.

Nada más haber penetrado en el territorio de Moravia, el capitán Bielavski empezó a formar una red de informadores que tenía su centro en el pueblo de Staré Hamry, al pie de la montaña más alta de Beskydy, Lysá hora.

A los guerrilleros les ayudaba, entre otros, el obrero Jan Duchlebný, que como encargado del servicio de correo entre las serrerías de Staré Hamry y Makov, en Eslovaquia, poseía un permiso fronterizo permanente para cruzar la frontera entre el Protectorado y Eslovaquia.

Karel Karas, uno de los dos jóvenes checos que se juntaron a Bielavski, incorporó a las actividades clandestinas a toda su familia. Su padre trabajaba en la Fábrica Siderúrgica de Vítkovice, en Ostrava. Además de facilitar a Bielavski informaciones valiosas de carácter económico, Karas, padre, informaba también sobre los transportes militares de los nazis.

Ayudaba también la pequeña sobrina de Karel Karas, Jarmila Matejová, de seis años, que pasando ante las narices de los guardias de la SS traía cosidos en su vestido informes de Bielavski a su abuelo, que los enviaba luego a Ostrava. Las radiotelegrafistas transmitían diariamente informaciones al Primer Frente Ucraniano, que se preparaba para liberar Ostrava antes de que los nazis pudieran destruir su industria.

A mediados de noviembre de 1944 los nazis realizaron en Beskydy la mayor redada contra el movimiento guerrillero en el Protectorado de Bohemia y Moravia. La acción punitiva denominada Operación Auerhahn - Urogallo no alcanzó los resultados esperados. El grupo de Bielavski se refugió a tiempo en la casa de la hermana de Karel Karas, Hana Matejová, en Dibalka, Eslovaquia.

A principios de enero de 1945 un numeroso grupo de soldados alemanes, apoyado por unos ochenta combatientes del general Vlasov empezaron a registrar las localidades montañosas de Beskydy en busca de guerrilleros.

Las tropas de Vlasov, integradas por rusos anticomunistas que luchaban llevando uniformes alemanes contra la Unión Soviética, cercaron asimismo la casa de Hana Matejová. Parecía que la única posibilidad para los guerrilleros era la de salir corriendo y abrirse paso con sus metralletas hacia un bosque cercano. Al final solucionó la precaria situación la misma Hana Matejová. Se asomó en la puerta, invitando a los soldados de Vlasov a entrar, ofreciéndoles algo de comer y también dos botellas de aguardiente. Estos aceptaron con mucho gusto. Al cabo de un rato se despidieron comunicando a los demás que en esta casa todo estaba en orden.

Después de este incidente, el capitán Bielavski ordenó ampliar el sótano de la casa que servía para almacenar patatas, y camuflar la entrada con leña para poder utilizarlo en caso de necesidad como cobijo.

El servicio de inteligencia guerrillero en la región de Ostrava proseguía su actuación. A principios de febrero de 1945 Bielavski se reunió en Staré Hamry con el general Josef Braun, antiguo encargado de negocios militar checoslovaco en Bucarest, quien le entregó planes alemanes de defensa de Beskydy y de varias ciudades en Moravia Nororiental.

Un plan similar de fortificaciones del territorio de Moravia lo recibieron los guerrilleros de un grupo ilegal de resistencia antinazi de la ciudad de Valasské Meziricí al dar la contraseña: "Ocho de cerveza negra".

Bielavski confeccionó cuatro copias de los planes. Guardó una, y las restantes las entregó a tres de sus guerrilleros, entre ellos a Karel Karas, para que las llevaran, atravesando las líneas alemanas, al Estado Mayor del Primer Frente Ucraniano, que se encontraba en Polonia.

Mientras tanto los nazis intensificaban el terror en Beskydy. Enviaban a los bosques cada vez más unidades antiguerrilleras. Pero un peligro aún mayor lo representaban los confidentes de la Gestapo.

El confidente y ex guerrillero, Emil Muron, averiguó por un invitado a una boda que se había emborrachado que en Staré Hamry se escondían dos guerrilleros. Esa misma noche, el 1 de marzo de 1945, la Gestapo penetró en la casa indicada deteniendo a dos integrantes del grupo de Bielavski, Ostapenko y Janecek.

Según testigos, los nazis lanzaron posteriormente sobre ambos presos perros hambrientos, pero antes los sometieron a un cruel interrogatorio. Janecek no soportó la tortura y reveló el escondite del grupo de Bielavski en Eslovaquia.

El tres de marzo la Gestapo acudió a Dibalka. Detuvo a Hana Matejová y a su esposo, luego se llevó también al padre de Karel Karas y a su segunda hermana. Todos perecieron en el campo de concentración de Mauthausen.

El grupo de Bielavski logró salvarse. Abandonó la casa inmediatamente después de recibir la correspondiente advertencia que les transmitió el hijo de Jan Duchlebný, y ello dos horas antes de que aparecieran los nazis.

Los guerrilleros de Bielavski continuaron su lucha. Además de la radioestación se usaba ahora para informar al Ejército soviético el curso del río Oder. Los informes se enviaban en botellas de cerveza con algo de arena para que no se hundieran. En Hrusov, cerca de Ostrava, se les anteponía en su camino un dique. Por ello, aquí intervenía un cocinero local. Si al lavar la vajilla en el río encontraba una botella sellada, volvía a echarla al agua más allá. En Racibórz, Polonia, los soldados rusos recogían las botellas con redes.

También Karel Karas y sus dos compañeros llegaron exitosamente a su destino y entregaron los planes de las fortificaciones alemanas al mando del Primer Frente Ucraniano. La misión del grupo guerrillero de Adam Nishchimenko, alias capitán Bielavski, en Moravia del Norte se acercaba a su fase final.

El 24 de marzo de 1945 el Ejército Rojo inició la segunda etapa de la gran operación de liberación de la cuenca industrial de Ostrava, atacando a las tropas alemanas sorpresivamente desde el noroeste en vez del noreste, como se podía esperar. El 30 de abril fue liberada después de duras luchas Ostrava, y en los primeros días de mayo de 1945 también Beskydy.