El cantante Rudolf Cortés, ídolo de muchas mujeres checas

Rudolf Cortés

Un hombre alto y bien apuesto, cuya voz hacía estremecer los corazones de las representantes del sexo femenino. Ese era Rudolf Cortés, el más popular cantante checo de música bailable, de los años sesenta del siglo XX. Al mencionado artista les presentamos en este nuevo capítulo del ciclo de Radio Praga dedicado al Año de la música checa.

Ante el micrófono actuó por primera vez a sus veinte años. Pero cantar le gustaba desde la infancia. Rudolf Cortés tenía un gran talento musical. Y gracias a su diligencia y fuerte carácter, el talento del futuro artista no quedaría desaprovechado aunque la vida le deparara muchos obstáculos. Rudolf Cortés alcanzó la cúspide de la popularidad y el logro de esa meta fue realmente merecido.

Rudolf Cortés nació en 1921 en la ciudad de Pilsen, Bohemia Occidental. Su madre, Mercedes Cortés, de origen español, se había casado con su padre, Rudolf Kraisinger, en Uruguay, donde éste trabajó en la edificación de una fábrica de cerveza. Se fueron a vivir a la entonces Checoslovaquia, pero Rudolf Kraisinger pronto murió de tuberculosis, dejando a su esposa y a sus hijos sin sustento.

En esa difícil situación, Mercedes Cortés situó al pequeño hijo Rudolf, quien entonces tenía apenas cinco años de edad, en un orfanato. Allí el niño vivió varios años. Desde pequeño a Rudolf le gustaba cantar, pero ni soñaba con que un día se dedicaría al canto profesionalmente. Se fue a Praga para aprender el oficio de peletero. Y comenzó a cantar en varios conjuntos.

El impresionante barítono de Rudolf Cortés no pasó desapercibido. Le fue ofrecido estudiar canto bajo la dirección de profesores del Conservatorio de Praga. Al micrófono, Rudolf Cortés, cantó por primera vez a comienzos de los años cuarenta, habiendo cumplido los veinte años.

Sus mayores éxitos llegaron después de la Segunda Guerra Mundial, cuando Cortés decidió dedicarse profesionalmente al canto en un teatro. Al poco tiempo fue invitado a actuar en el teatro fundado en Praga por dos actores de primera: Jirí Voskovec y Jan Werich. Le fue conferido un papel en un arreglo del musical "Finian's Rainbow", de Burton Lane.

El éxito de la obra fue inmenso. No obstante, Rudolf Cortés soñaba con algo más. Deseaba actuar como solista, con una orquesta de música bailable. Este sueño se le cumplió pronto y durante largos años actuó con uno de los mejores elencos musicales checos de mediados del siglo XX, la Orquesta de Karel Vlach. Rudolf Cortés se convirtió pronto en ídolo de miles de mujeres checas, figurando en su repertorio más de tres mil canciones.

Fue considerado el mejor cantante de música bailable de la entonces Checoslovaquia, logrando vender más de 3 millones de discos. Su primer álbum con la Orquesta de Karel Vlach, lo grabó Rudolf Cortés a comienzos de los años setenta, y pronto le siguió otro.

Pero el destino le asestó otro golpe. Una grave enfermedad le impidió proseguir con el canto que tanto amaba. Se fue a vivir al campo, confiando en superar el mal, no obstante, le fue imposible. Rudolf Cortés abandonó este mundo en diciembre de 1986. Su hermoso barítono podemos escucharlo hoy en día sólo gracias a las grabaciones.