Crece el consumo de bebidas alcohólicas entre los niños checos

El abundante consumo de bebidas alcohólicas comienza a tornarse un serio problema en la República Checa. Un checo adulto consume anualmente, de promedio, diez litros de alcohol.

Más de seis meses es aplazado en la Cámara Baja checa el debate sobre un proyecto de ley que pretende regular en el país la propagación de bebidas alcohólicas. Ante el creciente consumo de esas bebidas en la República Checa advierte también la Organización Mundial de la Salud. Lo más alarmante es que las bebidas alcohólicas son consumidas en este país cada vez más también por menores de edad. Lo confirman las palabras de Magdalena, una estudiante de quince años de edad.

"Tomo bebidas con alcohol, pero ocasionalmente en las discotecas. Prefiero los cócteles. Y también a veces tomo en casa, mis padres me permiten de vez en cuando un vaso de cerveza o un cóctel".

El pasado fin de semana, la Policía checa realizó controles en cincuenta cervecerías en el noreste del país. Detuvo a más de veinte menores de edad en estado de embriaguez. Algunos no habían cumplido los doce años de edad. Naturalmente, no todos los menores checos consumen bebidas alcohólicas. Verónica, de catorce años, afirma, por ejemplo, que a ella el alcohol no le atrae.

"Nunca he probado bebidas alcohólicas y no tengo motivo para hacerlo. Aunque si quisiera, podría, ya que mis padres son muy benévolos y no me lo prohiben".

Los especialistas consideran que el consumo de bebidas alcohólicas en la República Checa podría ir creciendo, por lo que exhortan a los órganos oficiales a que adopten medidas eficaces para frenar ese rumbo de desarrollo. La costumbre de tomar cerveza tiene en el país profundas raíces y el bajo coste del alcohol, en comparación con los demás estados de la Unión Europea, no es el mejor arma en esta lucha. Los únicos que tienen absolutamente prohibido consumir bebidas alcohólicas en la República Checa son los choferes. En ese caso las leyes checas son de las más severas a nivel mundial.