Durante el comunismo enviábamos a Cuba azúcar... ¡Que absurdo!
Con el espacio, "Del Totalitarismo a la Democracia", Radio Praga trata de ofrecer un vistazo sobre lo que ha representado el proceso de transición en la República Checa. Creemos que éste encontrará radioescuchas también en Cuba, donde importantes sectores de la población se preparan para un proceso de cambio pacífico en la Isla. Hablamos en este programa con Karolina Nováková, de la organización humanitaria checa People in Need, sobre el papel que podría desempeñar la República Checa en el proceso de transición que atravesará un día Cuba, así como de sus experiencias en el marco de la cooperación a países afectados por conflictos bélicos, desastres naturales o bajo regímenes totalitarios.
Sra. Nováková, ¿podría contarnos cómo comenzó a trabajar en programas gubernamentales de cooperación internacional o humanitarios?
"Empecé a trabajar con la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, en el año 1997, siempre en los Balcanes... en Bosnia y Herzegovina, Kosovo. Mi trabajo consistía en coordinar las elecciones. Y las autoridades checas comenzaron a preocuparse del tema de la cooperación internacional y la entrega de ayuda humanitaria a nivel de organizaciones internacionales después de 1989, tras los cambios democráticos".
¿Qué connotación tenía el concepto de "ayuda internacional" bajo el antiguo régimen comunista? Tengo entendido que anteriormente esa ayuda pasaba más bien por la exportación de la ideología comunista a otros países, especialmente del tercer mundo.
"Claro, antiguamente nosotros, como parte del bloque comunista, ayudábamos a los países del tercer mundo haciendo una fuerte propaganda e intentando cambiarles la política. Y la ayuda que otorgábamos no tenía mucho sentido, por ejemplo, a Cuba la entonces Checoslovaquia comunista enviaba azúcar, algo impensable ya que Cuba no necesitaba ese producto de nosotros. Todo era más bien un juego político entre los dos bloques del mundo bipolar y nosotros en ese entonces integrábamos programas de ayuda militar; teníamos a estudiantes de países del tercer mundo estudiando en la Academia Militar y vendíamos armamentos a esos países".
¿De qué manera funcionan estos programas hoy?
"De acuerdo con nuestra experiencia lo que más nos interesa hacer en el marco de la cooperación internacional es dedicarnos al tema de los derechos humanos, desarrollo de la democracia, también ayudar con nuestra experiencia acerca de la transición, porque hemos avanzado por el camino de la democracia durante los últimos 15 años".
Ud. Mencionaba hace un momento el caso concreto de Cuba, país que ha visitado en algunas ocasiones, así como ha visitado los Balcanes o Iraq. ¿Que tipo de trabajo ha desarrollado en Cuba?
"Visité Cuba debido a que trabajo en la organización humanitaria y de derechos humanos People in Need donde tenemos un proyecto de apoyo a la oposición interna. Y debido a que el régimen de Fidel Castro no nos permite abrir ahí una misión para entregar ayuda humanitaria o ayudar en el desarrollo de una sociedad civil, además no existen libertades fundamentales en Cuba, por lo tanto nuestros proyectos son siempre desarrollados por períodos breves. Es decir, alguien viaja a Cuba y entrega nuestra ayuda humanitaria, medicamentos, ayuda financiera... o información, libros, periódicos ya que hacen mucha falta en Cuba".
Si el régimen no permite la apertura de una oficina vuestra en Cuba, ¿Resulta peligroso desarrollar estas misiones? ¿Ud. no ha tenido algún tipo de problemas? Se lo pregunto ya que ha habido casos de ciudadanos checos que han sido arrestados y encarcelados en Cuba por encontrarse con disidentes o periodistas independientes.
"Yo personalmente no he tenido problemas, pero hay que tener mucho cuidado ya que como en Cuba gobierna un régimen totalitario no hay ningún tipo de libertades. No hay libertad de expresión y el simple hecho de entregarles información a los cubanos, me refiero por ejemplo a un periódico europeo, significa un problema. En Cuba no hay democracia".
¿Cómo analizaría las perspectivas que le esperan la Cuba después de haber trabajado en varios programas de ayuda internacional, tanto para el Gobierno como en el sector no gubernamental?
"Difícil pregunta. No podemos prever el futuro, pero una cosa es cierta: aquí en la antigua Checoslovaquia nadie esperaba que se produciría un cambio y este se produjo durante unas pocas semanas. Claro, me refiero al cambio más importante ya que después se necesitaron varios años para realizar la transición. En Cuba creo que el papel más importante es el de la oposición interna. Si queremos tener un cambio, este debe venir desde dentro de Cuba. Son los cubanos los que no están de acuerdo con la economía, con vivir en un país donde no hay libertades".
De acuerdo a lo que hemos estado conversando entiendo que la República Checa y otros países de la región pueden servir de ejemplo para la transición en Cuba, ¿Es así?
"Si, seguro. Yo creo que todo país que haya vivido la experiencia de un cambio puede ayudar. No quiere decir que nosotros sabemos más, es solamente que nosotros hemos vivido los cambios, sabemos los errores que hemos cometido y sabemos lo que nos ha salido bien. Creo que lo que debemos hacer es traspasar esa experiencia, con todo y lo malo para que quienes la reciban puedan aprender de nuestros errores. Y no estoy hablando únicamente de países de Europa del Este, muchos países latinoamericanos o incluso España tienen experiencias similares".