En Vlasský dvur se acuñaban monedas para el Reino de Bohemia

Vlasský dvur, foto: Miloš Turek

Más de 150 mil checos y turistas extranjeros visitan al año la ciudad de Kutná Hora, en Bohemia Central, conocida en el Medioevo por sus amplios yacimientos de plata. Durante su gira por la ciudad, los visitantes no omiten visitar el Templo de Santa Bárbara, consagrado a la patrona de los mineros, ni el mayor osario de la República Checa, Kostnice. Pero solamente la mitad de los 150 mil turistas incluyen en su itinerario Vlasský dvur, sede de la Casa Real de la Moneda en la que se acuñaban, entre los años 1300 y 1727, primero groses y luego táleros, para todo el Reino de Bohemia.

Vlasský dvur,  foto: Miloš Turek
Vlasský dvur fue fundada hacia el siglo trece como uno de los tres castillos de la ciudad en una ruta comercial que unía Bohemia Central y Moravia, explica Ivana Vopálková, directora de Vlasský dvur, Monumento Nacional Cultural desde 1962.

"En la segunda mitad del siglo trece fueron descubiertos en Kutná Hora vastos yacimientos de plata. Vlasský dvur servía por ello como almacén fortificado. Incluso fue rodeada por un foso de agua. Cuando después del año 1300 Vlasský dvur se convirtió en la Casa Real de la Moneda, el foso fue de suma importancia para la protección contra los incendios. No olviden que las ciudades medievales se construían de madera y que en la Casa de la Moneda se trabajaba con el fuego abierto".

En 1300, la reforma monetaria del rey bohemio Venceslao II concentró la acuñación de la moneda precisamente en Vlasský dvur, antes se acuñaban monedas en 17 ciudades checas.

Ivana Vopálková
Ivana Vopálková señala que Vlasský dvur se traduce al español como la "Corte Italiana". El adjetivo "Vlasský" es en checo sinónimo de "italiano". El nombre de Vlasský dvur se debe a los maestros italianos, de Florencia, que llegaron a Kutná Hora alrededor del año 1300, invitados por el rey Venceslao II.

"Vlasský dvur vivió el mayor auge a finales del siglo catorce cuando se convirtió en el lugar de reposo predilecto del rey Venceslao IV, que encima de la Casa de la Moneda mandó construir una residencia real de dos plantas. El florecimiento terminó en 1727, cuando se agotaron los yacimientos de plata en Kutná Hora, y el emperador Carlos VI, padre de María Teresa, mandó trasladar la Casa de la Moneda a Praga".

A finales del siglo XIX, Vlasský dvur quedó reducida prácticamente a las ruinas. La alcaldía encomendó su reconstrucción a los arquitectos Mocker y Lábler del Taller Estatal que por aquél entonces terminaban también la construcción del Templo de Santa Bárbara en Kutná Hora.

"A veces suelo decir exagerando que Vlasský dvur, aunque construida en estilo gótico, es un edificio moderno de finales del siglo XIX que imita el estilo gótico, porque lo único que se ha conservado de la Vlasský dvur original es la mampostería de la planta baja", se ríe Ivana Vopálková.


Antes de invitarnos a visitar la Sala de la Audiencia Real y los recintos de la antigua Casa de la Moneda, la guía Jitka Suvová nos relata una bonita leyenda de la campanilla de plata.

Vlasský dvur,  foto: Archivo de Radio Praga
"La leyenda reza que una vez desapareció de la Cámara del Tesoro una gran cantidad de plata y también los planos de las minas y pozos de la galería. Los mineros acusaron a los maestros italianos que trabajaban aquí en talleres de herrería, y los italianos acusaron, a la vez, a los mineros. El pleito terminó con una escaramuza armada durante la cual todos los italianos fueron asesinados. Desde entonces, cada medianoche suena en la torre de Vlasský dvur una campanilla de plata y los espíritus de los italianos muertos deambulan por los recintos".

Y antes de entrar en la Sala de la Audiencia Real, nos detenemos en una columna del siglo catorce y la guía Jana Ciháková nos depara otra leyenda interesante.

"La columna es de madera conservada en sangre de buey y mezclada con negro de humo. Quien logre abrazarla de manera que sus manos se unan, se hará rico próximamente".

Bueno, como ninguno de nosotros lo ha logrado, ya que la columna es bien gruesa, la visión de una gran fortuna que nos libraría de trabajar, se ha desvanecido y nosotros entramos micrófono en mano en la Sala de la Audiencia Real, construida a finales del siglo catorce para el rey Venceslao II.

"En las paredes hay frescos que representan la elección de Ladislao de Jagellon al trono del Reino Checo, en Kutná Hora en 1471. Fue la única elección del rey checo efectuada fuera de la capital checa. Otro fresco plasma al rey Venceslao IV y el rector de la Universidad Carolina de Praga, Juan Hus, firmando el Decreto de Kutná Hora en 1409".

Jana Ciháková explica que el Decreto ajustó el sistema de votación en la Universidad más prestigiosa al norte de los Alpes a favor de los estudiantes checos. Mientras que originalmente el estudiante checo tenía solamente un voto, a diferencia de los estudiantes extranjeros que disponían de tres votos, el Decreto lo tornó al revés.


Nos acercamos a la Cámara del Tesoro que nos da la bienvenida con una inscripción de la Biblia: "No me toque", como advertencia a los que piensen sustraer de la Cámara la plata o las monedas.

En la Cámara está hoy instalada una muestra de las monedas que se acuñaban en Vlasský Dvur. Primero fue, entre los años 1300 y 1526, el gros praguense, apunta la guía Jana Ciháková.

"En una cara del gros está la corona real, en la otra, el león, símbolo del Reino de Bohemia. Y como la plata es un metal blando, se mezclaba con el cobre en una proporción del noventa por ciento de plata por un diez por ciento de cobre".

Jana Ciháková recuerda que después del año 1526, se empezó a acuñar en Vlasský dvur el táler.

"El Reino de Bohemia fue gobernado entonces por la Casa de Austria, por ello en una cara estaba plasmado siempre el retrato del emperador y en la otra el águila, símbolo de los Habsburgo. Los táleros fueron más grandes y más pesados que los groses porque se mezclaron en una proporción del sesenta por ciento de plata por un cuarenta por ciento de cobre".

Una sonrisa en los labios despierta en nosotros una tabla de inflación que compara los precios y los sueldos en el Reino de Bohemia. La tabla confirma una vez más la regla de que los precios pueden solamente aumentar. Por ejemplo, mientras que el caballo costaba en los tiempos de Juan de Luxemburgo, en el siglo catorce, 300 groses, 250 años más tarde, bajo el reinado de Rodolfo II, mil groses.

Ante una estatua del minero, del año 1740, Jana Ciháková nos explica cuán duro era antaño el pan nuestro de cada día para los mineros en Kutná Hora.

"El vestido típico del minero fue una camisa blanca y un mandil de cuero. Con ayuda de estos mandiles, los mineros bajaban en leños. Las minas tuvieron una profundidad de 600 metros y les tardó unos treinta minutos bajar. Hacia arriba subían por escaleras durante dos a tres horas. Y como se trataba de un trabajo muy duro y en las minas había grandes cantidades de arsénico, los mineros no cumplían ni siquiera los 35 años de edad".

Y para convencernos más sobre el destino desolador de los mineros, la guía nos da ejemplo del trabajador, cuya tarea fue acuñar la moneda.

"Él puso la rueda de plata entre dos moldes y tuvo que acuñar la moneda con un sólo golpe del martillo. El martillo pesaba hasta cinco kilos y el trabajador tenía que acuñar hasta dos mil monedas al día".

Bueno, la guía nos ha convencido de sobremanera y nosotros salimos de Vlasský dvur felices de no vivir en el Medioevo y no ser mineros en Kutná Hora.

10
49.948254000000
15.267967700000
default
49.948254000000
15.267967700000