Jarmila Suláková - fabulosa intérprete de música folklórica
"Las canciones son a veces el mejor medicamento para curar algunas dolencias", afirma Jarmila Suláková, una de las más destacadas intérpretes de la música folklórica en la República Checa. Con una dulce sonrisa en los labios añade que a ella la canción le ayuda a seguir teniendo el alma joven a pesar de tener más de setenta años de edad.
"Las canciones son a veces el mejor medicamento para curar algunas dolencias", afirma Jarmila Suláková, una de las más destacadas intérpretes de la música folklórica en la República Checa. Con una dulce sonrisa en los labios añade que a ella la canción le ayuda a seguir teniendo el alma joven a pesar de tener más de setenta años de edad.
Jarmila Suláková grabó sus primeras canciones teniendo apenas diecinueve años de edad. El éxito de las mismas le posibilitó seguir por el camino deseado. Comenzó a recoger las canciones populares heredadas por generaciones y éstas, en su interpretación, tenían amplia repercusión entre el público.
"Nunca he cantado para ser famosa. Canto para la gente, para transmitirle un poco de ese calor humano que caracteriza a las canciones folklóricas", afirma Jarmila Suláková.
Independientemente de que desde tiempos inmemorables el folklore forma parte de la vida de los habitantes de los territorios que hoy forman la República Checa, lo cierto es que en la actual época del pop y el rock sigue con vida gracias, precisamente, a personas como Jarmila Suláková.
La cantante nació en el año 1929 en la ciudad morava de Vsetín, situada al pie de los montes Beskydy. Su región natal, llamada Valaquia, se caracteriza por gente alegre y laboriosa a la vez que orgullosa y con un profundo sentimiento de patriotismo. Los habitantes de Valaquia tienen también su propio dialecto y muy bonitas canciones folklóricas.
Las canciones y la música acompañaron a Jarmila Suláková desde su infancia. Su madre tenía una preciosa voz y le gustaba cantar y su padre tocaba el acordeón, el saxofón y la trompeta. Siendo todavía niña, Jarmila le decía a su madre que un día iba a cantar como ella y que actuaría en la radio. Su sueño se cumplió años más tarde. Aprendió el oficio de costurera, pero comenzó a trabajar en una tienda de discos. En su tiempo libre actuaba con diversos grupos musicales, interpretando música folk así como pop.
A pocos años de haber finalizado la Segunda Guerra Mundial, y en medio de empeños generalizados por hacer revivir el folklore nacional, Jarmila Suláková se orientó a ese género musical al que permaneció fiel toda su vida. Gracias al folklore conoció también a su futuro esposo, un excelente violinista.
Para Jarmila Suláková el canto representó siempre un modo de entretenimiento. Nunca pensó en dedicarse a la música de forma profesional y 35 años, hasta su jubilación, trabajó en la tienda de discos. La cantante afirma que fue un trabajo muy agradable que le permitió estar cerca también de la música clásica y el jazz, que junto con el folklore han sido siempre sus géneros predilectos.
En los últimos años, estando ya jubilada, Jarmila Suláková comenzó a actuar con el grupo Fleret que se dedica a la música folkrock, o sea, a la adaptación moderna de temas folklóricos. Originalmente, la cantante vaciló bastante, temía que su auditorio tradicional no fuese a aceptar ese cambio en su orientación artística. Pero los espectadores quedaron maravillados.
Actualmente, las presentaciones de Jarmila Suláková y el grupo Fleret suelen ser presenciadas por personas cuyas edades van desde los diecisiete hasta los setenta años de edad. "La fuerza de la canción folklórica radica en la verdad y para poder transmitirla al más amplio público uno tiene que experimentar a veces y avanzar por nuevos caminos", sostiene Jarmila Suláková.
Aunque los nuevos caminos no incluyen en su caso un nuevo modo de vestir, ya que sigue fiel a la vestimenta popular que usaban tradicionalmente las mujeres de Valaquia. Es más simple que los trajes de otras regiones del país pero, por cierto, también bonito. Lo único que le preocupa a Jarmila Suláková es que, con el pasar de los años, cada vez le cuesta más vestir las tantas sayuelas y encajes que componen el traje. Pero cuando sale al escenario olvida los problemas y está allí para compartir la alegría del canto con los espectadores.
Jarmila Suláková desearía actuar todavía mucho tiempo. "Últimamente me parece que entre la gente hay poco amor y que muchos padres no dedican la debida atención a sus hijos", señala. Y matiza que, para ella, esa es una de las mayores motivaciones para seguir repartiendo la alegría y el amor entre la gente, mientras pueda.