Las inundaciones: Un año después

Las inundaciones de agosto del año pasado...

Las inundaciones de agosto del año pasado, las mayores en los últimos cinco siglos, devastaron a la República Checa y afectaron a sus ciudadanos. Miles de checos tuvieron que ser evacuados y decenas perdieron sus hogares. Muchos topan con las consecuencias de las riadas hasta hoy. Figura entre ellos también la señora Daniela.

Las inundaciones de agosto del año pasado...
La señora Daniela tiene un chalet veraniego en la aldea de Rozmberk, en Bohemia del Sur, una de las regiones más afectadas por las inundaciones.

"En nuestra casa, que tiene más de tres siglos, el río Vltava entró por una puerta, se quedó allí durante dos días hasta un metro de altura y la abandonó por la otra puerta. Pasamos allí entonces las vacaciones y todo lo observamos desde la colina que está frente a nuestro chalet".

La señora Daniela señala que fue increíble porque de repente, el río Vltava, que todavía en Rozmberk es pacífico, estrecho y murmurante, se convirtió en un verdadero elemento desencadenado. "Había olas que parecían a olas del mar", puntualiza Daniela.

Los daños...
"Nunca esperábamos que podría ocurrir algo semejante, creíamos que la presa de Lipno pararía el agua. Hasta el último momento los bomberos nos aseguraban que no hacía falta la evacuación y que el agua no llegaría más arriba de los umbrales. Y luego tuvimos que evacuarnos en quince minutos".

La señora Daniela y su familia encontró refugio en una pensión en la colina opuesta.

"Regresamos dentro de tres días y fue un escenario muy triste. Todo estuvo inundado y destruido por el lodo. Pero, por otro lado, la solidaridad de la gente fue fantástica, los bomberos, los soldados y la alcaldía nos prestaron una ayuda rápida y eficaz, suministrándonos todos los desinfectantes y agentes limpiadores".

A la familia de la señora Daniela le tomó una semana hasta que pudo alojarse por lo menos en el desván de su chalet. Tuvieron miedo porque se decía que el agua de las inundaciones contenía bacterias, por ello dedicaron mucha atención a la desinfección.


Un año después, la señora Daniela está reconciliada con el destino. "Fue una catástrofe que llegó y pasó. Todo podría haber resultado mucho peor, el agua podría haberse llevado consigo toda la casa", enfatiza.

"Los daños causados por las riadas no están superados hasta el presente. Las paredes afectadas por el agua aún no han logrado recuperarse. Los expertos nos recomendaron dejar todo tal como fue, no quitar el revoque y dejar todo secar. Nos dijeron que tan sólo después de un año se conocerían los defectos provocados por el agua. Por ello, en el mes en curso volverán a nuestro chalet los expertos para decirnos qué hay que hacer".

¿Hubo algo positivo en las inundaciones?

Los turistas en Praga,  agosto de 2002
"Sí, sin duda. Fue sobre todo el comportamiento de la gente. Los que no fueron afectados ayudaron de manera extraordinaria y los que fueron afectados, fueron muy valientes. Admiré mucho a los habientes de la cercana ciudad de Ceský Krumlov, muy destruida por las riadas. Allí, tan sólo una semana después de la catástrofe abrieron sus tiendas, trabajando y viviendo en unas condiciones pesadas y extremamente difíciles".

La señora Daniela aprecia incluso la ola de turistas que en días siguientes tras las inundaciones invadieron la ciudad para ver los daños causados. "Se criticaba en la prensa que buscaban solamente la sensación, pero yo opino que estaba bien. Vinieron para comprar en las tiendas y dejar ganar a los vecinos, con lo que les ayudaron mucho", concluye Daniela.

Y ustedes, estimados amigos, ¿han vivido en carne propia las inundaciones?