El Partido Cívico Democrático pretende provocar una crisis gubernamental
El Gobierno checo pasa en estos días por momentos críticos. Después de que un diputado socialdemócrata abandonara las filas de la facción de ese partido y la coalición gubernamental perdiera así la mayoría de votos en la Cámara Baja, el opositor Partido Cívico Democrático anunció que tratará de derrocar al Gobierno.
"Una solución del problema sería crear un Gobierno transitorio y efectuar elecciones anticipadas en las que se echarían de nuevo las cartas. El nuevo Gobierno tendría así mandato para realizar cambios más rasantes", dijo el presidente de ese partido.
En la Cámara de Diputados, que delibera sobre el proyecto de la reforma fiscal, se produjeron agitados debates. El vicepresidente de la Cámara Baja, Ivan Langer, señaló que el proyecto de reforma es más bien un "pequeño ataúd de reforma", y su compañero del Partido Cívico Democrático, Petr Necas, especuló sobre si el primer ministro Spidla es un extraterrestre que no sabe qué son las finanzas públicas.Dicho proyecto ha sido criticado tanto por la derecha como por la izquierda. Mientras que el Partido Cívico Democrático considera la reforma poco rasante, los comunistas sostienen que sería muy dura y afectaría, sobre todo, a los estratos sociales más bajos.
A pesar de ello, el primer ministro, Vladimír Spidla, está convencido de que el proyecto pasará a la segunda lectura en la Cámara Baja, que tendrá lugar en septiembre."La discusión demuestra lo más importante: todos coinciden en que la reforma de las finanzas públicas es necesaria, pero, exceptuando a la coalición gubernamental, nadie ha presentado otro proyecto", afirmó el jefe del Gobierno checo.
En otoño culminarán las deliberaciones sobre las leyes clave del proyecto de la reforma fiscal, así como sobre el presupuesto estatal para el próximo año. Se especula que el opositor Partido Cívico Democrático aprovechará ese momento para provocar una crisis y derrocar al Gobierno.