Para cantar no se necesita saber el idioma sino tener corazón
El coro mexicano Convivium Musicum, que en el marco de su gira por Europa visitó esta semana también la República Checa, confirma que la música tiene el poder de superar las distancias entre la gente. Radio Praga conversó con el director del conjunto, Víctor Luna.
¿De dónde viene el nombre del coro, Convivium Musicum?
"Nuestro nombre de la convivencia entre nosotros a través de la música, llevar este mensaje al público de nuestro país, y en este caso traer algo de nuestra cultura para Uds."
Hablemos de su gira por Europa. Empezaron en Linz, Austria, luego pasaron por la ciudad de Roznov pod Radhostem, al Este de la República Checa, donde participaron en las Festividades Folklóricas, luego se trasladaron a Cracovia, Polonia, y ¿Praga es ahora la última parada?
"Praga es la penúltima, la última es Viena. Para mí, como director, ha sido muy importante la experiencia musical y la experiencia artística de visitar tantos lugares. Yo, aunque viví en Europa algún tiempo durante mis estudios musicales, nueve años en Roma, en Viena y en Linz, no había tenido la posibilidad de estar en Praga ... y la arquitectura me ha conmovido muchísimo. Ha habido muchos elementos en esta gira que son impresionantes, la naturaleza en Roznov fue también una maravilla, pero en Praga me sentía que no sabía para donde voltear, porque pensaba llegar a una calle y tenía que ir por otra porque no podía dejar de ver la belleza de sus edificios, de su gente".
En el pasado se dedicaron a interpretar sobre todo música clásica de diversos autores, entre ellos también compositores checos. Últimamente aparecen en su repertorio algunas canciones folklóricas, y no sólo mexicanas, sino también checas ...
"Sí, en efecto, yo siempre he tenido un gran interés por cantar música nueva. Entonces, busco nuevas partituras, y así hemos llegado en los últimos dos años a muchos arreglos de música popular mexicana o latinoamericana en versiones para coro mixto. Así hemos llegado a las cinco canciones para la naturaleza de Antonín Dvorák. No logramos todo en música checa, por ahora, pero hemos empezado. También en Roznov pudimos cantar una canción de esta ciudad, en un arreglo mío, que me permití, no sé si es un arreglo o un desarreglo de esta música ..., pero fue una maravilla que lo hayamos podido cantar, que a la gente le haya gustado y que después haya cantado con nosotros en el concierto, fue un momento muy conmovedor".