Fiesta Nacional de San Cirilo y Metodio

Hermanos Cirilo y Metodio

La República Checa celebra el cinco de julio su fiesta nacional, el día de los santos Cirilo y Metodio. La Redacción Iberoamericana les ofrece con este motivo un programa especial dedicado a su misión evangelizadora y cultural en el imperio de la Gran Moravia, el primer Estado formado por los eslavos occidentales, es decir, los checos, moravos y eslovacos.

Ciudad de Salónica, actual Grecia, junio de 2003. Tiene lugar la Cumbre de la Unión Europea para deliberar sobre el proyecto de una nueva constitución comunitaria. Lo acordado allí definirá la integración europea por muchos años e influirá también sobre el destino de la República Checa que en mayo del año próximo se convertirá en miembro de la Unión.

Salónica, Bizancio, año 863. De la ciudad parten rumbo a la Gran Moravia dos cultos bizantinos, los hermanos Cirilo y Metodio, para reforzar la estructura eclesiástica en el primer Estado de los eslavos occidentales, y fomentar su fe cristiana. También su desempeño tuvo un fuerte impacto en la historia posterior de las tierras checas.


Los eslavos llegaron al territorio en el que hoy en día se extiende la República Checa y Eslovaquia en el sexto siglo después de Cristo, explica el historiador Dusan Trestík.

"Estuvieron bajo el dominio de los ávaros, tribus nómadas de origen turco-tártaro, procedentes de Asia Central, que precisamente en el sexto siglo penetraron hasta el centro de Europa haciendo incursiones en el imperio franco. A mediados de ese siglo, las tribus eslavas lideradas por el comerciante franco, Sámo, lograron liberarse del yugo ávaro y crearon una unión política, la primera de los eslavos occidentales. Dicha Unión se desintegró después de la muerte de Sámo".

Hermanos Cirilo y Metodio
Pero también se acercó el fin de la hegemonía ávara en Europa Central. A finales del octavo siglo fueron derrotados por el emperador franco, Carlomagno. Esto fue un hito para las tribus eslavas, enfatiza el historiador Václav Polc.

"Las tribus eslavas fueron hasta entonces paganas. Si confesaban algo, fue el animismo, creencia que atribuye almas no sólo a los seres humanos sino a toda la naturaleza. Pero con el avance del imperio de Carlomagno hacia el Este, la aristocracia eslava se topó cara a cara con la alta cultura franca, cristiana, y experimentó un profundo choque cultural y religioso".

Dusan Trestík agrega que además de ello, la aristocracia eslava se enriqueció enormemente cuando los ávaros cedieron ante la fuerza franca, y poco a poco se adaptó al estilo de vida del imperio franco. Václav Polc destaca que el cristianismo y el Estado, algo desconocido en la estructura tribal de los eslavos, fueron parte inseparable de este estilo.

"Las tribus eslavas empezaron a reunificarse a finales del séptimo siglo y el proceso finalizó en 822, cuando todas las tribus aceptaron la soberanía de la tribu morava y de su gobernador Mojmír. Surgió la Gran Moravia. Mojmír mantenía muy buenas relaciones con los francos y reconoció la soberanía del emperador franco, por aquél entonces el más alto representante del mundo cristiano".

Los primeros misioneros cristianos empezaron a venir a la Gran Moravia de Baviera, predicando el evangelio, por supuesto, no en latín o griego, sino en las lenguas locales. Dusan Trestík matiza que en 831 el obispo de Pasau bautizó al príncipe Mojmír y a su cortejo.

"Desde entonces, los moravos fueron cristianos y su Estado coexistió con el imperio romano germano, que era una expresión de la unidad cristiana: cada nación convertida a la fe formaba parte del imperio, aunque los emperadores debían respetar la soberanía de los gobernadores locales. La Gran Moravia tenía su independencia, forjada con su fuerza militar, pero le faltaba que los demás reconocieran 'de iure' su legitimidad".

Los moravos no podían esperar que lo hiciera el imperio romano germano, pero, a principios de los años sesenta, el príncipe Rostislav se dio cuenta de que además del emperador romano germano, había otra autoridad cristiana que podía legitimar a su Estado: El papado, que tenía el derecho de crear arzobispados. Y el Estado que tenía un arzobispado, tenía también la legitimidad garantizada por el papado.

La estructura eclesiástica de la Gran Moravia, administrada por los sacerdotes germanos, estaba en muy mal estado. Rostislav quería conseguir que su país tuviera su propio obispado y más tarde el arzobispado. La condición necesaria para ello fue disponer de un número suficiente de sacerdotes propios, de instrumentos litúrgicos y de libros. Sin ello no era posible edificar la propia administración eclesiástica, independiente del clero bávaro, subraya Dusan Trestík.

"En 861, Rostislav se dirigió a Roma, al Papa Nicolás I, con la solicitud de que fueran enviados a la Gran Moravia los misioneros que educaran y bautizaran al clero local. El Papa no atendió su petición porque no quería romper buenos contactos con el emperador romano germano. Los moravos repitieron entonces su solicitud en Constantinopla, la capital del imperio bizantino. Su emperador Miguel III y el patriarca Focio, no la rechazaron".

En 863 una misión bizantina encabezada por el sacerdote culto Cirilo, llamado el "Filósofo", y su hermano Metodio, partió rumbo a la Gran Moravia.


Los hermanos Cirilo y Metodio nacieron en Salónica, la segunda ciudad más grande de Bizancio, después de Constantinopla, acota el historiador Václav Polc.

"Salónica era una ciudad muy rica debido a que se hallaba en el golfo, en la desembocadura de las rutas comerciales. Era la sede de arte y la ciencia griegas. En el noveno siglo, una fuerte minoría eslava vivía no sólo allá sino en todos los Balcanes, el Peloponeso y en el centro de Grecia. Los padres de Cirilo y Metodio procedían de una estirpe noble, su padre León tenía un alto rango militar. Era una familia griega, pero los niños aprendieron la lengua eslava".

Cirilo, el más jóven de los siete hermanos, nació alrededor del año 827. Se llamó Constantino, pero la historia le conoce como Cirilo, nombre monástico que recibió poco antes de su muerte. Václav Polc destaca que Cirilo poseía unos dotes asombrosos para la Filosofía, la Teología y las Letras, y fue respetado en todo el imperio bizantino por su erudición y conocimientos enciclopédicos.

"Su padre falleció cuando Cirilo tenía catorce años. Le educó Theotis, amigo de su padre y el más alto ministro, que junto con la emperatriz Theodora gobernaba el país. Theotis destinó a Cirilo a hacer carrera en la administración estatal. Cirilo empezó a trabajar en la corte imperial y a estudiar en la Universidad de Constantinopla, centro del universalismo y humanismo helenos. Allí obtuvo una excelente formación que hacía hincapié en la unión entre la teoría y la práctica y servía para instruir a los futuros funcionarios del Estado".

Disgustado por las intrigas en la Corte Imperial, Cirilo rechazó la carrera profana y se decidió por la eclesiástica. Después de su ordenación se refugió en un monasterio. Allí pasó medio año y luego regresó a Constantinopla y empezó a enseñar en la Universidad, donde se convirtió en uno de los eruditos más respetados, explica Václav Polc.

"El emperador bizantino, Miguel III, pronto se dio cuenta del fino dote diplomático de Cirilo y le encomendó la misión de ir a las cortes de los chanes de Bagdad para defender la enseñanza de la Trinidad ante las objeciones del Islam. Tras regresar, Cirilo ingresó en un convento ubicado al pie del Olimpo, donde se encontró con su hermano Metodio".

Metodio nació en 815, pero a diferencia de su hermano Cirilo escogió un camino diferente. Metodio destacó en el Derecho e hizo una brillante carrera en la administración estatal. Como jóven fue nombrado virrey de una provincia bizantina poblada por eslavos y más tarde inició una prometedora carrera militar.

"Pero al igual que Cirilo, no le gustaron las intrigas en la Corte del emperador Miguel III y también ingresó en el convento del Olimpo, un famoso centro de ascetismo donde se sumergió en la lectura y las oraciones. Pero en 860 los hermanos fueron exhortados por el emperador a emprender una misión diplomática al país de los chazales, una nación de origen finlandés-tártara que habitaba el sur de Rusia. Allí descubrieron las reliquias de San Clemente".

Tras regresar, Metodio fue nombrado obispo y Cirilo tomó un descanso. Y precisamente en ese momento recibieron la oferta de emprender una nueva misión evangelizadora a la Gran Moravia.


Antes de iniciar su viaje a la Gran Moravia, los hermanos Cirilo y Metodio realizaron detallados preparativos. Por su parte, Cirilo inventó algo revolucionario, destaca el historiador Dusan Trestík.

"Como era de Salónica, donde vivían muchos eslavos y se hablaba la lengua eslava, sabía que los eslavos no tenían su propia escritura. Y como filólogo experimentado se percató también de que los alfabetos griego y latín eran absolutamente inconvenientes para el idioma eslavo. Simplemente, en el eslavo había y hay muchos sonidos incapaces de ser expresados con el alfabeto griego o latín. Por ello creó el alfabeto eslavo, de 38 letras, que reflejaba la gran riqueza sonora del eslavo antiguo".

El alfabeto eslavo de Cirilo recibió el nombre de glagólica y su creación acentuó el hecho de que los moravos eran una nación independiente de los griegos y latinos.

"Se dice que la glagólica era una de las escrituras más bellas de aquél entonces, destinada más bien a ser pintada que escrita, pero que sirvió sobremanera a la tarea principal: verter al eslavo la Biblia y los textos litúrgicos. Pero Cirilo no sólo creó la glagólica, sino que se planteó la pregunta de qué idioma usar para educar al clero de la Gran Moravia, y optó por el eslavo".

Esto no era algo inusual en la historia de la cristianización de Europa. Los misioneros predicaban en la lengua de quienes querían convertir a la fe, pero al final siempre vencía el latín. Además, los teólogos bizantinos afirmaban que para decir misa y como lengua litúrgica se podían usar solamente tres idiomas santos: hebreo, griego y latín.

En Bizancio el cristianismo era la religión estatal y la idea de que los eslavos tuvieran el derecho de familiarizarse con la Palabra de Dios en su propio idioma resultaba inaceptable. Dusan Trestík subraya que el hecho de que Cirilo y Metodio hayan predicado en eslavo fue un paso revolucionario, un reto a la vanagloria cultural del helenismo.

Antes de partir rumbo a la Gran Moravia, Cirilo y Metodio tradujeron los textos fundamentales que necesitaban para su misión, es decir, libros religiosos. Los demás los completaron tras su llegada. Sin exagerar, se puede decir que fueron fundadores de la literatura eslava. El primer libro traducido por Cirilo fue el evangeliario, elemento indispensable para celebrar las misas y para la catequesis. Con ayuda de sus discípulos moravos, vertieron al eslavo antiguo también el misal y el apostolario.

Al concluir en Moravia la traducción de los cuatro evangelios, Cirilo escribió el prólogo de la obra, llamado Proglas. Se trata de una composición poética, escrita en versos, según los cánones griegos, considerada como obra fundamental de la literatura eslava, señala Václav Polc.

"Fueron autores también de los códigos civil y penal para el pueblo moravo. Aunque se trató de una traducción del griego, esos códigos reflejaban la vida de los moravos de aquél entonces. En la Gran Moravia había un gran número de iglesias cristianas, pero el paganismo no estaba erradicado del todo. La vida moral sufría grandes insuficiencias y muchas veces contradecía el Decálogo".


Cirilo y Metodio se desempeñaron en Moravia durante cuatro años, hasta 867. Su misión fue bastante difícil. Además de tener que traducir tantos textos al eslavo, educar al clero local y restablecer la estructura eclesiástica, muy a menudo chocaban con los misioneros bávaros que rechazaban rotundamente la misa eslava.

El historiador Dusan Trestík matiza que ya por aquél entonces, o sea antes del cisma de Oriente de 1054, que dividió la comunidad cristiana de aquél entonces entre la iglesia cristiana romana y la bizantina, había profundas diferencias entre esos dos tipos de cristianismo en cuanto a las cuestiones teológicas.

"El cristianismo bizantino fue culto y rígido, insistiendo en reglas estrictas. A diferencia del cristianismo occidental romano, no tenía experiencia con los bárbaros y no se mostraba tan tolerante y consensual. Las misiones occidentales eran más propensas a respetar las tradiciones y costumbres de las tribus que convertían a la fe, mientras que los bizantinos exigían el cumplimiento incondicional de la práctica helena".

Como ejemplo puede servir la cuestión de los derechos de posesión de las iglesias. Las misiones occidentales respetaban esos derechos, toleraban que cuando un príncipe construía una iglesia y la donaba a la Iglesia, la considerase como de su posesión. Bizancio no lo reconocía y los misioneros helenos muy a menudo entraban en conflicto con la aristocracia local.

En 867, Cirilo y Metodio ya tenían educado a un suficiente número de discípulos y ahora era necesario que Roma aprobara la misa eslava y ordenara al arzobispo moravo que consecuentemente ordenaría a los discípulos. Solamente así era posible conseguir la creación de una provincia eclesiástica eslava, independiente de Bizancio y de los obispos latinos.

Cirilo falleció en noviembre de 867, tras regresar con Metodio a Roma. El Papa Hadrian II reconoció la liturgia y la escritura eslavas y ordenó a Metodio como sacerdote, y más tarde le nombró su delegado en la Gran Moravia, explica el historiador Dusan Trestík.

"A finales de los años ochenta del siglo noveno Metodio regresó a Moravia. Su entonces gobernador, Svatopluk, expulsó a todos los sacerdotes bávaros y entregó toda la administración eclesiástica a Metodio. En 880 Metodio se convirtió en el arzobispo metropolitano de los granmoravos. Fue una gran victoria, pues con ese nombramiento se cumplió el sueño del predecesor de Svatopluk, el príncipe Rostislav. La Gran Moravia consiguió la legitimidad, respaldada por el hecho de que Svatopluk haya donado su Estado a San Pedro, es decir, al papado".

Velehrad,  foto: CTK
Y era regla de que el país sometido directamente a la autoridad papal era un Estado legítimo y cristiano. Ese acto de donación del país a San Pedro mediante la creación del arzobispado influyó la formación de Europa Central alrededor del año 1000. "Esta idea política de cómo conseguir la independencia y la legitimidad fue el mayor aporte y legado de la Gran Moravia y del desempeño de los hermanos Cirilo y Metodio", subraya Dusan Trestík.

Metodio murió en 885 y fue enterrado en su templo metropolitano en Moravia. La tradición sitúa el lugar de su sepultura en Velehrad, Moravia del Sur. Sin embargo, el desmoronamiento de la Gran Moravia como consecuencia de las incursiones de los magiares ocasionó la destrucción de los asentamientos granmoravos. Resultaron infructuosos hasta la fecha todos los intentos por hallar su sepultura.

Cirilo y Metodio fueron canonizados en el siglo XIX. En 1981, el Papa Juan Pablo II los declaró patronos de Europa.